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EL GOBIERNO DECIDIO QUE EL AUTOTRANSPORTE ACATE AL JUEZ
Cierto, todo lo que sube al final baja

Jaqueado por el rechazo que generó el aumento de tarifas y el fastidio por las declaraciones del secretario de Transporte a este diario, cuando dijo que los más pobres no sufrirán el aumento porque igual no viajan en colectivo, el Gobierno estableció que no puede aumentarse el boleto hasta el fallo definitivo de la Justicia.

Por Raúl Dellatorre

La Justicia logró torcerle el brazo, al menos por unos días, al Gobierno. Los aumentos en el boleto del colectivo, que ya estaban en marcha, volverán atrás. El ministro de Economía debió ordenar ayer la suspensión de los aumentos en el autotransporte de pasajeros tras ser notificado de un nuevo fallo del juez Martín Silva Garretón, que acepta la apelación a la medida por él dictada de “no innovar” en materia de tarifas, pero mantiene vigente la decisión de no aplicar el nuevo cuadro tarifario hasta tanto se pronuncie el tribunal de alzada (la Cámara Federal del fuero contencioso administrativo).
A través de la Secretaría de Transporte las empresas de colectivos fueron informadas ayer de la novedad. Por eso, desde el primer servicio de hoy deberán aplicar la tarifa vigente hasta el sábado 2 de diciembre en el transporte urbano: 65 centavos para el boleto mínimo y 70 centavos para la segunda sección.
Por otro fallo, dictado por la jueza María José Sarmiento, también quedó en suspenso el ajuste de tarifas en el servicio del Ferrocarril Belgrano Norte, pero en este caso lo que está cuestionado es la renegociación del contrato de concesión con Ferrovías. Las evidentes fallas de procedimiento para aplicar los ajustes dejan en posición aún más endeble al titular de Transporte, Jorge Kogan, cuya renuncia fue pedida por varios legisladores de la Alianza y las expresiones que virtió en una entrevista con Página/12 merecieron cuestionamientos del Presidente de la Nación y provocaron disgusto en diversos ámbitos del Gobierno nacional.
Mediante un comunicado de prensa, la Secretaría de Transporte informó anoche que “ha notificado a las empresas de transporte automotor de pasajeros del Area Metropolitana que deben abstenerse de aplicar los nuevos valores tarifarios, atento a la vigencia de la medida cautelar dictada por el Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Nº 6”. Y agregó: “La suspensión de esos nuevos valores tarifarios debe mantenerse atento a que, si bien fue apelada la medida, el recurso ha sido concedido con efecto devolutivo, es decir, debe cumplirse la medida cautelar durante todo el trámite de la apelación”.
La postura asumida por el Gobierno ante el nuevo fallo de Silva Garretón implica un rotundo cambio en la política oficial, impregnada del rechazo generalizado que provocó el aumento de las tarifas del transporte. El jueves pasado el magistrado ya se había pronunciado en contra de la suba de los pasajes del autotransporte, ordenando su suspensión. Pero el Gobierno desconoció la medida, y ayer la apeló. Al aceptar la apelación “con carácter devolutivo”, el juez Silva Garretón no hizo que más que ratificar su anterior criterio, pero esta vez generó una reacción diferente de las autoridades. Ante el primer fallo, el Gobierno nacional y las empresas concesionarias quedaron en situación de ser declaradas en rebeldía por desacato de la Justicia. Ayer, las autoridades nacionales resolvieron salir de esa incómoda posición.
En el Ministerio de Economía –a cargo de Infraestructura desde la renuncia de Nicolás Gallo, y en consecuencia del área de Transporte–, hasta la última hora de la tarde de ayer, se había planificado una estrategia diferente para sostener la batalla judicial. Tras la presentación de la apelación, se preveía que en caso de que el juez la rechazara o le diera carácter devolutivo –sosteniendo en un caso u otro la suspensión de los aumentos–, se presentaría una “recusación” del magistrado, un instrumento técnico por el cual se pide su apartamiento de la causa por “prejuzgamiento”, es decir, por haber fijado posición al dictar la medida cautelar previo al análisis de la causa. “Nos condenó de antemano, eso es evidente”, confió ayer a Página/12 un alto funcionario de Economía antes que se decidiera acatar la suspensión del tarifazo. La estrategia de sostener el aumento a capa y espada, claramente, fue rechazada en la instancia política del Gobierno nacional. Las diferencias que generó el ajuste de tarifas en el seno de la propia Alianza –varios legisladores lo cuestionaron y pidieron la renuncia de Kogan– ayer sumaron un nuevo elemento a la discordia. El Gobierno de la Ciudad, a partir de una solicitud del Ente Unico de Regulación de los Servicios Públicos avalada por el Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, citó para la semana próxima a una audiencia pública para que los porteños se pronuncien sobre el tema. El Ente cuestionó la resolución “inconsulta” del Gobierno nacional.
Por ahora, se mantienen vigentes los aumentos en subtes y trenes, salvo en la línea Belgrano Norte. La jueza Sarmiento había ordenado al Estado que se abstenga de aplicar la suba en los boletos de la línea explotada por Ferrovías, al hacer lugar al pedido de “no innovar” presentado por los socialistas Héctor Polino y Antonio Cartañá, que cuestiona el proceso de renegociación de los contratos. El antecedente puede repercutir en los ajustes concedidos a otras concesionarias. Ahora, la esperanza del Gobierno es que la Cámara Federal convalide los aumentos. Lo que no tiene retorno es la desprolijidad con la que se decidieron.

