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ADOLFO CASTELO, MEX URTIZBEREA Y GILLESPI, EL TRIO MASCULINO DE “MEDIOS LOCOS”
“Al gobierno, la crítica le molesta, siempre”

�Es bueno trabajar con la austeridad, pero uno quiere que las cosas luzcan�, dicen los hombres de la medianoche de Canal 7, en un balance de la primera temporada. El programa continua hasta el viernes 15 y retornará en marzo, pero aún no es seguro que siga en el canal estatal.

Por Pablo Plotkin

Al final del gobierno de Carlos Menem, buena parte de los humoristas recurría a una especie de lugar común que suponía que, con el riojano fuera del poder, las cosas se les pondrían feas. Se acabarían los furcios surrealistas y las contradicciones obscenas que parecían obsequios para los comediantes que parten de la actualidad. Por supuesto, nada de eso ocurrió. Lejos de los pronósticos de solemnidad que auguraba la proclamada “austeridad” aliancista, la gestión de Fernando de la Rúa provocó (como siempre) otra vuelta de tuerca en el humor político nacional, oxigenada por algunas apariciones oportunas. Tal es el caso de “Medios Locos”, el noticiero diario de medianoche de Canal 7 que desde el 15 de diciembre se tomará vacaciones (reaparecerá seguramente en marzo, aunque todavía no se sabe por qué canal). Almorzando en un bistró de San Telmo, el trío líder repasa la temporada que pasó “molestando” al patrón en su estancia. “La crítica siempre perturba –considera Adolfo Castelo–, pero tal vez empeora si sucede en tu propia casa. Si se burlan tus vecinos te la bancás. Ahora, si llegás a tu casa y se burlan tu mujer y tus hijos, te cuesta un poco más.”
Mex Urtizberea: A Menem le importaba tres carajos lo que uno dijera, y a uno le gustaba que le molestase. A De la Rúa parece que le molesta. En el fondo, al poder, al gobierno, la crítica le molesta, siempre.
Adolfo Castelo: Ahora se está poniendo bueno.
Gillespi: Sí, ya pasó la luna de miel del Gobierno.
–En tiempos tan complicados, ¿cómo se hace para conjugar la reflexión medianamente fiel de lo que pasa con el humor?
A. C.: Hay que tener responsabilidad. Parece una pavada, pero es casi vital. La navaja está tan afilada que te cortás casi sin darte cuenta. Hay que tener ideología, que no es ni de izquierda ni de derecha: ideología de vida, de seres humanos.
M. U.: Hay una autocensura ética: cosas que uno no trata o dice, no por cobardía sino por una cuestión de respeto. Hay lugares donde uno no se mete.
A. C.: En un tiempo en que la gente parece disfrutar de las pasiones más bajas, tenés que ser cuidadoso. Poner en pantalla a un león comiéndose a un tipo puede ser atractivo desde lo perverso, pero, ¿qué enseñanza tiene? Si ya sabés que un león puede comerse a un tipo. Es un tiempo difícil para todos, pero para hacer humor es muuuy difícil. Si no tenés clara tu ideología de programa, te podés bandear, hacer una barbaridad. En este tiempo, hacer humor no es para cualquiera.
–¿Y ustedes a veces sienten que cometieron “una barbaridad” al aire?
M. U.: Sí, a Gillespi normalmente le pasa.
A. C.: También le pasa a Mex, pero no lo reconoce, se hace el boludo. Yo no me paso y critico a los dos. Si Gastón (Portal, productor del programa) lo festeja, estamos seguros de que nos fuimos al carajo. Es el peor, el que estimula todas las porquerías. No, todos nos equivocamos. Porque si improvisás y estás con gente que tira cosas desde los costados, vas doblando la apuesta. Es inevitable.
G.: Cuando la Pacheco tiene que hablar de algo referente a la Iglesia, por ejemplo, temblamos.
–¿Suelen ver los programas grabados?
A. C.: No, y me critico por eso.
G.: A mí me da vergüenza verme en televisión. Siempre me pasó.
A. C.: Bueno, eso está bien. Pero convendría que destapes los espejos de tu casa. Es hora de que saques los afiches que les pegaste encima.
–¿Cómo es la relación entre ustedes tres?
A. C.: Horrible. Esta es la primera vez que comemos juntos.
G.: Es como Brujas, pero en hombres.
–¿Creen que en el programa prevalece el humor masculino, de vestuario?
A. C.: Puede ser, pero ojo que la Pacheco no se ahorra nada. Y después está la Marziotta, que labura de yo no fui, yo no estuve, yo no vi nada.
M. U.: Sí, hace ese personaje de alcahueta que un poco se lo motivamos nosotros.
G.: Todo dicho con buena onda, ¿no? Porque yo ya lo veo en letra impresa: alcahueta.
A. C.: Claro. Nos encanta trabajar con una alcahueta y una borracha.
G.: Acabás de tirar el título, Castelo.
–¿Qué cosas notan que fueron cambiando en el programa?
A. C.: La banda musical al principio era muy criticada. Hoy representa el 33 por ciento del programa. Es un argumento fuertísimo.
M. U.: No es una banda típica. Son actores, están pendientes del chiste, rematan, editorializan con una música. Lo bueno es que nos dieron todo un año sin presiones, y tuvimos tiempo y libertad para crear, cambiar cosas.
–Las ventajas del canal estatal: no hay demasiadas presiones de rating.
A. C.: Sí, es muy estimulante y a favor del crecimiento de un producto que no te estén acosando con el rating. También es un arma de doble de filo, porque hace que el producto mejore, o que muera de la peor manera.
–Sí, también debe haber desventajas en cuanto a producción, presupuesto...
M. U.: En lo personal, a uno le gusta trabajar desde la austeridad: encontrar cualquier porquería en la utilería, fabricar cosas. Pero después te gusta que, técnicamente, las cosas luzcan. No es que al señor Castelo le guste mostrar las páginas de los diarios pegadas en un cartón, como hacía Brizuela Méndez hace 50 años.
–¿Cómo definiría, Castelo, el humor de Mex y Gillespi?
A. C.: Es lo más moderno que hay en antigüedades (risas). No, son de este tiempo. Está bueno. A mí me gustan los dos, de verdad. Por ahí hay cosas que yo siento de otra manera, pero está bien. Lo disfruto de verdad, porque me parece que es fresco, bien de ahora.

