Por Javier del
Pino
Desde
Washington
Un 60 por ciento de la población
estadounidense cree que Gore debería conceder la derrota. El otro
40 por ciento es su equipo de abogados. Siguiente chiste. Los meteorólogos
dicen que se acerca un huracán a Florida capaz de llevarse por
delante a todos los abogados de Bush y Gore. Al menos las elecciones tendrían
un final feliz.
La serie televisada en que se han convertido las elecciones en EE.UU.
permite al menos alimentar una de las pasiones preferidas de este país:
la risa. Según el Center for the Media and Public Affairs de Washington,
los principales talk-shows de la televisión generan
200 chistes semanales sobre la batalla inacabada entre Bush y Gore. Son
40 bromas cada noche que ocupan el 88 por ciento del tiempo dedicado a
la comedia en las principales cadenas de EE.UU. Según Robert Lichter,
presidente del CMPA, durante la campaña electoral los presentadores
de televisión trataban a los candidatos como si fueran una broma;
ahora las elecciones son como un inmenso chiste.
En un país de carcajada fácil, no queda títere con
cabeza. David Letterman, Jay Leno y Conan OBrien, los principales
presentadores de programas de comedia, tienen especial debilidad por George
W. Bush, a quien dibujan como muchos estadounidenses como
un tipo con recursos intelectuales sumamente limitados. Parece que
Bush ha ganado con diferencia en los votos por correo que llegan de otros
continentes decía Leno; eso demuestra que cuanto más
te alejás de EE.UU., mejor te parece Bush.
Dice OBrien: Al Gore ha pedido a Bush que acepte un recuento
manual de los votos. Bush le ha dicho que eso no sirve para nada porque
no sabrá qué hacer cuando se le acaben los 10 dedos de las
manos. En Letterman: Bush va a empezar a recibir informes
sobre cuestiones de inteligencia.... No hacían falta más
comentarios para que el público riera: Hay chistes que se
escriben solos, concluía el espectador.
Leno remataba: Bush recibirá informes diarios sobre cuestiones
de inteligencia. Inmediatamente llamó a su padre y le dijo: ¿Ya?
¡Pero papá, si todavía no soy presidente!.
Otra para Bush: No tenemos ganador. El país está sumido
en un estado de confusión. Debe ser el comienzo de la era Bush.
Y una más, ésta en un artículo del New York Times:
Cuando todos pensábamos que esto ya no podía ser más
absurdo, Bush lleva al Tribunal Supremo de su papá los votos que
le quiere dar su hermano.
Algunos comentarios usan el sarcasmo más macabro para arremeter
contra el gobernador de Texas: Bush está tan triste con lo
que está pasando que ya no disfruta con las ejecuciones.
O, como decía Leno: Los dos candidatos empiezan a estar inquietos.
Hoy Bush ha dicho que si no se confirma la victoria va a empezar a ejecutar
a un preso cada hora.
Al final, como dice Letterman, ni Gore es presidente ni Bush es
presidente. ¿Quién dice que el electorado estaba confuso?.
Tampoco se ha librado de la avalancha el candidato de Bush para vicepresidente,
Dick Cheney, que sufrió su cuarto infarto hace dos semanas: A
pesar de todas las dificultades, Al Gore ha dicho que mantiene vivo su
optimismo; Bush ha asegurado que, a pesar de todas las dificultades, mantiene
vivo a Cheney.
La burla general campea por la televisión, pero es especialmente
abundante en Internet, en donde se pueden encontrar, por ejemplo, diseños
para la fabricación de pegatinas listas para decorar la parte trasera
de los coches de Florida, el estado del recuento: Florida: contamos
más que vos o Florida: donde tu voto cuenta, y cuenta,
y cuenta.
A nadie se le escapa que Florida es el estado preferido por los jubilados
y que Palm Beach es una especie de geriátrico al aire libre: Meda
pena esa gente decía Leno. Se mudaron a Florida por
la artritis y les hacen contar a mano las papeletas.
Puestos a meterse con la tercera edad, otro cómico relataba: Según
la revista Time, Barbara Bush de aspecto físico mayor a su
marido, el ex presidente George Bush padre ha declarado que en la
noche electoral fue la madre de un presidente durante 30 minutos,
en referencia al intervalo en el que las cadenas de televisión
dieron a Bush como ganador. Esto ha sido una sorpresa para quienes
pensábamos que fue la madre de un presidente durante cuatro años.
Las cadenas de televisión también pagan los errores cometidos
en su cobertura electoral. Letterman asegura que los recuentos manuales
en Palm Beach se desarrollaban de la siguiente manera: Primer voto
para Gore; llamá a la CNN y que lo dé como presidente. Segundo
voto para Bush, llamá a la CNN y que rectifique. Tercer voto para
Gore....
Uno de los blancos perfectos para la comedia es Katherine Harris, la emperifollada
secretaria de Estado de Florida, encantada de haber conocido la fama y
siempre dispuesta a inclinar la balanza a favor de Bush. A los apodos
(comisaria Harris, Cruela de Ville), se unen los comentarios sobre su
evidente tendencia a abusar del maquillaje. Hace tanto frío
en Florida comenta Leno, que Harris se ha puesto una tercera
capa de maquillaje.
De hecho, el semanario Newsweek cuenta que la otra semana Madeleine Albright
comenzó una reunión con mandatarios extranjeros de la siguiente
manera: Soy Madeleine Albright, secretaria de Estado, pero de EE.UU.,
así que no se metan con mi maquillaje.
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