Por
P.V.
A
los 24 años, es el deportista mejor pago del mundo: su contrato
de cien millones de dólares con una empresa de indumentaria lo
catapultó al primer lugar en la lista, delante de Lennox Lewis
o Michael Schumacher. Acaba de perder, por dos golpes, medio millón
de dólares, pero se resarcirá a partir de hoy, cuando arribe
a la Argentina por primera vez en visita pública, ya que por participar
en la Copa del Mundo de golf, que arranca el jueves en el Buenos Aires
Golf Club de Bella Vista, cobrará un millón más de
parte de la tarjeta de crédito que también lo auspicia.
Mezcla exacta de maestría y marketing, Eldrick Tiger
Woods, el más grande golfista del planeta, comenzará a hacer
girar hoy el glamour de un deporte que está lejos de ser popular,
pero que crece en audiencias y entusiasmo: cerca de 25 mil personas concurrirán
al torneo.
Woods viene de perder por dos golpes el Desafío Mundial, jugado
en California, el que hubiera sido su duodécimo título del
año. Esa mínima diferencia significó perderse medio
millón de dólares de premio. En la Argentina buscará
acercarse a los diez millones de dólares de ganancias en esta temporada,
en la que ya acumuló 9.188.321 dólares. La Copa del Mundo
otorgará tres millones en premios y, siendo el equipo de los Estados
Unidos que integra junto a David Duval el favorito, no sería extraño
que lo consiguiese.
La trascendencia de semejante visita supera lo deportivo. Woods estará
celosamente custodiado por un ex agente del FBI y un par de efectivos
bilingües de la Policía Federal Argentina. En el dispositivo
de control del torneo trabajará también el jefe de Seguridad
de la Embajada de los Estados Unidos, más efectivos de la Policía
Bonaerense y de empresas privadas. Para reducir los riesgos, Woods pretendía
alojarse en un country cercano a la cancha, pero lo hará en el
mismo hotel que el resto de los jugadores; sin embargo, se trasladará
todos los días a Bella Vista en helicóptero. Más
que extravagancia, eso suena a seguridad impuesta por los sponsors, que
cubren con obsesivo detallismo su más exquisita inversión.
No se descarta que el golfista californiano tire unos tiritos en la cancha
que Carlos Menem mandó construir en Olivos, esta vez junto a Fernando
de la Rúa, cada vez más apegado a los astros deportivos,
luego de que el sábado visitara al plantel de Boca en su concentración
de Constitución. No se descarta que Menem forme parte del encuentro.
El jefe de Gobierno de la ciudad, Aníbal Ibarra, pretende nombrarlo
ciudadano ilustre de Buenos Aires, pero la agenda apretada de Woods hace
difícil encontrar el hueco.
Especialmente porque Tiger, que llegará en un jet privado junto
a su coequiper Duval, el golfista Mark OMeara y su pareja, con quien
se casará en enero, pretende aprovechar el día de hoy para
una excursión relámpago a Villa La Angostura, para disfrutar
de su segunda pasión, la pesca. En marzo pasado, el golfista estuvo
de incógnito en el país para pescar en la zona de los lagos.
Si no puede hacerlo hoy, lo hará al término del campeonato.
Woods, que cumplirá 25 años el 30 de este mes, fue seleccionado
el jueves pasado como el Jugador del Año por el voto de los miembros
del PGA Tour y recibirá el lauro Jack Nicklaus, siendo
el primer jugador del circuito en ganar el premio por tercera vez.
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