Por Maximiliano
Montenegro
No sé si Fernández
Meijide está comprometida con la política social,
disparó el ex secretario de Política Social, Eduardo Bustelo,
quien desde que dejó el cargo hace unas semanas había mantenido
un discreto silencio. Para el ex número dos del Ministerio de Desarrollo
Social, la caja de alimentos que reparte la ministra es lo peor
que hay, lo más elemental que existe, es Africa. Y en su
opinión, el hecho que siga intacto el sistema clientelar en las
provincias hace que cada una de las cosas que entrega el ministerio
(de Desarrollo Social) se transforme en una transa perversa por votos
u otro tipo de favores. Para el ex director de Unicef en Argentina,
en la gestión de la política social por parte del Gobierno
hay en muchos casos una carencia total de profesionalismo.
De su experiencia de su contacto con el subsecretario de Presupuesto,
el hombre que maneja la caja de los fondos públicos, Bustelo, sacó
la conclusión de el equipo de Machinea está integrado por
personas que no tienen la cuota mínima de sensibilidad y
ternura para entender lo que es el dolor y el sufrimiento de los niños.
Lo que sigue es la entrevista que Bustelo concedió al programa
Lado Salvaje, que se emite los domingos a las 21 horas por
CVN.
¿Por qué se fue del Ministerio de Desarrollo Social?
Si yo me he ido es porque no he compartido el criterio y la orientación
general del ministerio. Y además su tremenda insuficiencia desde
el punto de vista de la gestión.
¿Por qué Fernández Meijide no está cumpliendo
con su cometido?
La insuficiencia de la gestión de lo social pasa por una
institucionalidad mal planteada, una división de ministerios y
programas muy mal planteada que conduce al uso ineficiente y no equitativo
de los recursos. Y además está el método anticuado
de la gestión social, que en muchos de los casos tiene una carencia
total de profesionalismo y una carencia total de lo que es el sentido
de una gestión moderna y dinámica.
Cuando usted habla de método anticuado suena a clientelismo
político. ¿La ministra hace política social bajo
un concepto de clientelismo?
La política social es la Nación y las provincias,
que se llevan la mitad del gasto social. Y estas cajas, como mucha de
la ayuda que se entrega, se hace a través de las provincias. Entonces,
el sistema clientelar está al final de éstas y otras ayudas.
El sistema clientelar es lo que hace que cada una de las cosas que entrega
el ministerio se transforme en una transa perversa o por votos u otro
tipo de favores. Esto formó parte tradicional de la política
social de la Argentina, donde en el interior del país la política
alimentaria financia a la política.
Usted fue mucho tiempo director de Unicef para Argentina y tuvo
otros cargos en Unicef Latinoamérica, gestionando política
social, no sólo escribiendo papeles teóricos. Se dice que
usted nunca estuvo de acuerdo con Fernández Meijide en la distribución
de caja de alimentos en el país.
La caja es lo más ineficiente desde el punto de vista de
la política alimentaria, hay formas más modernas. Se podría
haber hecho un voucher o haber institucionalizado una tarjeta electrónica,
de modo de instalar una relación con cada uno de los beneficiarios
a través de un control informático para hacer
un seguimiento no sólo de lo alimentario sino también de
otras necesidades de salud y educación. Deberíamos haber
avanzados hacia otros métodos de la política alimentaria,
que además son mucho más costo-efectivos: es decir, cuestan
menos y llegan a mucho más gente.
¿Por qué no se hizo?
Porque hubo una evaluación desde la política de Fernández
Meijide incorrecta, diciendo que el voucher podría introducir un
mercado negro. Hoy día, a través de los medios electrónicos,
con código de barras u otros tipos de control se puede evitar esta
falla. La caja es tomada por los punteros políticos del interior,
se fracciona, se vende. Es lo peor quehay, es lo más elemental
que existe. La caja es Africa. Podríamos haber evolucionado hacia
formas mejores, más prácticas, más efectivas.
Usted dice que la caja es Africa y uno tiene la sensación
de que Argentina en lo social va rumbo a Africa...
Argentina tiene su parte africanizada y partes que no son africanizadas,
pero que son sectores de alta vulnerabilidad social. La política
alimentaria, sea a través de un voucher, a través de un
ticket, de comedores escolares, pueden establecer un objetivo básico:
la seguridad alimentaria. Estas son cosas que pueden hacerse independientemente
de la crisis fiscal, del Fondo Monetario, etc. Son cosas inexcusables.
¿Cómo es la relación del Ministerio de Desarrollo
Social con Machinea? ¿Es cierto que cuando pedían fondos
mínimos para sostener un plan social nuevo encontraban siempre
la negativa del Ministerio de Economía?
Yo con el ministro no hablaba. Sí he tenido contacto con
el subsecretario de Presupuesto, Nicolás Gadano, que maneja los
fondos públicos. Por ejemplo, cuando hicimos el programa alimentario
Unidos, buscamos que fuera un programa protegido de los ajustes fiscales,
cualquiera fuera la coyuntura, y no lo pudimos obtener. Se lo dije personalmente
a él y no tengo problema de hacerlo público ahora. Me he
encontrado con personas que no tienen la cuota mínima de sensibilidad
y ternura para entender lo que es el dolor y el sufrimiento de los niños.
¿Fernández Meijide tiene esa cuota de sensibilidad?
La debe tener. Pero no sé si ella está comprometida
con su tarea, con la política social. De todas maneras, en este
momento lo importante es que hay cosas en Argentina como la mortalidad
infantil, que duplica a la de Chile, la política de seguridad alimentaria,
el hecho de que todos los chicos que no están en la escuela ni
trabajan vuelvan a la escuela, tener un Plan Trabajar modernizado y expandido
para sustentar a los jefes de hogar en situación de indigencia;
son cosas inexcusables, que hay que hacerlas. El Gobierno en un año
no ha conseguido hacerlas y no hay excusa que valga para esto.
El saldo de la ministra
La única ministra frepasista en el gabinete de Fernando
de la Rúa reconoció el malestar social existente por
las dolorosas y difíciles medidas
que tuvo que adoptar el Ejecutivo. En una opinión publicada
por la agencia DyN, Graciela Fernández Meijide hizo un balance
del primer año de gestión aliancista y afirmó
que el Gobierno reconoce y enfrenta los problemas.
El privilegio de las metas económicas fue reconocido por
la ministra al sostener que es innegable que, después
de esta primera etapa en la que tuvimos que concentrarnos en la
grave emergencia económica con la que nos encontramos al
asumir, la gestión aliancista debe orientarse plenamente
en el rumbo comprometido con la ciudadanía: el crecimiento
con equidad.
Fernández Meijide no eludió la crisis política
afrontada por la coalición y negó posibles cismas
en la Alianza al afirmar que éste ha sido el primer
año de gobierno de coalición en la historia política
argentina. Tampoco en este sentido los acontecimientos autorizan
una interpretación triunfalista: la renuncia del principal
dirigente del Frepaso, Chacho Alvarez, a la vicepresidencia de la
República muestra las dificultades para trabajar en alianza
o en gobierno de coalición. Sin embargo, contra los
pronósticos de ciertos analistas apresurados, la voluntad
de superación de la crisis y de afirmación de la sociedad
política votada mayoritariamente en 1999 está en condiciones
de vencer a las presiones rupturistas.
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