 

Claves

El juez resolvió que no debe aplicarse el aumento de tarifas hasta que quede resuelta la apelación.
El Gobierno aceptó la medida y volvió atrás con suba del autotransporte.
El incremento fue una de las decisiones más irritativas de los últimos tiempos.
Para aquietar la situación, el secretario de Transportes dijo que no había querido ofender a nadie cuando dijo que los pobres no sufrirán como los demás el aumento.
El vocero presidencial atribuyó los problemas a una dificultad de comunicación. El Gobierno no habría sabido transmitir la verdad sobre la suba.
El senador frepasista Pedro del Piero renunció a la Comisión Bicameral de Seguimiento de Privatizaciones porque el gobierno no consultó el incremento a ese organismo.

 

Ya firmaron más de 30 mil

En el tercer día, las organizaciones de defensa de los consumidores ya recolectaron 30 mil firmas pidiendo la anulación del incremento de tarifas del transporte en distintos puntos neurálgicos de la ciudad: Plaza de los Dos Congresos, Retiro, Constitución y Once, entre otros. En esos lugares se instalaron sombrillas para la atención del público, ya que el Gobierno de la Ciudad se opuso a la instalación de una carpa de protesta frente al Congreso, del estilo de la que mantuvieron los maestros durante más de mil días. “La campaña de recolección de firmas seguirá unos días porque mucha gente se llevó planillas para firmar y también fueron distribuidas en sindicatos y asociaciones vecinales”, dijo Patricia Vaca Narvaja, titular de Consumidores Argentinos, quien confía recolector un millón de adhesiones contra el tarifazo. “La idea es llegar al millón de firmas y poderlas presentar a manera de petitorio ante el Congreso Nacional”, explicó. Y agregó que “vamos a ir poniendo en estos días más mesas, porque la gente está muy enojada, muy enfurecidos”.

“Una opinión irritativa”

“Me parece que fue una opinión muy desafortunada. No solamente desafortunada, también irritativa”, opinó Martín Silva Garretón, el juez que anoche mantuvo la suspensión del aumento tarifario en los colectivos, sobre la frase pronunciada a Página/12 por el secretario de Transporte, Jorge Kogan, en referencia a que a los pobres no les afecta el tarifazo porque ya no utilizan el transporte público. Haciendo la salvedad de que opinaba “como ciudadano”, el magistrado enmarcó los dichos del funcionario en “una falta de prudencia, o quizás en una torpeza no querida. Como se dice en términos vulgares –prosiguió en declaraciones a Radio del Plata-, se habrá ido de boca queriendo ejemplificar algo y le salió mal”.

