Por
Pablo Rodríguez
Hacía
siete años que el líder palestino Yasser Arafat no empuñaba
un arma. Pero cuando llegó a su oficina central en la ciudad de
Gaza, la apoyó sobre la mesa y se justificó: Es que
temía por mi vida. Un grupo de colonos judíos había
cortado la ruta entre el aeropuerto palestino de Rafah (adonde arribó
Arafat luego de una gira por varios países árabes) y la
ciudad de Gaza. El Ejército israelí alcanzó a dispersar
a los colonos, pero no a sacarlos de la vera del camino. Mientras tanto,
uno de los grandes héroes de los colonos, el ex premier derechista
Benjamin Netanyahu hizo ayer su regreso triunfal a Israel, donde encabeza
las encuestas de intención de voto para los comicios anticipados
que podrían ser en mayo próximo. El Parlamento israelí
(Knesset) aprobó hoy, en lectura preliminar, dos proyectos de ley
por los que se prohíbe a un primer ministro que no tenga mayoría
en esa cámara, como es el caso del laborista Ehud Barak, firmar
acuerdos internacionales. Ayer murió un dirigente de la organización
islámica Hamas y la aviación israelí sobrevoló
territorio del Líbano.
La vuelta de Bibi Netanyahu a Israel está rodeada del consenso
que no supo mantener cuando era premier, desde 1996 hasta el año
pasado. Es que las encuestas lo dan como amplio favorito para ser elegido
nuevamente como premier, aun por encima del jefe de su propio partido,
Ariel Sharon. Pero Bibi quiere disfrutar a pleno de su minuto de gloria.
No tomé todavía mi decisión de presentarme,
pero estoy a punto de tomarla, declaró a su llegada a Jerusalén.
La llegada de Netanyahu puede provocar un extraño giro en la complicada
política israelí. Ariel Sharon ha desatado la actual Intifada
palestina con su polémica visita a la Explanada de las Mezquitas,
el 28 de setiembre pasado en Jerusalén. Desde allí, y a
medida que Barak iba perdiendo la mayoría que lo apoyaba en el
Knesset, Sharon se negaba sistemáticamente a integrar al Likud
en un gobierno de emergencia nacional.
Ahora Sharon logró la convocatoria a elecciones anticipadas (que
debe ser confirmada en dos votaciones más) y hasta está
consiguiendo atarlo a Barak de pies y manos para que no negocie un acuerdo
con los palestinos que pueda figurar luego en su campaña electoral.
Pero el venido de Estados Unidos amenaza la posición de Sharon,
dado que lo supera en las encuestas y es probable que lo derrote dentro
del Likud. Ahora, según confirmó la radio oficial israelí,
parlamentarios del Likud estarían negociando con miembros de la
coalición de Barak Un Israel la posibilidad de integrar
dicho gobierno de emergencia para que Sharon gane tiempo respecto de Netanyahu.
Mientras
tanto, en el terreno, la violencia que se inició hace nueve semanas
no se detiene. Hubo enfrentamientos tanto en Cisjordania y Gaza, pero
el incidente de Arafat sirve como botón de muestra de que son los
colonos uno de los principales factores que espolea el conflicto entre
palestinos e israelíes. Al menos eso es lo que opina el ex presidente
norteamericano, Jimmy Carter, quien dijo al diario francés Le Monde
que es improbable que se alcance un verdadero progreso mientras
Israel persista en su política de asentamientos, ilegales según
las leyes internacionales que apoyan Estados Unidos y las demás
naciones. Carter, artífice del acuerdo de paz de Camp David
entre Egipto e Israel en 1978, recordó que el tratado entre estos
dos países sólo fue posible por la aceptación
israelí de evacuar a sus colonos del Sinaí.
Ayer, por ejemplo, Barak autorizó por primera vez desde el 28 de
setiembre la entrada de 300 trabajadores palestinos a Israel y anunció
que en pocos días se permitirá la llegada de 15.000 más.
Y el Ejército israelí levantó el bloqueo que mantenía
sobre la ciudad cisjordana de Kalkilia, como gesto de buena voluntad
con los palestinos con motivo del mes sagrado musulmán de
Ramadán.
Entonces, para protestar, decenas de colonos judíos del bloque
de asentamientos de Gush Katif, en la franja de Gaza, bloquearon desde
esta mañana la carretera que lleva de Gan Yunes a Kfar Darom, dentro
de la palestina franja de Gaza. Y el Ejército israelí abrió
ayer un nuevo tramo de una carretera en territorio de control pleno de
la Autoridad Palestina (ANP), y sin acuerdo de ella, para que esos colonos
pudieran acceder mejor a sus hogares. Ayer, el movimiento pacifista israelí
Paz Ahora denunció que, desde la firma de los Acuerdos de Oslo,
la colonización aumentó un 50 por ciento, notablemente durante
el período en que gobernó Netanyahu. Y la ANP denunció
ayer que un grupo de colonos abrió fuego contra los palestinos
cerca de Belén, donde se registraron luego enfrentamientos entre
palestinos y el Ejército israelí.
Y los colonos siguen de parabienes: su héroe, Benjamin Bibi
Netanyahu, ha llegado para quedarse.
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