Por Irina Hauser
Chacho, ¿no te
parece que abrirte del Gobierno es contradictorio con la posición
de hacer una alianza opositora que tuviste durante el menemismo?
Un estudiante de música, vestido de camisa blanca y vaqueros grises,
persiguió con esta pregunta al ex vicepresidente desde que llegó
a dar su primera clase en la Universidad Nacional de Quilmes (Unqui) hasta
que cruzó el portón de salida. La casa de altos estudios
y la presentación de la Cátedra del Pensamiento Político,
que Carlos Chacho Alvarez comandará de ahora en más,
fue el escenario que eligió para hacer su reaparición pública
después de dos meses de bajo perfil tras su renuncia.
Después te contesto, después te contesto, le
decía Alvarez al joven que le insistía con dialogar. En
el Salón Auditorio de la universidad, la mitad de las sillas estaban
vacías. Había unas 150 personas, entre alumnos y docentes
amontonados con actitud tímida en las filas de más atrás.
Ni una bandera, ni un bombo. Alvarez dijo que su propuesta docente apunta
a analizar la política con una mirada histórica y
desde varias interpretaciones posibles. Como método de trabajo,
anunció, le parece importante no sólo utilizar textos teóricos
sino artículos periodísticos, tomando siempre como eje de
análisis de la globalización como un fenómeno de
alto impacto generalizado.
¿Por qué eligió este ámbito para volver
al ruedo? le preguntó Página/12 al final de la charla.
Esto no es una reaparición. Yo ahora necesito tener ingresos
y, bueno, ya hace un tiempo dije que quería volver a dar clases.
Esta es la presentación de una cátedra, que es muy abierta
y que se puede organizar con libertad, y a través de ella instalar
debates.
Lo cierto es que la clase que dio ayer fue una suerte de preámbulo
de la vuelta de Chacho, junto con la reunión inicial
que organizó el sábado pasado en el Paseo La Plaza con los
adherentes al Movimiento de Participación Ciudadana. Mientras tanto,
el Gobierno espera y promociona la próxima reunión del dirigente
frepasista con el presidente Fernando de la Rúa, a quien le llevará
propuestas para la reformulación de la Alianza y para la implementación
de políticas sociales.
El tema con que se presentó la conferencia inaugural de su cátedra
en la que lo secunda Juan Manuel Abal Medina (hijo) era La
democracia contemporánea: problemas y desafíos. Algunos
estudiantes que entraban desprevenidos a la sala, sin saber que se trataba
del inicio de una materia, se quedaban a escuchar a Alvarez, a quien miraban
como a un prócer. Con una actitud híbrida, entre docente
y dirigente, el líder frepasista pidió no confundir lo
político con lo partidario. En el orden académico,
prometió abordar hechos puntuales de la política nacional
e internacional, desde la Revolución Rusa hasta la China, pasando
por los movimientos populares de América latina.
Cuando se disponía a hacer el obligado recorrido por las instalaciones,
un joven lo interceptó en las escaleras y le bastó mencionarle
a Racing, el club de sus amores, para arrancarle una sonrisa entusiasta.
Entonces, el chico se animó a pedirle una ayudita para un grupo
de simpatizantes de la Academia. Pedido que Alvarez eludió
con sutileza.
El rector de la Unqui, Julio Villar, se mostró gustoso de acompañar
a Alvarez en una visita guiada por las instalaciones universitarias que
rompió el silencio de la biblioteca y desató carcajadas
de sorpresa entre las alumnas que trabajaban en uno de los laboratorios.
Al final del recorrido, algunos funcionarios de la universidad le dijeron
que no se olvide de llevar el equipo para jugar al tenis, al señalarle
una cancha.
El estudiante de música lo esperaba al final de la visita guiada.
Lo seguía tuteando. Esta vez, Alvarez fue a hablar con él
a un costado. El joven le decía que no entendía por qué
cuando la Alianza logró ser oficialismo, él se abrió.
Que le parecía que quería armar su movimiento y punto. Me
abrí porque es un gobierno presidencialista, porque yo no estaba
acompañado.
¿Y los demás integrantes del Frepaso? repreguntó
el chico.
No alcanza con eso. No estoy dispuesto a sentarme con todos contestó
Alvarez. Y le sugirió que para lograr cambios no hace falta ser
presidente.
|