 

“No ha tenido el menor sentido peyorativo”

Por Cledis Candelaresi

Lejos de aplacarse con las horas, la conmoción política que provocaron las declaraciones de Jorge Kogan, acerca de que los más pobres están marginados del sistema de transporte público, se exacerba. En respuesta a los frepasistas que lo acusaron de insensible y pidieron su renuncia, el secretario de Transporte ayer aclaró mediante un comunicado que el comentario formulado a Página12 “no ha tenido el menor sentido peyorativo o discriminatorio” hacia los menos pudientes. El vocero presidencial, Ricardo Ostuni, concluyó que el Gobierno tuvo un “grave problema de comunicación”, ya que no supo explicar que el aumento tarifario es menor al que postulaba el gobierno anterior. El senador del Frepaso, Pedro Del Piero, renunció a la Comisión Bicameral, desairado porque Economía no consultó a ese cuerpo legislativo sobre el incremento que estaba por aplicar. Y un grupo de diputados del Frepaso reclamó la renuncia de Kogan.
El comunicado de Kogan fue difundido muy temprano, y horas después que el diputado frepasista José Vitar, y el justicialista, Humberto Roggero, reclamaran su dimisión, acusándolo de discriminar a los pobres con sus dichos. “Hubo un grave problema de comunicación y falta de oportunidad del propio Gobierno para informar sobre el aumento tarifario”, opinó el vocero, quien asegura que el Presidente se enteró en México de que Economía había decidido anunciar la suba el viernes. “Hubo nueve meses de arduas negociaciones en las que se defendió el bolsillo de la gente... Mi reproche es que se debería haber informado a la población diciendo: señores, estamos discutiendo esto. Si no conseguimos mejorar esta base, el aumento va a ser de tanto”.
El vocero presidencial aludía al hecho de que, en el caso de trenes y subtes, la suba está condicionada por la existencia de renegociaciones que realizó el gobierno anterior y que fueron convalidadas por la Justicia. Estos nuevos contratos están vigentes, aunque suspendidos en virtud de un acuerdo con las empresas concesionarias y, desde que asumió, la Alianza los tomó como base para debatir con las empresas nuevas condiciones contractuales. Al menos en el caso de las tarifas ferroviarias, ese condicionamiento es el mejor argumento que encuentra el Palacio de Hacienda para justificar los aumentos.
Una decena de diputados frepasistas comandados por Alfredo Villalba se sumaron a la embestida encarada un día antes por Vitar para pedir la renuncia de Kogan. Por un lado, cuestionan el presunto afán discriminador del secretario, a quien le imputan “no reunir la idoneidad” requerida para el cargo. Pero, fundamentalmente, le objetan haber autorizado un aumento de tarifas que constituye “un golpe al bolsillo de los trabajadores”.
Otro frepasista, el senador Del Piero, optó por un gesto más contundente como su renuncia a la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones. “Motiva mi decisión el hecho de que el Poder Ejecutivo Nacional ha resuelto un aumento... sin la obligada intervención de esta Comisión”, sentencia el texto dirigido al presidente de la Cámara, Mario Losada.

 


 

