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River sumó tres puntos para soñar un poco más

Coudet celebra su gol con la compañía de Zapata.
La conquista llegó tras gran jugada de Pablo Aimar.

Por Adrián De Benedictis

Con un gol de Coudet en el primer tiempo tras gran jugada de Aimar, River definió con autoridad el partido ante Newell’s en el que ya tenía ventaja desde el día de la lluvia torrencial. Pero ayer no fue día de lluvia sino de sol, de calor, en todos los sentidos, para los riverplatenses: tras sucesivas jornadas grises de desesperanza, mascando la bronca de contemplar la celebración del archirrival, ayer, los pocos que se acercaron al Monumental, con la oreja en la radio y los ojos en el campo, tuvieron su tarde perfecta: ganó River, perdió –por goleada– Boca y el campeonato, a dos puntos y con seis en disputa, está ahí, es una posibilidad cierta para los desesperanzados de anteayer nomás. Así es este juego.
En cuanto al partido en sí –se jugaron dos tiempos de 30 y 29 minutos cada uno– River fue claro dominador y justo ganador. De salida, Newell’s se mandó decidido a descontar y a los 28 segundos Cobelli remató sobre el travesaño. Pero los rosarinos, muy jugados, se desguarnecían atrás y pronto River, por la vía habitual de Aimar–Saviola, más la proyección muy decidida de Franco y Coudet por el sector derecho, les fue creando peligros sucesivos. Precisamente, tras una oportunidad clara que no usufructuó Real a los 8’ llegó –casi junto a la noticia del primer gol de Independiente– la conquista de los de Gallego: se mandó Aimar por el medio limpiando el camino y cuando llegó al área habilitó a su izquierda a Coudet que llegaba libre y convirtió cruzado: 2-0 y partido de algún modo definido.
Porque los rosarinos llegaban poco. Hubo un cabezazo de Fuentes a los 21’ apenas a la izquierda de Bonano, y poco más. Por el lado de los locales, una tijera de Angel sobre el final fue todo el aporte de peligro.
Terminado el miniperíodo inicial, las cosas no cambiaron en el segundo. A los dos minutos, Saviola lo dejó solo a Angel que no llegó y después el goleador intentó una tijera, también sin suerte. Las respuestas de los de Ribolzi carecieron de profundidad, ya que centralizó en exceso el juego y eso facilitó la labor defensiva de River. Precisamente, el control del ganador se hizo más acentuado y cabe anotar dos oportunidades claras. Una fue una excelente jugada de Franco, muy activo, que neutralizó Cejas después de que el lateral hiciera una larga diagonal eludiendo gente; y, sobre el final, fue Angel el que cabeceó y, cuando el arquero no llegaba, la pelota dio en el travesaño.
En síntesis, una jornada ideal para River, que volvió a sonreír de ojo a oreja: porque veía jugar a ganar a su equipo, porque oía perder a su rival. Ahora queda el desenlace de un campeonato que promete mantener el suspenso hasta la fecha final: River tiene que ir a Parque Patricios y no perder puntos ante Huracán. Y a escuchar la radio, como ayer.

 

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