Como
si fuera una prueba de obstáculos, el Gobierno puso ahora todas
sus energías en conseguir la aprobación del Presupuesto
en el Senado. Desde que Fernando de la Rúa anunció el 10
de noviembre el paquete de medidas para conseguir el crédito de
blindaje del FMI, el Poder Ejecutivo se embarcó en una serie de
negociaciones engorrosas. Primero fue con los gobernadores por el pacto
fiscal, prueba que ya ha superado. Esta semana el mayor interés
del Gobierno es que la Cámara alta convalide el plan de ingresos
y gastos del Estado para 2001. El principal argumento oficial es que sin
una inmediata sanción del Presupuesto, esta misma semana, se complicará
el acceso al préstamo del organismo multilateral. El Presidente,
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y el ministro de Economía,
José Luis Machinea, apelaron ayer a un tono grave para exhortar
a los senadores justicialistas a un rápido trámite del proyecto.
Como también habían hecho los gobernadores del PJ, los legisladores
se pusieron duros en el inicio de la discusión.
Ayer hubo múltiples contactos entre ambas partes. Los negociadores
por parte del Gobierno son Colombo y Machinea, mientras que los senadores
justicialistas están representados por el titular de la bancada,
José Luis Gioja; el presidente de la Comisión de Presupuesto
y Hacienda, Carlos Verna, y Eduardo Bauzá. La última de
las reuniones de ayer fue entre el jefe de Hacienda, Gioja y Verna. Machinea
les advirtió que si el Presupuesto no es aprobado esta misma semana,
el Gobierno no podrá cerrar a tiempo las negociaciones con el FMI
para acceder a fondos del préstamo antes de fin de año.
En tal caso, postergar hasta enero la definición del blindaje puede
complicar aún más la marcha de la economía. Y la
responsabilidad política por ese daño recaería
en el justicialismo, según las expresiones del ministro.
Los senadores le respondieron con dureza a lo que consideran una extorsión.
No nos pueden hacer responsables del desmanejo del Poder Ejecutivo,
disparó Gioja en diálogo con Página/12. Sin embargo,
y otra vez sirve el ejemplo de lo que fue la negociación entre
la administración nacional y los gobernadores, las declaraciones
públicas parecen más bien fuegos artificiales. Una y otra
parte confiaron a este diario que finalmente esperan llegar a un acuerdo
conveniente para todos. Pero por ahora están en el punto de los
cuestionamientos cruzados.
De la Rúa advirtió que necesitamos el Presupuesto
en esta hora especial que vive el país. Envío
un mensaje a todos los bloques, sin distinción de partidos,
agregó. Por su parte, Colombo enfatizó que si el Senado
no aprueba esta semana el proyecto no se llegaría a tiempo
para cerrar el acuerdo con el FMI. Así, según dijo, retrasamos
un programa importante, y eso sería una pena para todos los argentinos.
La demanda del Ejecutivo es que la norma sea convertida en ley antes del
viernes.
Los senadores justicialistas sostienen que necesitan tiempo para estudiar
el proyecto y ofrecieron tratarlo recién el próximo lunes
en una sesión especial. También dijeron que pretenden modificar
algunos puntos. El más importante por su repercusión
política es la eliminación del artículo que
ratifica la rebaja salarial del 12 por ciento a los empleados públicos.
Si lo hicieran, la Alianza debería utilizar su mayoría en
la Cámara de Diputados para insistir con el proyecto original.
El segundo lugar, los senadores justicialistas están interesados
en el financiamiento a los partidos políticos. Diputados derogó
un artículo que fijaba asignaciones de un peso por voto, y no lo
reemplazó por ningún otro. Los senadores quieren corregir
este punto. En tercer lugar, también pretenden fijar el destino
específico de una partida de 50 millones de pesos para un programa
de promoción regional en beneficio del agro y el turismo. Finalmente,
pretenden dejar sin efecto el cupo fijado en Diputados a la comercialización
de combustibles subsidiados en la Patagonia.
A pesar de que ayer se mostraron duros, especialmente en cuanto a no aprobar
el mantenimiento del descuento salarial a empleados públicos, loslegisladores
están dispuestos a negociar. Y lo que más les interesa es
el tema del financiamiento a los partidos políticos. Si el Gobierno
se compromete a sancionar esta medida podría ser mediante
el proyecto de ley de reforma política, que ya está en la
Cámara alta, los senadores podrían bajar el resto
de sus pretensiones. Y, en tal caso, hasta podría haber fumata
blanca esta misma semana.
Proyecto propio del Frepaso
El
Frepaso presentará hoy su propio proyecto de reforma previsional
que, a diferencia de la iniciativa del Gobierno, mantiene la edad
jubilatoria de la mujer en 60 años y conserva el sistema de
reparto estatal. La autora de la iniciativa es la diputada frepasista
María América González, titular de la Comisión
de Previsión y Seguridad Social, pero la presentación
se hará a título del bloque de diputados del Frepaso.
Más aún, el jefe de los legisladores de la Alianza en
la Cámara baja, el frepasista Darío Alessandro, quien
hasta ahora estuvo acompañando las propuestas del Ejecutivo
aceptó que la iniciativa fuera asumida por el bloque de su
partido, ante el rechazo unánime que genera en su partido la
medida oficial. El ex vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez,
también planteó a sus colaboradores serias objeciones
al proyecto del Ministerio de Economía y, según legisladores
frepasistas, habría dado el aval a la nueva propuesta. Según
se anticipó, el contraproyecto del Frepaso propicia
mantener la edad jubilatoria de la mujer en 60 años, en lugar
de elevarla compulsivamente a 65 años, como versa la iniciativa
del Ejecutivo. Más importante aún, sostiene la necesidad
de mantener el sistema de reparto estatal y conservar las PBU (Prestación
Básica Universal) para las jubilaciones medias y bajas, de
modo tal de defender el componente de equidad que le imprime al sistema. |
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