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 La clase obrera va al paraíso,
y esta vez lo hará acompañada. Dios parece dispuesto a recibir
en su morada eterna también a los que no conocen al dueño
de casa. Así al menos lo puso en claro el papa Juan Pablo II ayer
en una audiencia pública en Roma. En el marco del programa de catequesis
desarrollado a lo largo de este año, el jefe de la Iglesia Católica
aclaró por primera vez ante una audiencia masiva los límites
de esa salvación buscada por los cristianos. “Las puertas
del Paraíso –dijo– están abiertas a todos los
justos de la tierra, incluso a los que desconocen a Cristo.” Pero
todo tiene un límite y por eso también puso restricciones:
en el Paraíso aún no se aceptan malvados. Página/12
consultó a expertos en este campo que fueron devanando de qué
se trata esa salvación católica donde ahora hasta los budistas
o hindúes tienen techo asegurado.
Para los que saben, el asunto no es nuevo. “Pero el tema es que esto
que en la doctrina católica está claro, no cabe en el imaginario
popular, no está lo suficientemente desarrollado en el ámbito
cristiano común”, explica Honorio Rey, director de la revista
Ciudad Nueva. Para Guillermo Marcó, vocero de la curia porteña,
el subrayado papal sobre el concepto del Paraíso tiene un contexto:
“El jubileo 2000 –precisa– donde este Papa ha elegido volver
sobre los temas del Concilio y en los que, este punto, integra documentos
tal vez poco difundidos”.
Y aquello falto de difusión era, precisamente, la serie de normas
que regulaban el acceso a ese campo que para el cristianismo funciona
como meta: el Paraíso. “En el Reino –dijo ayer Juan Pablo
II– entran los puros de corazón que eligen el camino de la
justicia, es decir la adhesión a la voluntad de Dios.” Y aunque
no lo sepan, habrá lugar para los que vagan por fuera de la institución
católica: “Están llamados al Reino de Dios –agregó
el jefe de la Iglesia– todos los justos, incluso los que no conocen
a Cristo y a su Iglesia, y que bajo la influencia de la gracia buscan
con el corazón sincero”.
Pero la democratización del ingreso conserva restricciones. “Existe
una diferencia fundamental entre desconocer y negar”, explica ahora
Cecilia di Lacio, profesora en teología. Quien desconoce, para
Di Lacio, es el hombre “que busca de corazón en la rectitud
de su conciencia y no ha encontrado a Dios condicionado por razones culturales,
por el racionalismo o el cientificismo”. En cambio, los que lo niegan
son “quienes por un individualismo exacerbado están incapacitados
a reconocer a todo otro, incluso a Dios”. Lucio Gera, teólogo
y académico en la Universidad Católica, intenta explicar
esa restricción pensando en los que niegan la fe y odian a Dios.
“Entonces –dice– si lo niegan, Dios no los va admitir en
el Paraíso y esto porque ese odio a Dios se manifiesta como odio
al hombre.”
A lo largo de este año, el Papa ha ido retomando distintos puntos
de la doctrina católica en las audiencias habituales de los miércoles.
Allí, como lo hizo ayer, frente a 30 mil personas, profundiza aspectos
complementarios de la doctrina. Esas revisiones buscan no sólo
precisar o aggiornar conceptos. También intentan de algún
modo, revisar los límites de una institución que precisa
seguir ordenando hacia adentro y expandirse hacia afuera.
En torno a los límites, el Papa retomó a San Pablo en su
discurso: “Los injustos –dijo– no heredarán el Reino”.
Y exhortó: “No ilusionaros: ni los inmorales, ni los idólatras,
ni los adúlteros, ni los avaros, ni los borrachines o rapaces,
entrarán”. Aunque estos estereotipos fueron reformulados por
la Iglesia contemporánea, la idea de límite no lo fue. “Existe
un dogma a veces mal interpretado –explica Di Lacio–, según
el cual fuera de la Iglesia no hay salvación, pero el tema es ver
qué es la Iglesia porque si es la comunidad que vive en presencia
de Dios, los límites son otros.” Por eso, para los católicos,
el anuncio del Papa es un “acto extraordinario de apertura –sigue
Di Lacio– donde la Iglesia no se pronuncia como la única depositaria
de los caminos de salvación”.
La buena voluntad, de acuerdo a lo propuesto por Juan Pablo II, alcanzaría
para conseguir al menos un cuarto en el Paraíso. Y esa proposición,
al menos, replantea la idea de pecado original o la necesidad de cuadrarse
ante los preceptos católicos para alcanzar la salvación.
Por eso, para Lucio Gera hasta es posible pensar que los hindúes
entrarán al Reino prometido o los no cristianos. Pero también
hasta los chicos que mueren sin el bautismo: “No hay doctrina al
respecto –aclara– más bien estamos inclinados a pensar
que el chico no es condenable”.
INTERVIENEN
POR JUEGO ILEGAL UN PORTAL DE INTERNET
Un casino virtual, pero allanado
Un portal de Internet que ofrecía
la posibilidad de jugar en casinos virtuales, pero que entregaba premios
–en contra de lo que establece la ley de juegos de la ciudad de Buenos
Aires– fue intervenido por una denuncia de Lotería Nacional.
Por tal motivo fueron allanadas las oficinas de la firma Teleinform, ubicadas
en Laprida 1024, en el barrio porteño de Recoleta. La misma empresa
estuvo involucrada inicialmente en la denuncia relacionada con irregularidades
en el concurso Su Llamado, en el programa de Susana Giménez, pero
luego fue desvinculada de la causa.
El portal intervenido se llama “Enjuego.com”, que permite a
sus clientes realizar juegos típicos de los casinos, como ruleta,
black jack, punto y banca. Hasta allí, la actividad propuesta es
totalmente legal, pero ocurría que “los organizadores permitían
la acumulación de puntos y cuando se llegaba a un número
determinado, los participantes podían ganar cenas, indumentaria,
viajes y electrodomésticos, algo que está prohibido sin
la debida autorización de Lotería Nacional”, explicó
el subcomisario Eduardo Saagian, del Departamento de Seguridad Pública
de la Policía Federal, que tuvo a su cargo el procedimiento.
En un primer momento circuló el nombre de Carlos Rottemberg, productor
del programa de Mirtha Legrand, como responsable de Teleinform. “No
conozco ni el departamento ni la empresa, no guardo vinculación
alguna ni directa ni indirecta con esa empresa”, aclaró Rottemberg
ante las informaciones que lo relacionaban con la firma.
En efecto, Rottemberg nunca estuvo vinculado con Teleinform, cuyo titular,
en la época en que comenzó el affaire del Su Llamado, era
Carlos Banfi, quien ahora reside en el exterior. De todos modos, la empresa
sigue perteneciendo a la familia. El portal “Enjuego.com” podrá
seguir funcionando, siempre y cuando no entregue premios. La empresa recibía
montos importantes por publicidad, ya que la posibilidad de ganar hizo
que, en menos de tres meses, más de 20 mil usuarios ingresaran
al portal, incentivados por los premios ofrecidos.
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