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ALERTA SOBRE LA MALA ALIMENTACION DE CHICOS PORTEÑOS
La dieta de la hamburguesa

Un estudio hecho en un club deportivo de la ciudad reveló que casi la mitad de los chicos de entre 6 y 11 años come todos los días, al menos una vez, comida chatarra, o pizza o empanadas.

La encuesta nutricional se hizo entre chicos que concurren al Club de Amigos, de Palermo.

Por Mariana Carbajal

Una encuesta nutricional entre chicos que practican actividades deportivas en el Club de Amigos, de Palermo, alertó sobre una mala alimentación infantil en hogares de clase media porteña. La mitad de los niños respondió que todos los días come hamburguesas, papas fritas, panchos, empanadas o pizza. Casi cuatro de cada 10 acompañan el desayuno y la merienda con galletitas dulces, muy ricas en grasas y azúcares y muy pobres en fibras, vitaminas y minerales. Un 7 por ciento nunca ingiere lácteos, situación que lo expone a tener un déficit de calcio. “Los resultados del relevamiento nos advierten sobre una inadecuada elección de los alimentos así como de la falta de tiempo de los padres que por las altas exigencias laborales llegan tarde a sus casas y optan por comprar comida rápida”, señaló a Página/12 Karina Fuks, nutricionista que llevó adelante la encuesta. Obesidad infantil, incremento del riesgo cardiovascular y de diabetes son las consecuencias asociadas a este tipo de alimentación.
La encuesta fue realizada entre 160 chicos de 6 a 11 años que asisten a los programas de iniciación deportiva del Club de Amigos, un típico lugar de encuentro de sectores medios “progresistas” de la ciudad de Buenos Aires. Uno de sus habitués es el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez. “Fue una encuesta destinada a ver una tendencia alimentaria”, aclaró Fuks.
Sin embargo, los datos obtenidos son similares a los detectados en consultorios pediátricos y de nutrición. “Es algo que venimos observando hace tiempo. El problema actual en las escuelas es la obesidad con desnutriciones parciales con carencia de proteínas y minerales, debido a una mala alimentación”, señaló a Página/12 Carlos Needleman, director del Departamento de Pediatría de la UBA. “Casi todos los chicos están recibiendo un aporte bajo en hierro y calcio, pero alto en grasas”, apuntó Mónica Katz, nutricionista del Servicio de Nutrición del Hospital Durand. No obstante, Katz diferenció entre comida “chatarra” y “rápida”. En el primer grupo enumeró las hamburguesas, los panchos y la papas fritas. En el segundo, las pizzas. “Una pizza –aclaró– no es igual a una hamburguesa. La harina de trigo de la masa tiene un 10 por ciento de proteínas, que se completan con el aporte nutricional del queso y la salsa de tomate.”
En su trabajo cotidiano con chicos, Fuks está observando las consecuencias de una dieta pobre. “Vemos muchísimo sobrepeso que no es preocupante por la cuestión estética sino por estar asociado al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. Trabajo con chicos que practican natación y es notable ver que muchos tienen celulitis en la panza”, describió la especialista de Cleveland Sport, el centro de medicina deportiva del Club de Amigos. El tipo de colación que los niños llevan al club (papas fritas, paquetes enteros de galletitas dulces, chizitos) fue lo que prendió la luz roja y llevó al centro a realizar la encuesta, con la intención de concientizar a chicos y padres sobre los problemas de una mala alimentación. “El problema es que los kioscos de los colegios sólo ofrecen comida chatarra. Las madres trabajan y no tienen tiempo para cocinar y muchas veces les dan dinero a sus hijos para almorzar y los chicos se juntan en un McDonald’s”, agregó.
El 36 por ciento de los encuestados respondió que acompaña el desayuno y la merienda con galletitas dulces. El 7 por ciento dijo que nunca consume lácteos. “Son datos muy preocupantes”, observó Katz. “Están reemplazando la leche por gaseosas o jugos en las colaciones. Un déficit de calcio puede traer problemas en el crecimiento”, indicó. También alertó sobre el consumo continuo de galletitas dulces. “Tienen un alto contenido en grasas insaturadas o grasas ‘trans’, que provocan un aumento aún mayor que las saturadas del riesgo de enfermedades cardiovasculares. El problema es que en la Argentina nadie informa el contenido de este tipo de grasa. La gente lee insaturadas y piensa que son más saludables, pero es peor que comergrasa de vaca”, advirtió. En los Estados Unidos, agregó, se está estudiando obligar a la industria alimentaria a advertir en la etiqueta la presencia de grasas “trans”. “Lo más peligroso es que estamos entrenando un regimiento de consumidores que sólo desean comidas altas en grasa de mala calidad”, señaló Katz.

 


 

LEY CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR
Un freno al agresor

En la provincia de Buenos Aires la Legislatura aprobó por unanimidad una ley contra la violencia familiar, que amplía el espectro determinado por la ley nacional, ya que, entre otras normas, obliga a los jueces a decidir, en un plazo no mayor a las 48 horas de presentada una denuncia, sobre la exclusión del hogar del agresor, como medida cautelar. También contempla la protección de las víctimas en hogares temporarios, la entrevista con el juez por separado sin existir la instancia de mediación y la fijación de cuota alimentaria y tenencia de menores. La sanción de esta ley implica “un avance muy importante con respecto a la nacional”, comentó a Página/12 la abogada Marcela Rodríguez, directora del Centro Municipal de la Mujer de Vicente López.
Lo novedoso de la ley es que considera como “grupo familiar” no sólo a las personas con lazos sanguíneos directos, sino que incluye a todos los que conviven en el hogar, ya sean de la misma familia o sin relación de parentesco, y entiende por violencia familiar “toda acción, omisión o abuso que afecte la integridad física, psíquica, moral o sexual de una persona en el ámbito familiar, aunque no configure delito”.
La ley incluye también aquellas relaciones de noviazgos o parejas actuales o anteriores, o ex maridos o ex concubinos. Prohíbe el acceso del agresor al domicilio del damnificado tanto como los lugares de trabajo, estudio o esparcimiento.
Ante el miedo o la indecisión de hacer la denuncia, porque en general el que ejerce la violencia es del grupo íntimo de la persona agredida, “la ley tiene como uno de sus objetivos principales –explicó a este diario el senador del Frepaso Carlos Baldino, uno de sus impulsores–, animar y facilitar la denuncia del hecho”. “Para esto –señaló el senador–, se guardará reserva del denunciante y se evita la instancia de mediación, que obliga a enfrentar a la víctima con su victimario.” Sobre este punto es que la abogada se mostró más conforme: “Esto evita una situación de desigualdad y de coacción, y le permite a la víctima sentirse más segura”, señaló Rodríguez.
“La elaboración y sanción de la ley marca una pauta de conducta poco habitual, ya que se convocó a diversas entidades que trabajan directamente sobre el tema y no sólo a los teóricos”, concluyó la abogada.

 

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