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El robo inspirado en la falsa historia de un e-mail

 

Una familia fue tomada de rehén en Villa del Parque mientras el padre era obligado a hacer compras con su tarjeta. Hace pocos días circuló un e-mail con un caso similar, aunque trucho.

 

Por Carlos Rodríguez

El guión de un caso de la vida real ocurrido ayer en el barrio porteño de Villa del Parque había sido escrito hace apenas dos semanas –¿ficción o realidad?– por medio de un e-mail (ver nota aparte) que circuló en cadena y que relataba un caso similar (aunque falso) al que sucedió (de verdad): un matrimonio, su hijo de 13 años y la mucama estuvieron por dos horas en manos de dos ladrones que obligaron al dueño de casa a realizar compras, con su tarjeta de crédito, hasta cubrir una suma cercana a 1500 pesos. Cuando uno de los ladrones regresaba al domicilio –donde se había quedado su cómplice con tres de los rehenes– trayendo los objetos comprados y al jefe de familia bajo amenaza, la policía puso fin, sin derramamiento de sangre, a la historia de las compras compulsivas y detuvo a los autores del hecho, uno de ellos menor de edad. La policía estimó que “es complicado, pero no imposible” que la familia recupere el monto que gastó en cubiertas y accesorios para autos que los delincuentes pensaban revender en el mercado negro para pagar la fianza y sacar de la cárcel a un amigo en desgracia.
“Tuvimos mucha suerte, todo salió redondo”, dijo a Página/12 el comisario Carlos Díaz, que junto con seis efectivos de la seccional 45ª, todos vestidos de civil, estuvo al frente del exitoso operativo que comenzó a gestarse por la denuncia de vecinos del barrio que observaron “movimientos extraños” frente al chalet ubicado en la calle Llavallol 2590, allí donde Villa del Parque se roza con Villa Devoto. Todo comenzó a las 8.45, cuando la dueña de casa –el nombre de todas las víctimas fue mantenido en reserva por cuestiones de seguridad– regresaba al hogar a bordo de un Fiat Duna gris patente THW-150, luego de llevar a una escuela primaria de la zona a su hija menor.
La interceptaron dos hombres armados que estaban en un Volkswagen Gol patente ASL-880, que había sido robado. Bajo amenaza, la mujer dejó entrar a los delincuentes a la casa, donde estaban su marido, otro hijo de 13 años y la mucama. Uno de los ladrones, de apenas 16 años, se quedó custodiando a tres de los rehenes y el otro delincuente, mayor de edad y con antecedentes por robos contra la propiedad, se fue de compras con la tarjeta de crédito del dueño de casa. La alternativa fue decidida luego de comprobar que en el domicilio sólo había 500 pesos en efectivo y ninguna posibilidad de retirar nada de dinero del banco.
Tal vez por ser objetos de fácil salida en el mercado clandestino, el ladrón ordenó al hombre, que iba manejando el Fiat Duna, que se dirigiera a los negocios, legales claro, que hay en la zona de Puente Pacífico, en Palermo, sobre la avenida Juan B. Justo, bastante lejos de Villa del Parque. La salida se prolongó durante una hora y media, tiempo durante el cual se produjeron importantes novedades: la comisaría 45ª supo que algo estaba pasando, alertada por el dueño de un puesto de diarios cercano a la esquina de Llavallol y Alvarez Jonte.
La primera comisión policial, de riguroso uniforme, se limitó a tocar el timbre. Los atendió la dueña de casa que, amenazada por el ladrón que se había quedado, dijo que todo estaba en su lugar. Igual se mantuvo la sospecha y los policías volvieron, esta vez de civil y entraron por los fondos. Con facilidad redujeron al joven ladrón, sin disparar un solo tiro. Luego montaron una discreta guardia en todo el barrio, para esperar al otro. El comisario Díaz explicó que tardó en volver luego de comprar cuatro llantas, con sus respectivos neumáticos, y algunos accesorios para automotores. “Se presume que pensaban revenderlos en el mercado ilegal y obtener de ese modo el dinero que necesitaban para pagar la fianza de otro ladrón, miembro de la banda, que está procesado con posibilidad de recuperar su libertad”, explicó otra fuente policial.
Cuando el ladrón regresó a la casa, pasadas las 9.30, los policías lo esperaban. “Logramos despistarlo a pesar de que él dio unas vueltas por el barrio, para asegurarse de que todo estuviera tranquilo”, explicó Díaz. Cuando bajó del auto, lo rodearon y se rindió. “Hubo algunos disparosintimidatorios, pero nada más”, relató Díaz. Un helicóptero de la Policía Federal, que había sobrevolado la zona minutos antes, fue obligado a regresar a su base para evitar que se frustrara el operativo. Los ladrones tenían una pistola semiautomática Glock, 9 milímetros, que había quedado en poder del ladrón adolescente. El otro apenas tenía un cuchillo marca Tramontina. Ahora la familia deberá demostrar que fue víctima de un robo para tratar de recuperar el dinero, reintegrando las mercaderías que debió comprar bajo amenaza de muerte.

El caso trucho de Unicenter
El 21 de noviembre, vía e-mail, llegó a la redacción de Página/12 una información en la cual se narraba, en primera persona, la supuesta odisea vivida por una pareja en el shopping Unicenter de San Isidro. Ese mensaje circuló con profusión entre los usuarios del correo electrónico. El joven que contaba la historia aseguraba que, mientras un ladrón mantenía como rehén a su novia, él fue obligado, por dos mujeres y un hombre, a realizar compras con su tarjeta de crédito en ese comercio. La incursión, según la versión del desconocido, incluyó gastos por 1947 pesos con una tarjeta Visa y el retiro de 2000 pesos en efectivo, con las tarjetas Banelco de que disponían él y su novia.
El 23 de noviembre, por medio de una solicitada, Unicenter calificó el supuesto hecho de “novela” y aseguró que “no existe el local Uniform en Unicenter desde el 31 de enero” pasado. En ese lugar, según el denunciante, había sido obligado a comprar una campera de cuero valuada en 399 pesos. Unicenter aseguró también que las supuestas compras “no se registraron en Visa” y tampoco las extracciones en Banelco.
El denunciante dijo haber radicado la denuncia ante la seccional primera de San Isidro, pero Unicenter sostuvo que eso tampoco ocurrió. La maniobra descripta en las cartas enviadas por correo electrónico parece haber inspirado a los asaltantes que actuaron ayer en Villa del Parque, aunque la jugada les salió mal.

 

 

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