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DANIEL FANEGO, CRISTINA FRIDMAN Y EL FENOMENO DE “TEATRO POR LA IDENTIDAD”
“Construímos un puente generacional maravilloso”

El proyecto nació como una serie de cinco representaciones de la obra-manifiesto �A propósito de la duda�, compuesta por testimonios de HIJOS y Abuelas de Plaza de Mayo. La adhesión de público, dramaturgos, actores y directores derivó en que se concretase una temporada. El próximo año habrá 30 piezas itinerantes.

Por Silvina Friera

Si la consigna era promover la duda, el objetivo está cumplido. Daniel Fanego se siente feliz por el crecimiento de su hijo pródigo: Teatro por la Identidad, con la pieza semimontada A propósito de la duda, un proyecto que ideó sólo por cinco funciones en el Centro Cultural Ricardo Rojas, continuó en el Centro Cultural Recoleta, completó la temporada y ya fue visto por más de 8 mil personas. El actor se acomoda en uno de los sillones de Entrecasa del Espectáculo, un viejo local de ropa que fue remodelado como sala teatral, y le comenta a la actriz Cristina Fridman los dramas que tiene cuando le llega la abultada factura de su teléfono celular. Es que medio planeta lo llama con motivo del proyecto.
En estos últimos meses, Fanego se encargó de autogestionar (sin la ayuda de las empresas de telefonía) A propósito de la duda, un espectáculo-manifiesto sobre el robo de identidades que padecieron los hijos de los desaparecidos, con textos que corresponden en su mayoría a testimonios de HIJOS y Abuelas de Plaza de Mayo. Cobraron estructura escénica gracias a la mano de la dramaturga Patricia Zangaro y contaron con la coordinación artística de Valentina Bassi. Después de las protestas por lo que abona mensualmente por el teléfono, se sumerge en el “buen caos” del presente, como prefiere calificar a lo que le está sucediendo. “Parece que nosotros estamos cooperando con la lucha de las Abuelas –subraya a Página/12 Fanego–, pero en realidad no es así. Desde el principio lo hicimos como prioridad número uno. Aquí nadie viene a hacer un favor, se viene como si se ganara un millón de dólares y el Oscar. Se trabaja al palo. Todos estamos comprometidos, cada uno en su rol. No hacemos esto de costado o de taquito, asumimos como propia la lucha de Abuelas y esto genera movimiento.”
Con más de 300 adhesiones de directores, dramaturgos y actores, como Hugo Arana, Aída Bortnik, Cipe Lincovksy, Claudio Gallardou, Andrea Pietra, Lorenzo Quinteros, Agustín Alezzo, Mauricio Kartun, Tito Cossa, entre otros, el próximo año habrá más de treinta obras cortas, itinerantes (“para que se puedan mover y realizar en espacios no convencionales”, apunta Fanego), vinculadas con la temática de la identidad, los días lunes y martes, con entrada gratuita. El lanzamiento coincide con los 25 años del golpe: será el próximo 26 de marzo, dos días después del comienzo del horror de la dictadura militar. El próximo miércoles 6 de diciembre a las 20, en el marco de la vigésima marcha de la resistencia, A propósito de la duda se presentará por primera vez en la Plaza de Mayo, y el lunes 18 a las 22, en Entrecasa del Espectáculo (Salguero 666), se realizará una fiesta para recaudar fondos. “Aunque las producciones tienen que ser sencillas, siempre se necesita una tela, algo para los montajes, pero vamos a tratar de manejar la menor cantidad de plata posible”, dice Fanego. Y aclara: “No es sólo una elección económica, es una elección formal frente a un medio que parece imponer que todo tiene que estar muy armado y prolijo. Acá está puesto el oficio de los teatristas en juego, que no cobramos dinero alguno por lo que hacemos”. Fridman comenta que se instalarán alcancías que digan “Teatro por la Identidad” en la mayor cantidad de salas posibles, para que la gente que quiera contribuir lo haga voluntariamente.
–¿A qué se debe el crecimiento que está experimentando Teatro por la Identidad?
Daniel Fanego: –Esta propuesta está afianzada en la voluntad espontánea de un grupo de actores autoconvocados, autores, técnicos y dramaturgos. Hemos sembrado y el campo está lleno de lo que hemos cosechado. ¿Qué va a pasar con la cosecha? No sé, ahora estamos volviendo a sembrar. Se sumaron compañeros como Cristina (Fridman). Ya hay una comisión de Teatro por la Identidad formada por 19 personas. Creo que la condición colectiva que tiene esta propuesta es importante. Si uno está instalado en el lugarcorrecto, y creo que A propósito de la duda lo está, lo demás es ir llevando las cosas.
Cristina Fridman: –Me parece importante destacar que la iniciativa de Teatro por la Identidad estaba pensada para cinco funciones y que desde el primer día no sólo se llenó la sala (Batato Barea, del C.C. Ricardo Rojas) sino que tuvieron que agregar, todo el tiempo, función tras función. Se armó como un circuito entre los artistas y el público. Evidentemente, la gente tenía necesidad de producir esta catarsis con el tema de la identidad.
–¿Los sorprendió la respuesta del público?
D.F.: –Sí. Nosotros no teníamos conciencia del efecto que iba a causar. Uno de los objetivos más deslumbrantes de esto es el público que lo ha visto, que es en su mayoría adolescente.
C.F.: –Y la cantidad de gente que se acercó a Abuelas, luego de ver el espectáculo, para buscar información, cuestionándose un montón de cosas. Este año se encontraron siete jóvenes.
–¿Se acercó a ver la obra algún chico o familiar que haya sufrido el tema de la sustitución de la identidad?
D.F.: –Sí, muchos. El día de la última función en Recoleta vino una señora a abrazarme a la cabina y a decirme que había encontrado a su sobrino. Cuando me pasan estas cosas me pongo a llorar. Porque siento que lo dicho tantas veces, el teatro como herramienta social, el actor como reflejo y espejo del hombre, el actor como comunicador social, está pasando.
–Las adhesiones que reciben de los teatristas y la respuesta del público, ¿están generando un nuevo movimiento?
D.F.: –Estoy acostumbrado al rating y a medirlo en la calle por mi profesión televisiva. El otro día iba en el auto y un pibe desde una bicicleta me dice: “Fanego, ¿cómo va Teatro por la Identidad?”. Se me puso la piel de gallina. Estoy feliz porque veo que esto se está convirtiendo en un movimiento al que se suma gente de todos los palos. Acá están los alternativos, la vanguardia, el teatro popular y los artistas que hacen televisión y se acercan, conscientes del capital que aportan. Y esto nos da identidad a nosotros, como parte de este pueblo, como actores y teatristas, como seres que tratamos de trascender todo el tiempo en forma colectiva.
C.F.: –Nos toca a nuestra generación, que es la de los desaparecidos, la de la dictadura, ser protagonista de esto, de hacernos cargo de esta movida.
D.F.: –Construimos un puente generacional maravilloso. Hay chicos de las escuelas de teatro con actores de otras generaciones. Se está reconstruyendo un puente que estaba roto, dinamitado, con gente viviendo a los costados del sistema. Existe esta alternativa que es buscar a los chicos porque, fiel al método de las acciones físicas, creo que ésa es nuestra acción y nuestro objetivo. Apuesto todo por este proyecto, porque me parece muy valioso. Hasta encontrar a los quinientos chicos apropiados no paro. Si buscamos una metáfora, la mejor es “hasta la victoria siempre”.
–¿Esta movida se parece a lo que significó Teatro Abierto en los ‘80?
D.F.: –Es inevitable hacer algún tipo de comparación. Creo que Teatro Abierto es pedestal de una memoria histórica, fue la trinchera en el plano de lo cultural, que dejó impregnada las huellas anémicas de nuestra cultura teatral. Creo que éste es otro movimiento, pero participan muchos de los estuvieron en Teatro Abierto. El año que viene pensamos lanzar casi treinta piezas teatrales que van a estar circulando por casi todo Buenos Aires, en teatros oficiales y no oficiales, en espacios convencionales y no convencionales. No somos nada más que los actores. Acá aparece lo colectivo, que es cuando todas las fuerzas de una comunidad se organizan yse suman detrás de un objetivo. No sé que huella vamos a dejar y cuánto va a durar. Ojalá nunca deje de ser un movimiento.

