Por
Mariano Blejman
Desde Monteagudo, Misiones
¿Voce
gusta o Gremio?, pregunta en un extraño portuñol uno
de los asistentes al acto llevado a cabo a metros de Brasil. El joven
se llama Zer y casi no habla el español. Tampoco conoce a Boca
ni a River. El Gremio es el equipo de fútbol que más adeptos
tiene en la localidad argentina de Monteagudo, donde el Comfer acaba de
inaugurar una radio de frontera. La radio y la televisión se escucharon
aquí siempre en portugués, pero ahora tienen competencia.
A cuarenta minutos de la localidad de El Soberbio, en la provincia de
Misiones, comenzó a transmitir, en español, la Radio Guacurarí
FM 91.9 Mhz, a sólo 50 metros del río Uruguay, a unos pasos
del Brasil. Es como si hubiera parido un hijo, dice Gustavo
López, interventor del Comfer, a Página/12. Su hijo
transmite con una potencia de 100 watts y tiene un alcance de 40 kilómetros
a la redonda, con un público potencial de 200.000 personas, ya
que a metros del lado brasileño hay un pueblo, Alto Uruguay, con
una buena cantidad de habitantes.
En el acto inaugural se encuentra el puñado de funcionarios del
Comfer, un grupo de maestras vestidas de blanco, unos cuantos vecinos
brasileños que se acercaron a ver qué sucede del lado argentino,
un cura austríaco que saca fotos con entusiasmo y unos ciento cincuenta
chicos de la zona que concurren a la escuela. El joven abanderado tiene
el peso de la bandera sobre la cintura y le corre una gota espesa por
la frente. Desde agosto, cuando los primeros adelantados del Comfer llegaron
a la localidad, los chicos dejaron de faltar a la escuela. Ya no
hay más inasistencia como antes, cuenta Ofelia, una de las
maestras. El entusiasmo por aparecer en la radio pudo con los pies descalzos
de los niños, que recorren hasta 15 kilómetros para llegar
a clases.
El padre que bendice las banderas y la cinta es rubio y desentona con
el resto de los presentes. Y aprovecha la ocasión para hacer su
pedido a las autoridades que se han acercado al lugar: La radio
tiene la misión de denunciar y corregir lo que está mal
en la sociedad... Los responsables que están en el centro del poder
podrían acordarse de traer una caterpiller (sic), para que nuestro
intendente pueda arreglar el camino.
Dentro del estudio de radio, una pareja de chicos repasa la historia del
prócer Guacurarí, y se esfuerza por hablar en español:
Guacurarí pretendió dejarnos como herencia la lucha
por su tierra, dice una de las chicas, que adquirió una velocidad
admirable en sólo unos días de práctica. Ofelia es
la directora de la radio y ha trabajado fuera de las horas de clase, día
y noche, para estar a tono en la inauguración. De alguna
forma esto despierta el amor a su propio país, a su lugar de nacimiento.
Porque ahora ellos saben que tienen que trabajar y que pueden hacerlo
a través de la radio. En este lugar se escucha un idioma brasileño
tirando al alemán, con mezcla de castellano. Y ellos saben que
no les vamos a permitir hablar portugués. Así que ahora
están tratando de mejorar su lenguaje. Gustavo López
tiene la esperanza de que la socialización se va a producir
a la inversa: desde las radios hacia las casas. El habla materna de los
que nacen aquí es brasileña. Por lo tanto, al hablar más
tiempo el castellano se le van a modificar hábitos de su casa.
Esto es el fin del mundo, dice Zer, de espaldas al Brasil.
El tiene una pequeña plantación de tabaco y todavía
no se fue a Foz de Iguazú porque tiene una familia que llevar:
si no, ya lo habría hecho. Casi sin querer, la radio se ha convertido
en la única cosa para hacer en Monteagudo, porque la producción
de la soja ya no se vende. Detrás de Zer, cuyo padre es alemán,
se ve el río que separa ficticiamente a la Argentina del Brasil.
Por allí pasan, cada año, ilegalmente y en canoas, 10.000
bolsas de soja en busca de un mejor mercado. El producto no vale
nada. Lo poco que tenían era la planta de la citronela, que era
su medio de supervivencia, pero este año se quemó con la
helada, dice Ofelia, que hace 14 años está en la escuela
de Frontera 605, a 250 kilómetros dePosadas. Vine en 1986
con un cargo de alfabetización como suplente. Al principio quería
irme cuanto antes, pero cada vez que pienso en todas las cosas que faltan
acá, no puedo dejar este trabajo. Y me fui quedando...
Escuelas
y padrinos
El
proyecto de unir 10 escuelas instalando radios de frontera nació
de una idea personal de Gustavo López. Una de las 10
metas del Comfer era fortalecer las radios de frontera. Entonces
unimos el día de las escuelas rurales, con nuestras ideas.
Con esto le estamos dando al colegio una herramienta pedagógica
y a la comunidad social un elemento de participación,
dice Gustavo López a este diario. El programa se realiza
de la siguiente manera: por un lado el Comfer pone el antes
es decir los equipos, la gente y la instalación
y el Ministerio de Educación pone el después,
es decir el mantenimiento por parte de maestros y alumnos. La inversión
para la compra de los equipos la hacen los padrinos elegidos para
cada ocasión. En el caso de la escuela de Misiones el padrino
es Julián Weich y su equipo de Sorpresa y 1/2.
La próxima radio a inaugurar será en dos semanas en
la Isla Grande de Apipé, Corrientes, y su padrino será
Mario Pergolini. El Comfer espera para el año que viene financiamiento
de la Unesco, que soporte nuevos proyectos más allá
del funcionario de turno, para instalar al menos 10 radios más,
dijo López.
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