Por Carlos Rodríguez
En los bosques de Ezeiza, flotando
en un canal que desemboca en el río Matanza, cerca del famoso zoológico
de Cutini, fue hallado ayer el cuerpo de un joven estudiante de artes
marciales, Juan Oscar Carrari, de 29 años, hijo del presidente
de la Consultora Analogías, cuya muerte aparentemente accidental
planteaba algunos interrogantes. A simple vista, el cadáver no
presentaba heridas ni golpes y la muerte se habría producido por
asfixia por inmersión. El joven, que sufría desmayos y pérdidas
momentáneas de la memoria, cayó al canal en un sector donde
la profundidad es de apenas 20 centímetros, pero el lodo que forma
el lecho se asemeja a las arenas movedizas y el cuerpo estaba semienterrado,
prácticamente tapado por el magro curso de agua. No hay nada
que indique que hubo violencia, pero hay que esperar el resultado de la
autopsia, dijo a Página/12 el fiscal de la causa, Domingo
Ferrari. Llamó la atención el hallazgo, cerca del lugar
y clavada en la tierra, de una catana, un sable corvo de tipo oriental
que era usado por Carrari cuando practicaba artes marciales.
La desaparición de Carrari había sido denunciada el domingo
por la mañana, luego de que un grupo de nueve compañeros,
que lo esperaban desde el sábado por la tarde en los bosques de
Ezeiza, comprobaran la presencia del automóvil del joven, un Volkswagen
Gol, abandonado y con las puertas cerradas, en las proximidades de una
playa de estacionamiento. Todos se habían reunido allí para
realizar prácticas de Nin-Do, pero Carrari había sido esperado
en vano durante horas, aunque había salido de su domicilio en la
tarde del sábado. Uno de sus compañeros descubrió
el automóvil el sábado por la noche, pero la denuncia ante
la comisaría cuarta de Ezeiza recién se hizo el día
siguiente.
De la búsqueda participaron 60 personas, entre policías
de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas
de Zamora, bomberos de Merlo y de Ezeiza, y compañeros de Carrari.
El cuerpo fue reconocido en el lugar por sus familiares, entre ellos su
padre, Oscar Carrari, presidente de la conocida consultora, especializada
en encuestas de opinión. El cadáver estaba boca abajo, con
la mano derecha extendida, según informaron fuentes policiales.
Los bomberos precisaron que el joven vestía un pantalón
y una remera, ambos de color negro y del tipo ninja, lo que
indicaría que venía preparado para participar de las prácticas.
En el cuello llevaba colgadas dos cadenas de oro, de una de las cuales
pendía una alianza, ya que estaba próximo a casarse. Carrari
había sido visto con vida, por última vez, el sábado
a las 17.30, cuando se despidió de su novia y se dirigió
en auto hacia Ezeiza. El lugar de encuentro con sus compañeros
era un sector conocido como la Reserva Ecológica La Isla. Aunque
eran habituales los encuentros en el lugar, todo indica que Carrari habría
bajado de su auto y caminado en sentido contrario al que correspondía.
Cerca de las 20 del sábado uno de sus compañeros vio el
Gol abandonado y varios de ellos salieron a buscarlo, pero luego desistieron
y recién hicieron la denuncia cuando amaneció.
El coche estaba intacto, sin señales de violencia, y estaban sin
tocar sus efectos personales, dentro de un bolso hallado fuera del auto,
cerca del lugar donde estaba clavada la catana. El maestro de Nin-Do Sergio
Cides, fue quien encontró el auto y el bolso. Los compañeros
de Carrari coincidieron en que el joven sufría dolores de cabeza,
desvanecimientos y pérdida momentánea de la memoria, lo
que había dado lugar a una serie de consultas médicas. Anoche,
la comisaría 4ª de Ezeiza confirmó que había
sido encontrado otro cuerpo en la misma zona, en estado de descomposición,
pero se aclaró que no había vinculación alguna con
el caso Carrari.
ESTUDIAN
LA MUERTE DE 14 EJEMPLARES
Misterio con delfines
Investigadores de distintos
organismos realizaron un encuentro para evaluar las causas de la muerte
de los catorce delfines hallados la semana pasada en distintos puntos
de la costa bonaerense. Los especialistas, convocados por la Secretaría
de Política Ambiental de la provincia de Buenos Aires, explicaron
que los cetáceos habrían muerto por alguna de estas tres
hipótesis: por haber quedado atrapados en redes de pesca, por un
varamiento o por haber sufrido problemas de alimentación.
Los expertos confirmaron que los ejemplares murieron en alta mar, de donde
fueron arrastrados hasta la costa por efectos de los vientos y las mareas
y que la mortandad no se debió a problemas de contaminación
de las aguas. La especie de los delfines muertos es conocida como delfín
de Fraser (Lagenodelphis hosei), pesan alrededor de 200 kilos y
habitan en aguas oceánicas en manadas de cien a mil ejemplares.
Según informó la Dirección de Ecología y Recursos
Naturales de la provincia, los especialistas definieron un plan de trabajo
que permitirá corroborar algunas de las hipótesis que se
barajan, para lo cual realizarán, durante los próximos 15
días, una serie de análisis sobre los cuerpos de los delfines,
estudios de campo y de variables meteorológicas e hidrológicas.
Las instituciones que participaron de la convocatoria fueron las fundaciones
científicas de Mundo Marino y de Mar del Plata Aquarium, las facultades
de Ciencias Exactas y Naturales y de Ciencias Veterinarias de la Universidad
de La Plata, el Acuario de la ciudad de Buenos Aires y el Zoológico
de La Plata.
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