 

El panorama para el 2001

Para Daniel Fanego, Cristina Fridman, Joaquín Bonet, Eugenia Levin y el resto de los 19 integrantes de la Comisión por la Identidad hacer planes es tener futuro. Ahora tienen un lugar en la “Entrecasa del espectáculo”, una dirección electrónica ([email protected]) y un teléfono (155-314-5591) por el que suman adhesiones y propuestas. En esa tesitura, ya tienen su temporada 2001 a medio cocinar. El teatro Del Nudo, “Entrecasa del espectáculo”, el teatro Margarita Xirgu, el Centro Cultural Ricardo Rojas, La Trastienda son algunos de los espacios en los cuales se presentarán las obras de Teatro por la Identidad, los días lunes y martes, a partir del 26 de marzo del próximo año.

 

OPINION
Por Andrea Tenuta *

Algo está pasando

Me sumé a Teatro por la Identidad porque creo en un futuro mejor. En una de las reuniones de la comisión me encontré con Tito Cossa. Lo miré a los ojos y le dije: “Tito, acá está pasando algo”. Para todos los que estuvimos en el movimiento inicial de Teatro Abierto (era chica, pero recuerdo que era muy conmovedor), estar de nuevo en un movimiento teatral es fuerte. No puedo decir que sea un deber participar, porque no siento que me lo impongan, pero quiero afirmar que participar coincide con aquello en que creo en la vida. El teatro ha sido, desde los griegos en adelante, vocero de identidad. Si no empezamos a defenderla, nuestra identidad está en un peligro grave. Teatro Abierto fue un claro pronunciamiento en contra de la dictadura, de la represión y del silencio en el que habíamos vivido. Hoy, después de 17 años de democracia, ya no hay nada nuestro, ni los aviones, ni la luz, ni el gas, ni el teléfono, ni la televisión. Lo único propio somos nosotros. Hicimos este movimiento sintiendo que existir como país con identidad todavía es posible. Acaso sea el único patrimonio tangible que quede. Por eso estoy acá.

* Actriz, y cantante.

 

 

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