En medio de un gran operativo
de seguridad y rodeado de un gran misterio, la máxima estrella
del golf mundial, el estadounidense Tiger Woods, llegó ayer al
país para participar de la Copa del Mundo que comenzará
mañana en el Buenos Aires Golf Club. El número uno del ranking
arribó con su Jet ejecutivo privado N804 en el aeropuerto de Ezeiza
a las 12.50, junto a su compañero de equipo y número dos
del mundo David Duval, y se trasladó en un helicóptero al
hotel Intercontinental, donde se alojará durante su estadía
en Argentina. Woods, que no se dejó fotografiar, tiene programado
compartir miniencuentros protocolares de golf con el Presidente de la
Nación, Fernando de la Rúa, y con su antecesor en el cargo,
Carlos Menem.
El golfista ni siquiera se trasladó hasta el interior del aeropuerto
para realizar sus trámites migratorios, debido a que los funcionarios
de la Aduana fueron los que se acercaron hasta la pista de aterrizaje.
También a ese lugar se desplazó el secretario de Deportes
de la Nación, Marcelo Garraffo, para darle la bienvenida al visitante
ilustre, distinción que oficializará en las próximas
horas el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal
Ibarra. La joven estrella será recibido hoy, en su actividad más
importante previa al comienzo del torneo, por el presidente De la Rúa.
Previamente, realizará un entrenamiento a las 6.30 de la mañana,
el horario que utiliza habitualmente para sus prácticas.
Además de su compañero de equipo, Woods llegó junto
a su novia Joanna Jogoda y a su amigo y también exitoso golfista
Mark OMeara. Pero Woods y sus acompañantes no estuvieron
solos en su traslado desde Ezeiza hasta el hotel, sino que fueron acompañados
por una nutrida comitiva de recepción que se desplazó en
seis autos azules con vidrios polarizados. Si bien no había público
a ambos lados del camino, el operativo fue similar al que vivió
Boca el último jueves cuando llegó desde Tokio.
La custodia para quien defenderá junto a Duval el título
logrado el año pasado en Malasia se extenderá a sus traslados
en helicóptero desde el hotel hasta el campo del Buenos Aires Golf,
bajo la supervisión de personal especializado.
Para ello, la embajada de los Estados Unidos dispuso el arribo anticipado
de un ex agente de la FBI y un par de efectivos bilingües de la Policía
Federal Argentina. Además, otros 150 agentes de las policías
departamentales de Morón, San Martín y San Isidro se ocuparán
de la seguridad en los alrededores del escenario del certamen, y de los
restantes participantes. La organización, a cargo de la PGA, dispuso
de 500 marshalls que controlarán los accesos y el interior
del campo.
Estados Unidos debutará contra la Argentina en la jornada inaugural
de la Copa, mañana. Ambas parejas serán las últimas
en salir al campo, a las 14.30. Ayer, la dupla argentina integrada por
Angel Cabrera y Eduardo Romero se mostró ayer muy optimista. Tengo
mucha confianza en poder ganar el Mundial, no porque me llame Romero sino
porque me avalan las estadísticas de todo este año. Tanto
el Pato (Cabrera) como yo tuvimos una temporada bárbara,
señaló Romero.
Cuando me hablan si la presión de jugar en la Argentina me
puede afectar, yo respondo que presión sólo sentí
en mis comienzos, donde tenía apenas dos pesos en el bolsillo y
debía jugar por una bolsa de ciento cincuenta mil, sentenció
el cordobés.
HABRA
3 MILLONES EN PREMIOS, Y UNO PARA EL GANADOR
El torneo moverá unos 30 millones
La Copa del Mundo de golf moverá,
aproximadamente, unos 30 millones de dólares entre premios, promociones
y entradas de los espectadores. El patrocinador principal del evento,
la compañía informática EMC, invertirá un
total de seis millones de dólares: tres en concepto de premios
para los 48 golfistas la dupla ganadora de la Copa se llevará
un millón y los tres restantes en promociones y publicidad
del torneo.
La EMC no es el único sponsor del torneo, sino que hay otros 40
patrocinantes, que armaron ya sus stands y carpas de promoción
en el recinto del Buenos Aires Golf Club.
El mayor contribuyente fue Movicom, que aportó 1,8 millón
de dólares por su solar; le sigue en inversión la petrolera
Repsol YPF, que pagó 1,2 millón por su presencia.
En concepto de entradas se recaudarán otros tres millones de dólares.
Las entradas valen desde 50 pesos (el ticket para una jornada) a 150 (para
los cuatro días de la competencia) y se espera una concurrencia
diaria de unos 20 mil aficionados: nunca una final de golf concitó
en la Argentina más de 10 mil fanáticos. Por televisión,
la competencia alcanzará unos 200 millones de teleespectadores
en 140 países.
La cancha de 18 hoyos y par 72 en que se desarrollará la Copa fue
remodelada a un costo de 2 millones de dólares. Resulta de la fusión
de tres canchas existentes de 9 hoyos cada una, en la que fueron descartados
algunos hoyos que no reunían las condiciones necesarias.
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