Por
Pablo Plotkin
Al
final del gobierno de Carlos Menem, buena parte de los humoristas recurría
a una especie de lugar común que suponía que, con el riojano
fuera del poder, las cosas se les pondrían feas. Se acabarían
los furcios surrealistas y las contradicciones obscenas que parecían
obsequios para los comediantes que parten de la actualidad. Por supuesto,
nada de eso ocurrió. Lejos de los pronósticos de solemnidad
que auguraba la proclamada austeridad aliancista, la gestión
de Fernando de la Rúa provocó (como siempre) otra vuelta
de tuerca en el humor político nacional, oxigenada por algunas
apariciones oportunas. Tal es el caso de Medios Locos, el
noticiero diario de medianoche de Canal 7 que desde el 15 de diciembre
se tomará vacaciones (reaparecerá seguramente en marzo,
aunque todavía no se sabe por qué canal). Almorzando en
un bistró de San Telmo, el trío líder repasa la temporada
que pasó molestando al patrón en su estancia.
La crítica siempre perturba considera Adolfo Castelo,
pero tal vez empeora si sucede en tu propia casa. Si se burlan tus vecinos
te la bancás. Ahora, si llegás a tu casa y se burlan tu
mujer y tus hijos, te cuesta un poco más.
Mex Urtizberea: A Menem le importaba tres carajos lo que uno dijera, y
a uno le gustaba que le molestase. A De la Rúa parece que le molesta.
En el fondo, al poder, al gobierno, la crítica le molesta, siempre.
Adolfo Castelo: Ahora se está poniendo bueno.
Gillespi: Sí, ya pasó la luna de miel del Gobierno.
En tiempos tan complicados, ¿cómo se hace para conjugar
la reflexión medianamente fiel de lo que pasa con el humor?
A. C.: Hay que tener responsabilidad. Parece una pavada, pero es casi
vital. La navaja está tan afilada que te cortás casi sin
darte cuenta. Hay que tener ideología, que no es ni de izquierda
ni de derecha: ideología de vida, de seres humanos.
M. U.: Hay una autocensura ética: cosas que uno no trata o dice,
no por cobardía sino por una cuestión de respeto. Hay lugares
donde uno no se mete.
A. C.: En un tiempo en que la gente parece disfrutar de las pasiones más
bajas, tenés que ser cuidadoso. Poner en pantalla a un león
comiéndose a un tipo puede ser atractivo desde lo perverso, pero,
¿qué enseñanza tiene? Si ya sabés que un león
puede comerse a un tipo. Es un tiempo difícil para todos, pero
para hacer humor es muuuy difícil. Si no tenés clara tu
ideología de programa, te podés bandear, hacer una barbaridad.
En este tiempo, hacer humor no es para cualquiera.
¿Y ustedes a veces sienten que cometieron una barbaridad
al aire?
M. U.: Sí, a Gillespi normalmente le pasa.
A. C.: También le pasa a Mex, pero no lo reconoce, se hace el boludo.
Yo no me paso y critico a los dos. Si Gastón (Portal, productor
del programa) lo festeja, estamos seguros de que nos fuimos al carajo.
Es el peor, el que estimula todas las porquerías. No, todos nos
equivocamos. Porque si improvisás y estás con gente que
tira cosas desde los costados, vas doblando la apuesta. Es inevitable.
G.: Cuando la Pacheco tiene que hablar de algo referente a la Iglesia,
por ejemplo, temblamos.
¿Suelen ver los programas grabados?
A. C.: No, y me critico por eso.
G.: A mí me da vergüenza verme en televisión. Siempre
me pasó.
A. C.: Bueno, eso está bien. Pero convendría que destapes
los espejos de tu casa. Es hora de que saques los afiches que les pegaste
encima.
¿Cómo es la relación entre ustedes tres?
A. C.: Horrible. Esta es la primera vez que comemos juntos.
G.: Es como Brujas, pero en hombres.
¿Creen que en el programa prevalece el humor masculino, de
vestuario?
