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Crónica de la impotencia del bloque de la Alianza

Durante meses la Cámara de Diputados amenazó con tratar la ley sobre los presos del MTP. Pero la Alianza nunca consiguió disciplinar a su propio bloque, lo que, sumado a la oposición del PJ, motivó una sucesión de fracasos y promesas incumplidas.

Hubo dos proyectos del bloque y un “paper” de Gil Lavedra.

Por Felipe Yapur

La historia parlamentaria del proyecto de ley que revisaría la situación procesal de los guerrilleros presos del Movimiento Todos por la Patria culminó ayer sin pena ni gloria. Fueron seis meses de vanos intentos para debatir un proyecto que encontró una férrea oposición por parte del justicialismo y, sobre todo, la reconocida incapacidad de la conducción del bloque de la Alianza para convencer a un grupo importante de radicales que rechazaban el tratamiento de esta polémica norma. Finalmente ayer el presidente Fernando de la Rúa firmó un decreto para que se presente un recurso ante la Corte Suprema a fin de que se pronuncie sobre el derecho que tienen los presos del MTP para acceder a una nueva instancia judicial. Sin embargo, todo indica que la decisión presidencial no logrará levantar la huelga de hambre que los detenidos realizan desde hace 96 días.
Todo comenzó el 29 de mayo pasado cuando los presos de La Tablada anunciaron el comienzo de una huelga de hambre reclamando la habilitación de una segunda instancia judicial de acuerdo con el requerimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En ese contexto, el 8 de junio, durante una conferencia de prensa, el presidente del bloque de diputados radical, Horacio Pernasetti, junto a los frepasistas Nilda Garré, Juan Pablo Cafiero y Ramón Torres Molina anunciaron que el proyecto presentado por este último había conseguido un dictamen favorable de la Comisión de Legislación Penal. El dictamen se había logrado con la firma de varios radicales. Todo indicaba que no sería fácil su tratamiento norma, pero nadie creyó que nunca se iba a poder siquiera votarlo.
El 12 de julio la Alianza intentó por primera vez debatir la norma. El PJ había anunciado su voto negativo. El menemismo y un grupo no menor de duhaldistas, como Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari entre otros, adherían a la siguiente tesis: “Queremos que se pudran en la cárcel”. No terminaría allí la oposición del justicialismo: comenzaría una verdadera historia de exigencias y “traiciones” a los acuerdos alcanzados con el oficialismo.
La sesión del 12 cayó por la falta de quórum. A la inasistencia del PJ, se añadió el faltazo de 40 diputados radicales que justificaron su posición afirmando que “no queremos que los presos queden libres”. Esa noche, una comisión de diputados de la Alianza, que incluyó a Pernasetti, Marcela Bordenave y Alfredo Bravo, visitaron a los presos. Les prometieron que el 3 de agosto debatirían la ley logrando que éstos levantaran la huelga de hambre que ya cumplía 46 días.
Transcurrieron mucho más de quince días para que Diputados pudieran volver a llevar el proyecto al recinto. Pero ya no era el de Torres Molina. Hubo forcejeos y polémicas por la redacción de un nuevo texto que abría la doble instancia judicial, pero específicamente advertía que no se computaría el beneficio del “dos por uno” para evitar la libertad. En cierto sentido, este nuevo texto cumplía con una de las exigencias del PJ. Pero inmediatamente exigieron la presencia del entonces ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, en un intento por comprometer al Ejecutivo en la redacción del nuevo texto. El ministro hizo llegar un paper con una serie de recomendaciones legales para sortear la aplicación del beneficio del dos por uno. Aun así, la Alianza intentó y fracasó en tres oportunidades seguidas el debate de la ley. En tanto, el 5 de setiembre los presos habían comenzado su segunda huelga de hambre.
El 28 de setiembre se concretó el último intento por debatir el proyecto que llevaba las firmas del presidente Fernando de la Rúa y de su hermano, el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa. Así se cumplía con la primera exigencia del PJ: “Queremos un proyecto que esté firmado por el Presidente”. Aun así, jamás lo debatieron. Ayer, los diputados del PJ amenazaron con no bajar al recinto si se incluía en el temario de sesión. Un miembro del bloque de la Alianza dijo a Página/12 que “estamos hartos de las condiciones del PJ. Nos corren por derecha porque saben que hay radicales que no votan la ley. Así que es mejor esperar el decreto”. El decreto llegó, pero los detenidos no suspenden la huelga de hambre.

 

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