Por Adriana Meyer
El Poder Judicial allanó
ayer el corazón del Poder Ejecutivo. La Secretaría General
de la Presidencia ubicada en la Casa Rosada y la Secretaría
de Inteligencia del Estado (SIDE) fueron registradas por orden del juez
federal Jorge Urso. El magistrado busca el contrato firmado el 7 de junio
entre la SIDE y una consultora de comunicación política
vinculada a Dick Morris para la realización de una campaña
destinada a resaltar los logros de la administración aliancista.
Una ex socia de Morris asegura que cobró 25 mil dólares
mensuales de las cajas de la SIDE y que el consultor recibió 1
millón 600 mil por ocho meses de trabajo. Página/12 publicó
el martes en exclusiva que el fiscal federal Oscar Amirante acusó
al ex jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, y al presidente
Fernando de la Rúa de presunta malversación de caudales
públicos por la contratación de esta consultora.
Mattie Lolavar es experta en comunicación política e imagen.
En una entrevista publicada por la revista Noticias el 4 de noviembre
afirmó que Morris el cotizado asesor que diseñó
la campaña electoral de Fernando de la Rúa y que perdió
su cargo en el gobierno de Bill Clinton por divulgar secretos de Estado
ante una prostituta (ver aparte) la convocó para que destacara
los logros de la administración aliancista: la reforma laboral,
la impositiva y reforzar la imagen de austeridad. Lolavar aceptó
la propuesta y estudió la política y la historia argentina
durante tres semanas. Fue una cosa bien rara porque en principio
me dijeron que mi contrato iba a ser firmado directamente por el gobierno
argentino, pero no fue así, relató la mujer. Morris
le comunicó que lo harían a través de la consultora
de lobby norteamericana Ikon, que fue contratada por la SIDE. Me
explicaron que lo hacían de ese modo por la resistencia que podía
generar nuestro trabajo, recordó Lolavar. Y agregó
que le indicaron que su tarea constituía una operación
encubierta. La revista publicó un facsímil del contrato
en donde puede verse la firma de De Santibañes, y asevera que hay
una copia en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos porque
así lo establecen las normas de ese país.
Antes de solicitar el allanamiento que Urso concretó ayer, los
fiscales Amirante y Guillermo Marijuan preguntaron sobre la existencia
del contrato a la secretaría Legal y Técnica de la Presidencia.
Funcionarios del área respondieron que no tienen ninguna información
al respecto. El magistrado prefirió cerciorarse y ordenó
registrar las oficinas de la sede central de la SIDE, en 25 de mayo 11,
y de la Secretaría General de la Presidencia, en Balcarce 50. En
la Rosada el resultado del operativo realizado por la división
Delitos Federales de la Policía Federal fue negativo. En la SIDE
los uniformados tuvieron algún inconveniente. Un alto funcionario
judicial explicó a Página/12 que el director de Asuntos
Jurídicos del organismo, Gabriel Presa, se negó a entregar
la documentación. Urso evaluó la posibilidad de detenerlo
por desobediencia pero finalmente optó por trasladarse
hasta el lugar de los hechos. Otra fuente vinculada al caso aseguró
a este diario que, si el contrato no aparece se lo pedirán al Departamento
de Justicia norteamericano.
La denuncia fue presentada por el abogado Juan Carlos Iglesias, el mismo
letrado radical que formuló una de las seis acusaciones del caso
de los sobornos en el Senado. Amirante la impulsó porque entendió
que el ex jefe de la SIDE y el Presidente, de quien depende ese organismo,
habrían malversado fondos públicos al autorizar esa contratación.
De la Rúa tenía claro que mi trabajo era pagado por
la SIDE, enfatizó Lolavar desde su casa, en Virginia.
Una semana después de los dichos de Lolavar, Morris la desmintió
al declarar que no había cobrado ni un peso. Sin embargo,
admitió que fue gestor de un contrato millonario entre una consultora
amiga (Ikon) y la central de espionaje argentina. El asesor
de imagen afirmó: Nunca recibí dinero ni de la SIDE
ni del Gobierno, y tampoco lo recibiré en el futuro.Me limité
a presentar a Roger Stone, consultor de Ikon, con De la Rúa y De
Santibañes.
En el Parlamento pidieron explicaciones pero sin éxito. El diputado
justicialista Teodoro Funes ingresó a la Cámara un pedido
al Ejecutivo para que informe acerca de las causales que originaron
la desviación de fondos provenientes de la SIDE a actividades publicitarias
propias de otra secretaría de Estado. Por su parte, los senadores
justicialistas Carlos Corach, Héctor Maya, Antonio Cafiero y Eduardo
Arnold pidieron que el Gobierno informe sobre la veracidad de las
afirmaciones de Lolavar.
