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 “Estoy muy preocupado.
En el Senado se han incrementado gastos y no se puede estar aumentando
el déficit”, aseguró ayer Fernando de la Rúa,
horas más tarde de que la Cámara alta introdujera modificaciones
al proyecto de Presupuesto 2001 que, de confirmarse en Diputados, implicarán
más erogaciones para el Estado que las pautadas por Economía.
Por tal motivo, el jefe de Estado reclamó a los diputados que,
el próximo martes, “analicen bien” los cambios introducidos
por los senadores y den marcha atrás con aquellas correcciones.
“Es absolutamente necesario que se actúe con gran responsabilidad”,
inquirió.
El cambio más importante realizado por los senadores justicialistas
al Presupuesto 2001 es un artículo por el cual se restituye a los
empleados públicos el 12 por ciento de sus salarios descontado
en mayo último como parte del ajuste fiscal. El enojo de De la
Rúa, en línea al que antes ya había demostrado José
Luis Machinea, es porque la recomposición de los sueldos de los
agentes implica un gasto extra para el Tesoro de unos 600 millones de
pesos anuales. De todas maneras, en la sanción del Senado quedó
claro que ese dinero no saldrá de una nueva emisión de títulos
de deuda sino del ahorro que produzca el Estado en gastos de funcionamiento
y en “servicios no personales”.
Los cambios impulsados por los senadores del PJ cayeron como una bomba
en la Casa Rosada y en el Palacio de Hacienda, justo en momentos en que
Machinea negocia contra reloj para cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario
el salvataje por unos 27.000 millones de dólares, en el cual el
Gobierno ha puesto todas las fichas para lograr la reactivación
económica. Teresa Ter Minassian, la jefa de la misión del
FMI que está en Buenos Aires, comentó sus molestias a Machinea.
La base del conflicto es que, además de los 600 millones que costaría
la restitución de la quita salarial a los empleados públicos,
los legisladores aplicaron otras correcciones que tendrían un costo
de entre 50 y 90 millones. Entre estas últimas figura que cada
partido político se lleve dos pesos por cada voto (el doble de
lo previsto originalmente), la eliminación del tope al subsidio
del Fondo del Tabaco y la constitución de una partida de 14 millones
para financiar la plataforma marítima continental.
Para Economía, tal desvío es inadmisible para poder firmar
la carta de intención con el FMI, ya que no se cumpliría
con la meta de rojo fiscal de 7000 millones pactada para el año
que viene.
Los diputados se comprometieron a volver a tratar el Presupuesto el próximo
martes. Para el Gobierno será la última oportunidad para
que el blindaje pueda anunciarse antes de fin de año, ya que el
viernes 22 se celebrará la última reunión del año
del directorio del FMI. Si para entonces el Gobierno no puede mostrar
las cuentas claras, el “operativo blindaje” pasará para
el año que viene. Una historia que en la Casa Rosada no quieren
ni imaginarse.
Por tal motivo, De la Rúa aprovechó el feriado para salir
a hacer marca personal a los diputados. A esta altura, sabe que la oportunidad
de despejar las dudas de los financistas de que la Argentina no puede
hacer frente a sus compromisos no puede sufrir demoras, ya que ello volvería
a poner nerviosos a los mercados. “Estamos en un momento difícil
y debe actuarse con gran responsabilidad”, enfatizó en declaraciones
antes de ingresar al Simposio de Democratización de la Comunicación
en la Nueva Economía, que se realizó por la mañana
en un hotel céntrico porteño. “Debemos actuar con seriedad
respecto a los niveles de gasto. Y espero que cada uno esté a la
altura del momento, para beneficio de la gente”, añadió
el Presidente.
El radical Rafael Pascual, presidente de la Cámara baja, intentó
tranquilizar al jefe de Estado. “Nosotros vamos a votar para que
se les siga descontando el 12 por ciento a los estatales”, adelantó.
Y justificó ese accionar en que “forma parte de una política
de ordenamiento fiscal que el Gobierno viene llevando adelante”.
El senador del PJ Jorge Yoma, en tanto, habló para levantar la
polémica. “Algunos diputados de la Alianzame confesaron que
votarán a favor de que se restituya la quita a los trabajadores
de la administración pública”, apuntó.
Justamente, una de las claves en la sesión del martes será
la actitud que tomarán los diputados del Frepaso. Darío
Alessandro, jefe del bloque de la Alianza, dijo a este diario que los
frepasistas votarán junto con el radicalismo, aunque los “rebeldes”
de ese partido ya anticiparon que respetarán la decisión
de los senadores. En todo caso, pasado mañana comenzará
a correrse el velo, cuando la conducción de la bancada de la Alianza
se encuentre con Machinea para definir la estrategia a seguir en el recinto.