A. C.: Puede ser, pero ojo que la Pacheco no se ahorra nada. Y después
está la Marziotta, que labura de yo no fui, yo no estuve, yo no
vi nada.
M. U.: Sí, hace ese personaje de alcahueta que un poco se lo motivamos
nosotros.
G.: Todo dicho con buena onda, ¿no? Porque yo ya lo veo en letra
impresa: alcahueta.
A. C.: Claro. Nos encanta trabajar con una alcahueta y una borracha.
G.: Acabás de tirar el título, Castelo.
¿Qué cosas notan que fueron cambiando en el programa?
A. C.: La banda musical al principio era muy criticada. Hoy representa
el 33 por ciento del programa. Es un argumento fuertísimo.
M. U.: No es una banda típica. Son actores, están pendientes
del chiste, rematan, editorializan con una música. Lo bueno es
que nos dieron todo un año sin presiones, y tuvimos tiempo y libertad
para crear, cambiar cosas.
Las ventajas del canal estatal: no hay demasiadas presiones de rating.
A. C.: Sí, es muy estimulante y a favor del crecimiento de un producto
que no te estén acosando con el rating. También es un arma
de doble de filo, porque hace que el producto mejore, o que muera de la
peor manera.
Sí, también debe haber desventajas en cuanto a producción,
presupuesto...
M. U.: En lo personal, a uno le gusta trabajar desde la austeridad: encontrar
cualquier porquería en la utilería, fabricar cosas. Pero
después te gusta que, técnicamente, las cosas luzcan. No
es que al señor Castelo le guste mostrar las páginas de
los diarios pegadas en un cartón, como hacía Brizuela Méndez
hace 50 años.
¿Cómo definiría, Castelo, el humor de Mex y
Gillespi?
A. C.: Es lo más moderno que hay en antigüedades (risas).
No, son de este tiempo. Está bueno. A mí me gustan los dos,
de verdad. Por ahí hay cosas que yo siento de otra manera, pero
está bien. Lo disfruto de verdad, porque me parece que es fresco,
bien de ahora.
Un
horario de competencia
El
horario de la medianoche ha sido, históricamente, plataforma
de lanzamiento de programas y figuras. Marcelo Tinelli, Raúl
Portal, Mario Pergolini y Juan Alberto Badía son algunos de
los hombres importantes de la TV que en ese horario lograron programas
y mediciones notables. Actualmente, después de las 24, el programa
que hace capote es...En síntesis, el noticiero
de Santo Biasatti, que el viernes pasado, por ejemplo, midió
8.9 para Canal 13. El segundo cuco de la hora de las brujas es Café
Fashion, que el mismo día sumó para su redil 6.6,
por Azul. Telefé, el líder de las mediciones, no explora
la medianoche, que tan buenos resultados le dio cuando el rey del
horario era Tinelli. Así las cosas, Medios Locos
pelea, con suerte dispar, con Así estamos, de Juan
Di Natale, el tercer puesto. El viernes pasado, el nuevo programa
de América midió 3.5, mejorando su rendimiento. El del
7 recibió una pantalla fría, por un flojo especial,
programado de apuro, sobre el Día Internacional de Lucha contra
el Sida, por lo que su medición fue de apenas 0.6. Su promedio
en la temporada es de 1.3, con picos de hasta tres puntos en noches
inspiradas. |
Estamos
marcando un camino
La
medianoche está que arde de competencia.
Castelo: Sí, y está buena esta competencia, que
cada uno asume con sus armas. Creo que la originalidad de Medios
Locos está en la exhibición de la información
formal, que va degradando hasta que se pudre. Me parece que esa propuesta
original está marcando un camino. Digo esto con bastante inmodestia...
creo que todos somos hijos de Semanario Insólito.
Después, claro, fue cambiando la técnica, el estilo.
El humor de Mex y de Gillespi es de este tiempo porque es una síntesis
de lo que piensa la gente hoy: esta locura, este delirio... En otro
tiempo era raro. Hoy se hace rápidamente masivo. |
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