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TERRAGNO DECLARO ANTE LIPORACI POR LOS SOBORNOS EN EL SENADO
“Cafiero dijo que la SIDE pagó”

El ex jefe de Gabinete dijo ante el juez que el senador le aseguró que los fondos para los sobornos los aportó la SIDE.

El ex jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, prestó testimonio ayer en Comodoro Py.
Explicó por qué se negó a firmar el decreto por 50 millones de pesos que pidió De Santibañes.

Por Adriana Meyer

“(Antonio) Cafiero no me dijo los nombres de quienes cobraron la coima pero me aseguró que los fondos salieron de la SIDE”, declaró ayer el ex jefe de Gabinete Rodolfo Terragno ante el juez federal Carlos Liporaci. El ex funcionario fue interrogado como testigo en la causa que investiga el escándalo de los sobornos en el Senado y ratificó lo publicado por Página/12 el 19 de noviembre: su negativa a firmar un decreto reservado que otorgó una partida adicional para la Secretaría de Inteligencia de 30 millones de pesos. También describió en forma detallada las charlas que mantuvo sobre este asunto con sus ex compañeros del gabinete Fernando de Santibañes, Carlos “Chacho” Alvarez, Alberto Flamarique y Federico Storani.
Tras su conversación con Cafiero, Terragno volvió a escuchar que el dinero de los sobornos había provenido de la central de los espías. Fue durante un encuentro en la embajada de Francia con el periodista Joaquín Morales Solá, quien le refirió la versión según la cual “la SIDE había puesto entre dos y tres millones de pesos”, tal como relató a Página/12 un funcionario con acceso al expediente. El 18 de diciembre Cafiero ampliará su declaración testimonial. La fuente comentó que “el senador les dijo a todos (con los que habló del tema) algo distinto, y ante el juez dio otra versión”. Mientras tanto, los investigadores siguen sumando elementos que empeoran la situación del ex jefe de la SIDE.
Hace dos semanas este diario reveló que el 24 de enero el ex jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, le había pedido al presidente Fernando de la Rúa 50 millones “para afrontar indispensables gastos de personal”. Tuvo que esperar hasta junio para obtener la aprobación de Presidencia y del Ministerio de Economía, pero el decreto mencionaba otros fines: la necesidad de “atender compromisos contraídos por el Estado nacional”. La Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia lo autorizó y se lo envió a la Jefatura de Gabinete, pero cuando Terragno leyó la palabra “reservado” se negó a firmarlo. Por esos días, el ex funcionario viajó a Europa y su reemplazante, el ministro del Interior Federico Storani, firmó el decreto 519, pero no por 50 sino por 30 millones. Fue el 14 de julio.
Ayer Terragno les explicó al juez Liporaci y a los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado que se negó a firmar ese decreto porque no correspondía que fuera secreto. “Lo que es reservado es el gasto pero no la asignación de recursos”, indicó. Y recordó que cuando habló con Storani le advirtió: “Te hicieron firmar algo cuyo contenido desconocías”. Además, mientras estaba en el exterior Terragno dice haberle avisado al Presidente –vía telefónica– sobre la inconveniencia de sacar ese decreto reservado. De la Rúa le habría contestado que “no lo sabía” y que lo pensaba “subsanar”. De hecho, el decreto se hizo público el mismo día de la renuncia de Terragno. El fiscal Federico Delgado le preguntó cuál había sido la incidencia del caso de los sobornos en su alejamiento del cargo. El ex jefe de Gabinete respondió que se había ido por las diferencias que mantenía con la política económica y que “lo demás son especulaciones periodísticas”.
Si bien el ex funcionario no puede afirmar la existencia del soborno, cree que “algo pasó”. Según consta en su declaración, Terragno afirmó que Chacho Alvarez le pareció el más comprometido con el esclarecimiento del caso, mientras que De la Rúa le dijo que se trataba de “una campaña de desprestigio contra la clase política”, De Santibañes le informó que no iba a salir a desmentir versiones.