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Riesgo país,
a 720 puntos
Pese a las correcciones que los senadores impulsaron en el Presupuesto
2001, los títulos públicos argentinos registraron
alzas del uno por ciento en promedio en los negocios que se pactaron
ayer en Nueva York. La mejora permitió que el riesgo país
bajara a 720 puntos (equivalente a 7,2 por ciento de sobretasa),
muy por debajo al pico de 1080 puntos que registró un mes
atrás. Si bien los bonos acompañaron la fuerte tendencia
positiva que evidenciaron los mercados internacionales, los ADR
(certificados de acciones argentinas) que cotizan en Wall Street
terminaron con bajas. Pérez Companc perdió 1,0 por
ciento; Telecom cedió 0,4 por ciento; IRSA, el 1,5; Metrogás,
el 4,0; e YPF, el 2,8. Telefónica fue la única que
subió: 0,3 por ciento, mientras que el papel de BBVA Banco
Francés no registró variación. El fuerte impulso
en Wall Street (el Nasdaq subió 6 por ciento y el índice
Dow Jones, el 0,9) se debió a que se conjugaron dos hechos
que exaltó el ánimo de los financistas: un fallo a
favor de George Bush que lo deja a las puertas de la Casa Blanca
y una leve suba en el índice de desempleo (del 3,9 al 4,0
por ciento), lo que fue interpretado por los operadores como la
confirmación de que la economía estadounidense atraviesa
por un aterrizaje suave. Los inversores esperan que, de confirmarse
esa tendencia, la Fed baje la tasa de interés en la primera
parte del próximo año.
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“Necesita un
poco de suerte”
La economía argentina “está mejorando y despegará
pronto”, declaró en Washington ante inversores internacionales
el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga. “Argentina
necesita mucho trabajo, ayuda y un poco de suerte para superar sus
dificultades financieras”, expresó el banquero. La ayuda
ya está en camino con el paquete financiero que el FMI anunciará
en los próximos días. Y la suerte también está
cambiando, consideró Fraga, pues la secuencia de impactos
que han golpeado a la Argentina en los últimos dos años,
como la devaluación brasileña, el euro débil
y las subidas en las tasas de interés en Estados Unidos comienzan
a desaparecer. “Al parecer, el euro ha tocado fondo, y las
tasas en Estados Unidos han alcanzado su máximo”, sostuvo
Fraga en una charla en el Woodrow Wilson Center de Washington. El
economista brasileño elogió también la cohesión
política lograda en Argentina y la calidad del programa económico.
“Si bien no creo que esto sea una cura mágica o que
Argentina vaya a entrar en un boom en tres semanas, es razonable
pensar que se ha tocado fondo, con la reversión de los factores
de shock y el financiamiento que están por recibir”,
agregó Fraga.
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SUSPENDEN
EL INGRESO DE CHILE AL MERCOSUR
Con el sabor de la traición
La actitud de Chile de “cortarse
solo” e iniciar negociaciones para un acuerdo de libre comercio con
Estados Unidos, justo cuando se evaluaba su incorporación como
socio pleno del Mercosur, estará entre los temas principales de
la próxima cumbre de mandatarios de la Unión Aduanera que
se realizará el jueves y viernes próximos en Florianópolis.
En las reuniones preparatorias, los cuatro socios plenos coincidieron
en abrir “un período de reflexión” sobre la adhesión
plena del país trasandino al bloque regional. En Brasilia, en tanto,
causaron malestar las declaraciones de José Luis Machinea acerca
de adelantar del 2005 al 2004 el ingreso al Area de Libre de Comercio
de las Américas (ALCA).
“Chile no puede pretender la omnipresencia de Dios”, declaró
el ministro brasileño para el Mercosur José Botafogo Gonçalves,
en directa referencia a la pretensión chilena de jugar en las dos
mesas, la del acuerdo con Estados Unidos y la del Mercosur. La decisión
de suspender la incorporación de Chile como miembro pleno fue tomada
durante las reuniones del Grupo Mercado Común que se realizaron
esta semana en Brasilia.
Inicialmente estaba previsto que en Florianópolis se adoptase un
memorando sobre la adhesión formal de Chile al bloque y la forma
en que se llevarían a cabo las negociaciones de su ingreso pleno.
Pero la actitud del país trasandino de negociar con Estados Unidos,
de la que los países del Mercosur se enteraron a través
del embajador estadounidense en Brasil, alteró los ánimos
de los socios de la Unión Aduanera.
El discurso de Chile es el de no querer abandonar su posición en
el Mercosur. Pero una unión aduanera, a diferencia de un tratado
de libre comercio como el ALCA, supone un cierto grado de integración
de las economías. Y es aquí donde aparecen las principales
restricciones. Chile optó por un ya consolidado modelo exportador
de productos primarios y consecuentemente con bajos aranceles a las manufacturas.
Esta elección se contrapone con la mediana protección arancelaria
que dentro de la Unión Aduanera, bajo el liderazgo del proyecto
industrialista de Brasil, se pretende mantener. Por eso Chile, aun en
medio de las más fervientes declaraciones políticas de los
dirigentes de la región y las loas a la voluntad de integración,
siempre sostuvo que no cambiaría su política arancelaria;
que con niveles promedio del 9 por ciento se encuentra entre 6 y 7 puntos
por debajo de la media del Mercosur.
Un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, sin embargo, tampoco
será fácil, dada la complementariedad de sus productos que
podrían entrar en competencia con los de los subsidiados agricultores
estadounidenses. En este contexto, la propuesta argentina de adelantar
en un año el ingreso al ALCA fue criticada por Brasil. Botafogo
Gonçalves dijo que es el fortalecimiento del Mercosur el que permitirá
negociar con mayor fuerza dentro del ALCA.
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