Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Una generación de músicos con espíritu independiente

Rosario Bléfari y Francisco Bochatón anticipan las claves del ciclo con el que el sello independiente Indice Virgen presenta desde hoy una serie de shows de artistas que viene editando a puro esfuerzo.

Bléfari es la voz de Suárez;
Bochatón, un ex Peligrosos Gorriones.

Por Pablo Plotkin

Más que discos, las producciones de Indice Virgen son pequeños manifiestos estéticos, hilvanados a través de una rigurosa coherencia de estilo. Con 17 CDs publicados, el sello de Sebastián Carreras se convirtió en el brazo editor más fuerte de una escena de cantautores modernos y grupos de rock cuyo principio del placer no se relaciona necesariamente con aquello de transpirar la camiseta sobre el escenario. La máxima congregación anual de ese microcosmos ocurrió hace un par de semanas, cuando en la plaza de Palermo Viejo (el barrio insignia de la escena) se concretó el festival Buen Día, un encuentro musical, culinario y de indumentaria que engloba con síntesis irreprochable la cultura indie porteña. Allí estaban, entre otros, Francisco Bochatón y Rosario Bléfari, al frente de Suárez. Los dos protagonizarán el ciclo de conciertos de Indice Virgen que empieza esta noche en el teatro Regina (Av. Santa Fe 1235), con Menos Que Cero, Bristol y Leo García. Mañana a las 22 actuarán Daniel Melero y Esteban Castell, y el sábado Suárez presentará sus versiones del extinto grupo español Le Mans. Bochatón cerrará el domingo, junto a Entre Ríos y Victoria Mil.
Haciendo equilibrio con Peligrosos Gorriones, Francisco fue parte activa de aquel pelotón heterogéneo que a mediados de los ‘90 fue etiquetado como Nuevo Rock Argentino. Cuando la voluntad colectiva se cayó a pedazos, él decidió empezar una vida solista que hasta la fecha dejó dos discos: Cazuela y Píntame los labios (en enero entrará a grabar el tercero). Suárez, en tanto, fue transformando la postura hosca y atonal de sus comienzos a la fisonomía de grupo pop sensible. Siempre desde la independencia (editando sus discos por el sello propio Feliz Año Nuevo), siempre con una actitud arty, este año llegó al primer puesto del ranking de FM Supernova con el tema “Río Paraná”. Que una canción de Suárez alcance ese lugar en la FM estatal (gracias al voto del público) no deja de ser un pequeño gran acontecimiento en la historia del rock independiente argentino.
Así y todo, el estado de las cosas hace que un grupo que figura al tope de un ranking radial casi no pueda vivir de su música. Los sueños de prosperidad que proyectaba el rock argentino en los ‘80 y en la primera parte de los ‘90 fueron deshaciéndose en los últimos años, al menos para el 98 por ciento de los artistas. “A principios de los ‘90 todavía se creía en la competencia, porque todavía estaba la idea de que iban a sobrevivir sólo unos pocos triunfadores”, dice Rosario Bléfari. “Un exitismo que era un coletazo de la forma de pensar de los ‘80, gente que de pronto saltaba a la fama. Los ‘90 fueron distintos, hubo una diversidad súper rica, que desde los medios se la encaró como una decepción: ¡¿Dónde están los nuevos Soda Stereo?!’. Pero la historia va cambiando. Menos mal que las situaciones varían y nadie llega a ocupar el lugar de nadie. Era horrible sentir que lo que se contaba de la música eran decepciones, en lugar de entender que las cosas van cambiando naturalmente.”
Bochatón recuerda los días en que a los Peligrosos Gorriones sólo les preguntaban por “los nuevos Soda Stereo”. “Todo era más caótico y competitivo. El arte parecía corresponder a una minoría; hoy, en cambio, es la única manifestación humana grossa del mundo. Ahora hay más organización, más unidad. Yo no me peleo con la gente de mi grupo. Lo mismo sucede en los festivales. Encontrarme con Rosario, por ejemplo, es una alegría, no hay ninguna mirada extraña. Antes esas cosas pasaban.”
En medio de la crisis, los ejecutivos discográficos están a los gritos. Para una banda de rock por debajo de la línea de masividad, la única alternativa es la independencia. “Algún día habrá que analizar el impacto cultural que provocan todos estos discos”, observa Rosario. “Más allá de la ayuda que representa para las bandas, con el paso del tiempo quedaráuna enorme cantidad de música que no persigue más que finalidades artísticas. Y eso tiene un valor incalculable.”

 

PRINCIPAL