Esta es otra de las causas derivadas del escándalo de los sobornos
en el Senado. Los fiscales que investigan ese caso, Eduardo Freiler y
Federico Delgado, solicitaron a la SIDE que envíe una copia del
polémico contrato. Ellos también tienen en la mira a los
fondos del organismo y ya pidieron que vuelva a declarar por cuarta
vez el secretario de finanzas de ese organismo, Juan Gallea, pero
el juez no accedió. Acá lo que subyace es el manejo
discrecional de los fondos secretos de la SIDE, que evidentemente no se
usan sólo para tareas de inteligencia, y eso es más un tema
político que judicial, especuló uno de los investigadores
del caso Lolavar. Otro investigador del caso sobornos acotó que
si esos dineros se usaron para marketing político pueden
haber sido utilizados con cualquier otro tipo de fines.
Lolavar maneja su propia consultora Triumph Communications Group
y sus clientes más conocidos son el millonario Donald Trump y James
Hoffa Jr., el hijo del sindicalista misteriosamente desaparecido. En el
contrato que en las últimas horas trastornó los despachos
oficiales, Triumph figura como subcontratista de Ikon. La experta asegura
que estuvo en Buenos Aires a fines de agosto y que en ese momento trabajó
con De Santibañes, a quien había conocido en Nueva York.
¿Por qué renunció? La ex socia de Morris dice haberse
sentido mal moralmente, porque después de ver
tanta pobreza me pareció que le tomábamos la leche al gato.
La respuesta
de los espías
Por E.T.
En la SIDE no se está produciendo
ningún allanamiento, afirmó a este diario un
destacado funcionario de la inteligencia estatal, mientras un agente
judicial y un miembro de la Policía Federal del área
de delitos económicos recorrían los pasillos de la
sede principal del espionaje nativo. Por error o malintencionadamente,
desde la sala de prensa de los tribunales federales se está
informando incorrectamente. Incluso afirman que el allanamiento
también incluye a la Secretaría General de la Presidencia,
continuó el funcionario.
Si no hay un allanamiento, ¿qué están
haciendo los funcionarios judiciales? preguntó este
diario.
Están preguntando en distintas departamentos si esta
repartición firmó algún contrato con algún
señor Morris. El juez mandó un requerimiento por el
que pide un informe detallado acerca de este contrato denunciado
por un tal Iglesias.
¿Hay un plazo para presentar dicho informe?
En su escrito, el juez habla de diez días.
¿Existe en la SIDE algún contrato firmado con
Dick Morris?
Aquí no hay ningún contrato con el señor
Morris.
¿Y con la empresa IKON (ver nota central)?
Bueno, yo tampoco conozco toda la documentación que
hay en este organismo. No se olvide que para esta actividad, rige
el secreto.
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UN
FISCAL ACUSA A DE SANTIBAÑES DE MALVERSACION
El camino que abrió Bielsa
Por
A.M.
A pesar de que
ya no dirige los destinos de los espías nacionales, Fernando de
Santibañes no encuentra paz. El fiscal federal Oscar Amirante lo
acusó de presunta malversación de fondos públicos
a partir de la denuncia que presentaron los abogados Ricardo Monner Sans
y Juan Carlos Iglesias. Estos letrados se basaron en el informe de la
Sindicatura General de la Nación (Sigen) que descubrió que
la SIDE reportó 22 millones 300 mil pesos como gastados cuando,
en realidad, estaban depositados en una de las tres cuentas que tiene
en el Banco Nación.
El actual jefe de la SIDE, Carlos Becerra, fue convocado por el juez federal
Jorge Urso para el 14 de diciembre. El magistrado quiere interrogarlo
como testigo para saber si encontró irregularidades contables en
las cuentas del organismo a su cargo, y quiere que lo ayude a trazar el
mapa contable de la SIDE. A pedido de los fiscales Amirante
y Guillermo Marijuan, también citó como testigos a los auditores
de la Sigen que realizaron el informe. El organismo de control que dirige
el jurista Rafael Bielsa detectó que De Santibañes informó
a la Contaduría General como pagados fondos que estaban depositados
en otra cuenta. Los técnicos de la Sigen están tras la pista
de otros 10 millones que habrían tenido destino incierto.
Cuando el ex banquero hizo su descargo ante la Oficina Anticorrupción,
argumentó que esos movimientos se hicieron como previsiones
presupuestarias. Pero esto no conformó a los fiscales que
ayer impulsaron la acusación en su contra. Amirante y Marijuan
pedirán más adelante la realización de una pericia
contable del informe de la Sigen, pero quieren que sea hecha por un organismo
público no estatal, como podría ser una universidad. También
necesitan saber cuáles son las normas secretas que rigen los asuntos
contables. El informe de Bielsa se basó en la Ley de Contabilidad
y De Santibañes sostiene que la SIDE se rige con normas especiales.
