Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


LAS IDEAS DE CHACHO CAYERON COMO UNA BOMBA EN COMODORO PY
Incendio en la servilleta de Corach

Varios jueces federales, tradicionalmente ligados al menemismo, salieron al cruce del proyecto del Frepaso para la Justicia.

Adolfo Bagnasco, Jorge Urso, Juan José Galeano y Gustavo Literas, vecinos de Comodoro Py.

El plan que estudia el Frepaso para limpiar la Justicia, revelado ayer en exclusiva por Página/12, cayó como una bomba en los principales despachos del edificio de Comodoro Py, ocupados justamente por los principales destinatarios de la iniciativa: los jueces federales que supieron engalanar la servilleta de Carlos Corach. Uno por uno, con expreso pedido de mantener en secreto su identidad, desplegaron toda gama de argumentos –“es una payasada”, “poco serio”, “inconstitucional”– para oponerse a la posibilidad de tener que abandonar sus oficinas, aun antes de que el propio Chacho Alvarez tome la decisión de presentarle el proyecto al presidente Fernando De la Rúa.
Este diario reveló que los equipos del Frepaso estudian un mecanismo que permita modificar la sede de los jueces. Por ejemplo, un magistrado designado para la jurisdicción porteña podría ser trasladado a la provincia de Buenos Aires o a Comodoro Rivadavia. Según sus mentores, el proyecto de ley permitiría modernizar la Justicia y a corto plazo serviría para renovar el staff de jueces federales de la Capital, que llevan el estigma de haber sido dóciles a los deseos del menemismo. Si el Parlamento lo aprobara y el Consejo de la Magistratura le diera forma a través de una reglamentación, el chachismo imagina que podría disponer el traslado de juzgados de igual jerarquía en cualquier lugar del país.
Uno de los jueces cuyo despacho está en el tercer piso de Comodoro Py anticipó a Página/12 que le enviará a Alvarez un libro publicado por el ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt, dedicado a la inamovilidad de los jueces. “Y se lo voy a mandar con una tarjeta mía”, agregó desafiante, aunque por ahora prefirió mantener sus opiniones en el anonimato. El magistrado opinó que la iniciativa del ex vicepresidente “sería caricaturesca si no fuera grave”. Este diario quiso saber en qué radica la gravedad. “No se pueden cambiar las reglas de juego que tienen un sentido de protección de garantías, en todo caso a los jueces hay que moverlos si hacen las cosas mal y no porque no le gusten a Alvarez. Recuerdo la frase final de un artículo de Raúl Zaffaroni que decía que ‘mi lapicera no es mejor que la de Corach’, así que creo que es Zaffaroni quien mejor le contesta a Alvarez”, respondió el juez, siempre bajo reserva de identidad.
El titular de otro juzgado, ubicado en el piso cuarto, entendió que “a priori este proyecto viola el principio del juez natural, que no está pensado para beneficiar al juez sino al imputado que desde el principio de un proceso tiene la garantía de que será una misma persona la que lo juzgue hasta el final del caso”. Este magistrado consideró que las ideas que se barajan “parecen enlazadas a las comisiones especiales que están prohibidas por la Constitución”. Cuando Página/12 refirió que en Italia hay un tope de cinco años para que un magistrado permanezca en el puesto, este juez exclamó: “Me parece perfecto porque es bueno que haya un mandato en un lugar ya fijado por la ley y luego un traslado, pero de ese modo estaría garantizado el juez natural por cinco años y no quedaría librado a una decisión discrecional del poder político”.
En otro sector del mismo piso, un juez opinó –mientras golpeaba su escritorio– que “esto es una contraofensiva disfrazada de mamarracho legal porque las designaciones con acuerdo del Senado tienen un destino específico”. Y agregó que “la intención de esto es digitar el poder de los jueces federales y es peligroso porque es un subterfugio que podría utilizar cada gobierno según su conveniencia”.
“Si nos van a tener gitaneando por todo el país me parece mal”, respondió en la oficina de enfrente un juez que, aunque se excusó de opinar en profundidad por no haber leído el proyecto, parecía más que preocupado por la posibilidad de verse obligado a hacer las valijas y dejar sin ocupante permanente a su flamante domicilio.

