Por C. R.
Los manifestantes, reunidos
frente a la Municipalidad de Neuquén, en pleno centro de la capital
provincial, hicieron escuchar sus ladridos de protesta y ni movieron la
cola, en señal de repudio a la arbitraria decisión de la
Justicia. Bonecu, Bogart y Zeus encabezaron la marcha, acompañados
por Violeta, Negrita, Pampita y Pituca, menos famosas que los machos,
pero igual de ruidosas a la hora de reclamar el indulto que finalmente
anunció el intendente neuquino, Horacio Quiroga. El funcionario
anticipó a la prensa que el reo, que estaba prófugo, no
será sacrificado como lo había decidido la jueza de
faltas Mónica Acuña y que será indultado
como exigieron ayer sus congéneres. El doberman de 14 meses que
responde al nombre de Cachorro y que niega todo parentesco
con un general que supo andar por Córdoba y que también
fue indultado se prepara para un regreso a toda gloria, aunque pagará
el crimen de haber mordido a una mujer sometiéndose a un proceso
de reeducación.
La peregrinación perruna, que partió de Vicente López
en el Gran Buenos Aires y llegó ayer a Neuquén, fue organizada
por los cuidadores Jorge Montenegro y Alejandro Mansilla, quienes de ahora
en más son considerados los mejores amigos del perro.
Fueron 1200 kilómetros por ruta, parando en todos los pueblos,
sumando firmas a un petitorio de indulto firmado por miles de humanos
con alma de perro. Todos por Cachorro, condenado a morir por
la jueza Acuña por haber mordido hace ocho meses a una mujer. El
criminal era entonces un bebé de seis meses, pero para
los perros no existe la inimputabilidad cuando son menores. Angela, una
niña neuquina, le recriminó esa discriminación al
presidente Fernando de la Rúa por medio de una carta enviada a
la Casa Rosada.
Los cuidadores calificaron de ridícula la decisión
de la jueza. El perro defendió su territorio como lo hubiera
hecho ante un ladrón. Si hubiera sido un ladrón, hoy en
lugar del perro asesino estaríamos hablando del perro
héroe, dijo Montenegro, abogado de oficio del perro.
En Neuquén, la movilización popular perruna tuvo también
el aporte de la Asociación Amigos de los Animales (ALA), que tiene
su sede en Centenario, una localidad cercana a Neuquén capital.
La difusión fue respaldada, vía e-mail por Flavia Fernández,
una defensora de los animales que desde su bunker en Buenos Aires bombardeó
con mensajes llegados de todo el país, tanto a la jueza Acuña
como al intendente Quiroga. Ayer, en la movilización, estuvieron
presentes decenas de perros y por supuesto sus dueños humanos,
mientras Cachorro seguía escondido, prófugo
en complicidad con sus dueños, a la espera de la firma del indulto
anunciado.
Los manifestantes recordaron la vigencia de una declaración de
la Unesco que prohíbe el sacrificio de animales y penaliza a las
personas que ordenen medidas de este tipo. Uno de los perros manifestantes,
que llegó a comparar a la jueza con Cruella Devill, se mantuvo
lejos de los micrófonos. Sus dueños lo bautizaron Yabrán
y, con inteligencia, supo que no era el más indicado para pedir
por la inocencia de Cachorro.
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