El ex jefe de los espías respondió, además, iniciando
una querella contra Bielsa. Lo acusó de violar secretos de Estado
por la difusión que tuvo el informe, abuso de autoridad
e incumplimiento de deberes de funcionario. Además, trató
de invalidar su rigurosidad argumentando que la Sigen reconoció
que los espías le retacearon información. Y cuestionó
la competencia del ente de control de las cuentas públicas para
investigar a la Secretaría de Inteligencia del Estado. El fiscal
federal Miguel Angel Osorio impulsó la denuncia contra el síndico
general y la investigación está en manos del juez Rodolfo
Canicoba Corral. Página/12 pudo saber que De Santibañes
presentó ante el magistrado un anónimo en el que le advertían
que la Sigen obtuvo datos de ex empleados de la SIDE que habrían
sido cesanteados durante su gestión y que estarían implicados
en la causa que investiga irregularidades en el manejo de inmuebles propiedad
de los espías.
Cantarero
y la periodista otra vez cara a cara
Por
Santiago Rodríguez
El careo entre
la periodista María Fernanda Villosio y el senador Emilio Cantarero
no arrojó ayer ningún avance importante para la investigación
del presunto pago de coimas en el Senado que conduce el juez federal Carlos
Liporaci. Yo dije la verdad, sostuvo la cronista del diario
La Nación y ratificó así su declaración en
la causa acerca de que el legislador peronista le confió que junto
a otros colegas de su bloque había recibido sobornos a cambio de
aprobar la ley de reforma laboral. Cantarero la calificó de mentirosa
e insistió en que la acusación en su contra es falsa.
Villosio y Cantarero volvieron a encontrarse ayer entre sí y también
con el juez Liporaci. Ambos habían pasado ya por los tribunales
de Comodoro Py para declarar en la causa que investiga el supuesto pago
de coimas en el Senado, aunque en diferente condición: la periodista
concurrió en su momento como testigo, mientras que al senador se
le tomó declaración indagatoria por ser uno de los once
legisladores (siete peronistas y tres radicales) y dos empleados de la
Cámara alta procesados por presunto cohecho. Cantarero es, además,
el único imputado que carga con una prueba testimonial en su contra,
precisamente la que aportó Villosio al declarar que ante ella había
admitido el cobro de sobornos.
Liporaci apostaba a avanzar sobre la base de las contradicciones que surgieron
de los testimonios Villosio y Cantarero y por eso dispuso el careo entre
ambos. Pero el trámite tardó tanto como lo que le llevó
al magistrado leer lo que uno y otro habían declarado en el expediente
y a la periodista y el senador ratificar sus dichos. Desde que los protagonistas
del careo llegaron al despacho del juez hasta la finalización de
la diligencia no pasaron mucho más que 40 minutos.
Cantarero actualmente en uso de una licencia sin goce de haberes
fue el primero en hablar. Liporaci le concedió la palabra cuando
concluyó la lectura de su testimonio, un trámite que su
abogado, Andrés Marutián, trató de evitar pero que
el juez concretó para que Villosio supiera a ciencia cierta lo
que había declarado el senador.
Villosio miente expresó Cantarero y negó haberle
dicho en algún momento que había recibido sobornos a cambio
de aprobar la reforma laboral. El 30 de agosto pasado, La Nación
publicó una entrevista con un senador peronista, al cual no identificaba,
quien admitía que había corrido dinero durante la tramitación
de esa ley. Frente al escándalo que desató esa publicación,
Cantarero admitió ante sus pares que había estado reunido
con Villosio, pero negó ser el autor de la confesión. Al
día siguiente, la periodista reveló que el senador era Cantarero.
Villosio ratificó después la información ante Liporaci.
El relato de aquella reunión que mantuvo con Cantarero constituyó
el eje de su declaración ante el magistrado. El senador insistió
con que su versión es falsa y la acusó de ser
experta en operaciones difamatorias.
Yo dije la verdad, usted lo sabe. Cumplí con mi trabajo y
nada más, sostuvo Villosio. También aclaró
que yo no lo traicioné y mantuve hasta el final el resguardo
de la fuente y recordó que Cantarero sabía que
la nota iba a ser publicada, aunque insistía en que no se mencionara
su nombre.
Quienes presenciaron el careo además de Liporaci y Marutián,
estaba el fiscal Federico Delgado y el secretario del juzgado Marcelo
Sonvico destacaron que la periodista no dejó de mirar
a los ojos a Cantarero en ningún momento del trámite.
También contaron a Página/12 que el senador asintió
con la cabeza ante cada una de las expresiones de Villosio, pero sin abrir
la boca.