 


 

ALDO SAN PEDRO PRESIDE LA CAMARA BAJA BONAERENSE
Promesas de transparencia

Por Laura Vales

Aldo San Pedro hace tantos gestos para hablar que hay quienes juran que por teléfono es difícil entenderlo. Desde ayer, este hombre de Bragado al que todos llaman “El Gaucho” es el nuevo presidente de la Cámara de Diputados bonaerense. San Pedro es frepasista y asumió en reemplazo del radical Francisco Ferro. A diferencia de su antecesor, le toca hacerse cargo de una Cámara hundida en el desprestigio. Por eso anoche, durante su asunción, el nuevo presidente no ahorró promesas de austeridad y transparencia. Entre otras cosas, anunció que mandará a remate todos los automóviles de la Cámara, que no habrá más celulares pagos, que hará desaparecer el rubro “pasajes y viáticos” y que publicará todas las compras en Internet. Ferro y el peronista Osvaldo Mércuri, electos vicepresidentes de la Cámara, escucharon en silencio las promesas del frepasista.
–¿Austeridad quiere decir que habrá despidos?
–El año que viene vamos a tener un Presupuesto reducido, de 98 millones de pesos y para que ese dinero alcance hay que usarlo con mucho cuidado. Esto quiere decir que no vamos a despedir a nadie de la planta permanente, ni vamos a tocar al personal obrero. Pero todos los diputados van a tener que achicar su gasto en personal político, nombrando a menos gente o dándoles categorías más bajas.
–Hoy anunció un paquete de medidas por la transparencia. ¿Qué otros puntos incluye?
–La decisión es vender la residencia que hasta ahora usaban los presidentes de la Cámara y reducir los gastos de publicidad a lo estrictamente necesario. La idea también es construir un edificio anexo para en el futuro no tener que pagar más en alquileres.
–¿La transparencia es sólo a futuro o van a levantar el secreto sobre el destino de los fondos especiales que tuvieron hasta hace tres meses?
–No tengo atribuciones para hacer eso. Ninguno de nosotros ignora que la Cámara se desprestigió por el manejo de estos fondos. Pero a la vez ninguno de nosotros cree que haya habido manejos espurios. Esa plata no se robó, sino que se gastó.
–¿Por qué entonces no quieren mostrar en qué?
–Lo que puedo decir es que el Frepaso está preparando una rendición de sus gastos. La idea es ponerlo en Internet.
–¿Qué logro le gustaría mostrar cuando termine su gestión?
–Creo que es el momento justo para discutir cómo se financian los partidos políticos. Yo entiendo que los partidos deben existir y que deben ser financiados por el Estado, porque si dejamos el tema en manos de las empresas la política termina privatizándose. Y para hacer campaña se necesita dinero. Tiene que existir una ley para transparentar esta situación.
–Su antecesor, Francisco Ferro, autorizó a los diputados a gastar 40 mil pesos extra en subsidios. ¿Va a mantenerlo?
–No. Esa es una medida que rige sólo para este año.
–¿Qué va a hacer con los 40 mil pesos que le tocan?
–Lo que decida todo el Frepaso. En lo personal, yo reivindico que los legisladores podamos entregar subsidios. Si alguien los entrega de manera irregular será denunciado e investigado.
–La entrega de subsidios en la Legislatura está sospechada de ser una caja de financiamiento ilegal. Nadie sabe quién los recibe.
–Yo voy a publicar en Internet todas las compras de la Cámara, que es lo que puedo hacer. Pero la entrega de subsidios es responsabilidad personal de cada diputado. Y su difusión es algo que no les puedo imponer a los demás.

 

PRINCIPAL