Un horario de competencia
El horario de la medianoche ha sido, históricamente, plataforma de lanzamiento de programas y figuras. Marcelo Tinelli, Raúl Portal, Mario Pergolini y Juan Alberto Badía son algunos de los hombres importantes de la TV que en ese horario lograron programas y mediciones notables. Actualmente, después de las 24, el programa que hace capote es...”En síntesis”, el noticiero de Santo Biasatti, que el viernes pasado, por ejemplo, midió 8.9 para Canal 13. El segundo cuco de la hora de las brujas es “Café Fashion”, que el mismo día sumó para su redil 6.6, por Azul. Telefé, el líder de las mediciones, no explora la medianoche, que tan buenos resultados le dio cuando el rey del horario era Tinelli. Así las cosas, “Medios Locos” pelea, con suerte dispar, con “Así estamos”, de Juan Di Natale, el tercer puesto. El viernes pasado, el nuevo programa de América midió 3.5, mejorando su rendimiento. El del 7 recibió una pantalla fría, por un flojo especial, programado de apuro, sobre el Día Internacional de Lucha contra el Sida, por lo que su medición fue de apenas 0.6. Su promedio en la temporada es de 1.3, con picos de hasta tres puntos en noches inspiradas.

 

“Estamos marcando un camino”
–La medianoche está que arde de competencia.
Castelo: –Sí, y está buena esta competencia, que cada uno asume con sus armas. Creo que la originalidad de “Medios Locos” está en la exhibición de la información formal, que va degradando hasta que se pudre. Me parece que esa propuesta original está marcando un camino. Digo esto con bastante inmodestia... creo que todos somos hijos de “Semanario Insólito”. Después, claro, fue cambiando la técnica, el estilo. El humor de Mex y de Gillespi es de este tiempo porque es una síntesis de lo que piensa la gente hoy: esta locura, este delirio... En otro tiempo era raro. Hoy se hace rápidamente masivo.

 

 

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