 

“Estamos muy a la deriva”

Terragno cuestionó al Gobierno. “Hacemos una navegación a vela y vamos para donde manda el viento”, metaforizó el ex funcionario, y en referencia implícita al presidente Fernando de la Rúa dijo que “ni siquiera es la navegación que hace un experto que sabe enfrentar los vientos adversos”. Para rematar con un juicio lapidario enfatizó: “Estamos muy a la deriva”. El ex jefe de gabinete reivindicó su Proyecto Bicentenario socioeconómico. “Mi aspiración era que el presidente De la Rúa lo encabezara”, se lamentó. Y agregó que “muchos de los problemas que tenemos derivan de que no nos hemos fijado metas de mediano y largo plazo”.

El manejo de las cuentas

La Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios (Ufitco) informó al juzgado de Carlos Liporaci que la cuenta que ese organismo detectó en el Banco Roberts con movimientos de dinero de la SIDE pertenece al Instituto de Investigaciones S.R.L. Página/12 reveló que la central de inteligencia ocultó la existencia de esta cuenta. Esa unidad especial aportó los movimientos bancarios, pero los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado quieren que les envíen toda la documentación que acredita que por allí pasó dinero manejado por los espías que comandó Fernando de Santibañes. Además, esperan que la Inspección General de Justicia les informe a nombre de quién está esa sociedad.

 

EL JUEZ CARLOS LIPORACI VA CAMINO A SER JUZGADO
Ahorros difíciles de probar

Por Irina Hauser

El juez federal Carlos Liporaci, quien investiga los supuestos sobornos pagados a senadores, entró en el camino de su posible destitución. La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura lo citó para que declare el martes próximo y dé explicaciones sobre su supuesto enriquecimiento ilícito. Quieren que explique, entre otras cosas, cómo hizo para comprar con sus ingresos como magistrado una casa que los peritos de la Corte Suprema valuaron entre 950 mil y 1.120.000 pesos. El crecimiento de la fortuna del juez, dice el dictamen votado por cinco de seis consejeros, “no tiene explicación”.
Después de varias idas y vueltas, la Comisión de Acusación resolvió llamar a Liporaci para que diera una explicación sobre su evolución patrimonial. Pero el magistrado no se presentaría personalmente sino que enviaría un escrito. El dictamen en su contra fue votado por los aliancistas Pablo Fernández y Carlos Maestro, los abogados Fermín Garrote y Mario Gersenobitz e incluso por el justicialista Miguel Angel Pichetto. Sólo se abstuvo la menemista Lelia Chaya. Liporaci había pedido la recusación de los consejeros que lo cuestionaron (Fernández, Garrote, Gersenobitz y Eduardo Orio), un planteo que fue rechazado por el cuerpo.
Los argumentos contra el juez apuntan a las presuntas “inexactitudes, omisiones y contradicciones” en relación con el patrimonio declarado por él, los ingresos familiares y su nivel de gastos. El disparador de la investigación sobre su riqueza fue una publicación periodística que decía que había comprado su vivienda en Vicente López a 1,5 millones de pesos. El, en cambio, dijo que la había pagado 610 mil, una cifra de por sí curiosa ya que era inferior al valor fiscal, que ascendía a 663 mil pesos. El documento sugiere que “existen elementos que hacen presumir que Liporaci recibió una atención especial por parte de los vendedores o que el precio no es el que verdaderamente pagó”. A los consejeros no les cierra el endeudamiento que contrajo. Ni su decisión de mudarse “a un inmueble que quintuplicaba en su valor al anterior” ni la de contratar “dos préstamos que suman más de la mitad del precio que dice haber pagado” y contratando una hipoteca privada a un ilustre desconocido.
Otro punto controvertido a entender de la comisión, teniendo en cuenta que Liporaci basó sus explicaciones “en los ingresos del grupo familiar”, es cómo pudo ahorrar 118.606 pesos en seis meses si la familia, según sus dichos, recibió unos 11.000 pesos mensuales. A eso se suma que su hija María Florencia presta servicios en la Auditoría General de la Nación recién desde junio de este año. La joven, además, “es beneficiaria en la actualidad y desde que tenía 15 años, de una pensión graciable” de 500 pesos, y para su cobro está autorizada su madre, Lidia Inés Calb.
“Un juez que contrae deudas imposibles de pagar con su sueldo y con los de quienes integran su grupo familiar se expone a cometer actos incompatibles con su elevado ministerio”, concluyen los consejeros.

 

 

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