LOS AUMENTOS SEGUN TECNICOS JUSTICIALISTAS
O que no haya, o que sean graduales

Los argumentos gubernamentales que justificaron el aumento de tarifas del transporte público fueron duramente cuestionados por el recientemente formado Instituto Argentino de Servicios Públicos (IASP) integrado por técnicos y ex funcionarios justicialistas. Entre las críticas se destacan la falta de estudios que tengan en cuenta el aumento de la demanda en el uso de trenes, la ausencia de fiscalización adecuada de la inversiones comprometidas, la carencia de facultades de regulación de la CNRT y el otorgamiento de un trato “preferencial y distintivo” a las firmas privatizadas.
El IASP consideró que los aumentos tarifarios en el transporte decretados por el Poder Ejecutivo, y frenados ayer al menos transitoriamente, “agravan la situación de millones de usuarios” y, en todo caso, deberían haber sido aplicados en forma gradual y selectiva sujetos a las mejoras del servicio. Además, la argumentación de que las subas estaban convalidadas por un decreto del gobierno anterior “no resulta convincente” cuando “hace prácticamente un año que las actuales autoridades se encuentran en negociaciones con las empresas concesionarias”.
En el caso de los colectivos, los técnicos del IASP rechazaron la justificación del aumento del precio internacional del crudo, el que desconoce la importancia del componente tributario del sector, “en especial el impuesto a la transferencia de combustibles (de 12 centavos por litro) cuya baja sería mucho más equitativa” y, si se tiene en cuenta que el consumo del sector representa menos del 5 por ciento del total, “tendría escasos efectos recaudatorios”.
En el comunicado se critica también el trato dado a las empresas de servicios públicos privatizadas en las renegociaciones, las que “deberían ser incluidas dentro de los términos de la ley de Emergencia Económica”
La apreciación del secretario de Transportes, Jorge Kogan, acerca de que las personas de menores recursos se movilizan “a pie o en bicicleta”, tampoco quedó fuera de la nota. La expresión fue calificada como “desafortunada”.

 

OPINION
Por Marcela Bordenave *

Hay alternativas al aumento

El sistema de transporte público en la región metropolitana ha sufrido en la última década múltiples y complejos cambios. Por ejemplo la fuerte transferencia de demanda entre modos, que favoreció especialmente al ferrocarril privatizado y la aparición de nuevas formas de movilidad como los remises, combis, charter e irregulares que se quedaron con una importante porción de la demanda histórica de los colectivos. La marcada motorización de los últimos años y específicamente la paulatina concentración empresaria, también forman parte de este proceso.
Pero no está claro cómo afectaron estos cambios a los usuarios y cuáles son sus nuevos patrones de desplazamiento. El Estudio del Transporte del Area Metropolitana no se finalizó, y es preocupante que se hayan tomado decisiones como el último aumento, frenado ahora por la Justicia.
La prolongada recesión ha afectado la demanda del transporte en general, con la sola exclusión de los subtes. Es conocida la pérdida sufrida por el autotransporte urbano e interurbano que ronda en los últimos 10 años el 35 por ciento de pasajeros. Hasta el ferrocarril, que vio fuertemente incrementada su demanda en los primeros años posteriores a su privatización, como resultado centralmente de los efectivos controles de evasión, también ha registrado un acentuado desaceleración y aun un decrecimiento de la cantidad de pasajeros transportados.
¿El aumento de tarifas es la única alternativa a mano? De ninguna manera.
Cada aumento, no hace sino reiniciar el ciclo, que fatalmente se reiniciará con un aumento futuro.
¿Por qué no indagar la posibilidad de incrementar demanda, en lugar de esperar que haya más pobres que no puedan viajar en colectivos o trenes, como dijo en expresiones desafortunadas e incomprensibles el ex funcionario menemista y actual secretario de Transporte Jorge Kogan?
Si Kogan aún continúa al frente de la Secretaría del próximo martes 12, deberá dar muy precisas explicaciones en el plenario de las comisiones de Defensa del Consumidor y Transporte de la Cámara baja, no sólo respecto de las razones que sustentaron el tarifazo, sino también y muy especialmente con relación al oscuro procedimiento utilizado para implementarlas: no tuvo en cuenta la realización de audiencias públicas que permitan la participación de las organizaciones que representan a los usuarios.
¿Por qué no imaginar tarifas integradas con descuentos en bandas horarias que permita incrementar la tasa de movilidad en la región y, al fomentar el uso del sistema “público”, reducir los efectos negativos de la competencia ilegal?
Es hora de plantear una política social. Solo debemos atrevernos.

* Diputada Frepaso-Alianza. Integrante de la Comisión de Transporte.

 

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