El silencio de Cantarero forma parte de la estrategia procesal
que fijó su defensa. De hecho, Marutián estuvo durante todo
el careo detrás de él y palmeándole el hombro. Daba
la impresión de que lo calmaba para que permaneciera callado,
comentó uno de los partícipes de la diligencia. Ante los
periodistas, Cantarero tampoco dio la cara. Como los abogados no
hablan de política, es prudente que los políticos no hablen
de las causas judiciales, explicó Marutián, quien
se presentó en su lugar para negar la versión novelesca
de Villosio, a la cual tildó de absolutamente mendaz
en sus dichos.
La periodista también tuvo palabras para Cantarero afuera del despacho
de Liporaci. Es canallesco que quiera inculpar a una inocente del
delito de coacción para salvarse de sus responsabilidades como
senador porque lo único que hice fue hacer mi trabajo, dijo
al salir de Tribunales, a propósito de la denuncia que Cantarero
promovió en su contra y que quedó en manos del juez Gabriel
Cavallo.
EL
MISTERIO DEL SUELDO DEL TALENTOSO MR. MORRIS
Casi un secreto de Estado
Por
F.C.
Pese a que hace
más de dos años que asesora a Fernando de la Rúa,
nunca quedó muy claro de dónde salía el sueldo del
norteamericano Dick Morris, uno de los consultores top de la política
mundial. Autor de la teoría de la campaña permanente
para asegurar el éxito de cualquier gobierno, Morris supo ganarse
desde el vamos la admiración de Antonio de la Rúa y se convirtió
en líder espiritual del equipo comunicacional de la Alianza. Ordenó
encuestas, bosquejó avisos, redactó discursos y marcó
las líneas generales de la campaña. Un trabajo arduo en
un asesor nada barato. Con todo, recién se mostró en público
junto al Presidente en junio pasado, durante una gira por Estados Unidos
en la que promovió a la Argentina como plaza turística.
Tiene parques como Londres, calles como París, todos son
italianos y hablan castellano, fue el slogan que utilizó.
Morris dejó de trabajar para el presidente norteamericano, Bill
Clinton, en 1996, luego de un escándalo que involucró a
una prostituta. Morris estaba con la mujer y le pasó el teléfono
para que escuchara del otro lado de la línea la voz del hombre
más poderoso del mundo. Con la entrada a la Casa Blanca prohibida,
Morris salió a buscarse conchabo por el resto del mundo. Tiene
con qué sacar chapa: no sólo fue el principal asesor del
presidente norteamericano durante tres años sino que también
tiene página en Internet, trabaja en televisión y publica
un par de libros por año.
La leyenda cuenta que el flechazo fue en febrero del 98, en una
estancia en la costa atlántica. De la Rúa competía
en la interna contra Graciela Fernández Meijide y tenía
urgencia por un asesor de nivel que le indicara el camino a seguir para
asegurarse el triunfo. Morris desgranó sus máximas: las
campañas se ganan al comienzo y no al final, la publicidad debe
ser en un 90 por ciento televisiva y la importancia de realizar encuestas
dirigidas, que permitan conocer el verdadero pensamiento de
la gente. De la Rúa y Antonio compraron de inmediato. Morris, que
no habla castellano, viajaba una vez por mes a Buenos Aires, se alojaba
en una suite del Hotel Hyatt y revisaba los sondeos que le preparaba la
consultora Analogías. Cuando partía, le daba su opinión
a De la Rúa y encargaba nuevas encuestas.
Obsesivamente, Morris esquivó a la prensa y, sobre todo, hablar
de la Argentina. Cuando al fin lo hizo, no fue del todo prudente. Entre
otras cosas, dijo que Carlos Menem era un corrupto. Su salida le valió
que el senador Eduardo Menem presentara un pedido de informes al Ejecutivo
donde se exigía respuesta a varios de los enigmas que hoy se investigan:
tarea que cumplía Morris dentro del Gobierno, en qué condiciones
las desarrollaba y los montos que percibía.
Entre los trabajos realizados por Morris en el año de gestión
delarruista se anotan varios discursos presidenciales, el armado de sus
viajes por Estados Unidos y la promoción turística. Por
ejemplo, Morris aconsejó a De la Rúa ir al Museo del Holocausto
a pedir disculpas a la comunidad judía. Según había
notado en sus sondeos, los norteamericanos tenían la imagen de
la Argentina como un lugar que había dado refugio a criminales
nazis. También que les resultaba simpático que el valor
del peso estuviera asimilado al dólar.
Delito o no, el testimonio de Mattie Lolavar dejó al descubierto
un entramado que el gobierno jamás blanqueó. Con el estigma
del gobierno del marketing calificativo que en algún
momento se ganó la gestión delarruista, la Rosada
siempre prefirió esconder la naturaleza del vínculo que
la unía a Morris. Ni siquiera ayer, con los allanamientos en marcha,
hubo alguna voz del Gobierno que saliera a dar explicaciones.
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