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BUSH GANO Y VOLVIO A PERDER EN UN DIA ATIPICO
Presidente por 15 minutos

Andy Warhol decía que a nadie se le niega un cuarto de hora de fama. Es algo parecido a lo que vivió George W. Bush ayer, cuando dos tribunales lo acercaron a la presidencia para que un tercero lo volviera a alejar. La solución, la semana próxima. O no.
Un manifestante pro Bush se opone a más recuentos.
Craig Waters, portavoz de la Corte. sorprende a todos.

Ayer George W. Bush fue el presidente electo de Estados Unidos. Por algunas horas. Las elecciones dependían de tres fallos judiciales. Dos eran sobre irregularidades en los condados de Martin y Seminole, por las cuales los demócratas exigían la anulación de 25.000 votos. La tercera era una apelación demócrata para que la Corte Suprema de Florida permitiera el recuento manual de 14.000 votos cuestionados. A las dos de la tarde, los jueces que manejaban los casos de Martin y Seminole fallaron en contra del pedido demócrata. Al mismo tiempo, expertos legales estimaban que era poco probable que la Corte Suprema fallara a favor de Gore. El equipo de Bush filtró a la prensa que estaba listo a viajar a Washington en cuestión de horas, y que los nombres del nuevo gabinete republicano ya estaban resueltos. Gore y sus asesores cavilaban sobre el discurso de derrota. Pero todo ya era demasiado simple y nuevamente la justicia norteamericana intervino para poner las cosas en orden: la Corte Suprema de Florida falló a favor de Gore y ordenó el recuento manual de nada menos que 180.000 votos, al tiempo que reducía la ventaja de Bush de 537 a 154 votos.
Al enterarse de la noticia, el candidato republicano debe haber sido poseído por un fuerte sentimiento de déjà vu. Es que él ya había sido presidente electo una vez, la noche de las elecciones, el 7 de noviembre. Los medios lo habían proclamado ganador y el mismísimo Al Gore lo había llamado para conceder la derrota. Poco después, el recuento en Florida entró en la confusión que todavía lo atormenta y Gore lo llamó otra vez para retractarse de su concesión.
La comedia que protagonizó ayer el republicano siguió un guión muy similar.
Primer acto: La sombra de una duda
Ayer era el día donde parecía que finalmente todos los hilos del drama judicial en Florida se unirían en una resolución definitiva. Si bien nadie se atrevía a pronosticar el resultado, las probabilidades eran claras y estaban divididas parejamente. Por un lado, se pensaba que había una buena chance de que los demócratas ganaran los recursos presentados en los condados de Martin y Seminole. Allí las comisiones electorales republicanas habían llenado por cuenta propia parte de los 25.000 votos postales que fueron incorrectamente marcados. La mayoría de esos votos, muchos de ellos desde las Fuerzas Armadas, favorecían a Bush. Anularlos era casi equivalente a darle la victoria de Gore, quien hubiera ganado más de 7.600 votos y superado fácilmente la ventaja de su contrincante de 537 sufragios. De su lado, la campaña de Bush depositaba sus esperanzas en la Corte Suprema de Florida. Ese tribunal ya había sido criticado por la Corte Suprema federal en Washington por un fallo (que sin embargo no fue revocado) donde permitió un recuento manual por una semana. Después de esta censura desde su hermano mayor por autorizar ese recuento, se consideraba difícil que la Corte Suprema estadual decidiera permitir el escrutinio de los 14.000 votos que los abogados de Gore afirmaban habían sido injustamente ignoradas por las máquinas de recuento automático.
Segundo acto: La consagración
Eso es lo que explica el júbilo republicano cuando los dos tribunales que intervinieron en los caso de Martin y Seminole anunciaron conjuntamente que rechazaban la demanda demócrata. “Sin lugar a dudas hubo irregularidades, pero la integridad de las elecciones no fue afectada”, rezaba el fallo. Los abogados de Gore subrayaron que nunca se habían plegado a la demanda en esos condados, y que ya se esperaban el fallo de ayer. La contracara televisiva del pesimismo demócrata fue el abogado de Bush, Ben Ginsberg, quien afirmó complacido que “estamos muy gratificados porque el derecho al voto de 25.000 floridenses ha sido resguardado”. En Texas, donde Bush es gobernador, todos los hombres del presidente electo preparaban sus valijas. El propio Bush afirmó con su sonrisa ingenua que “estamos haciendo bastante buen progreso: no debería sorprenderles que algunos de mis buenos amigos me acompañen a Washington, si termino siendo presidente”. En Washington, la base de Gore, un asesor señaló que eldiscurso de concesión preparado el 7 de noviembre serviría, con algunas modificaciones, para esta ocasión. Un hombre cercano al vicepresidente reconocía que “si perdemos los tres casos no veo cómo podemos continuar”.
Tercer acto: Sorpresa y media
Una hora después, todo había cambiado. El jefe de la campaña de Gore, William Daley, hablaba exultante de “una victoria para la democracia” e instó a que “dejemos que la Justicia de Florida decida, y no los políticos”. El representante de Bush en Florida, James Baker, se lamentaba de una decisión “triste para nuestra nación y para nuestra democracia que agrega a la incertidumbre que agobia al país”. Lo que sucedió fue que el tercer tribunal desafió todos los pronósticos. La Corte Suprema estadual se volcó sorpresivamente a favor de la democracia demócrata. “Por votación de 4-3, la corte ha revocado en parte la decisión del tribunal de primera instancia”, rezaba el comunicado oficial. La decisión de ese tribunal de primera instancia había sido denegar el recuento manual. Por lo tanto, “ordenamos que la Corte del Segundo Circuito en Tallahassee comience inmediatamente un recuento manual de los 9.000 votos del condado de Miami Dade no registrados”. También se ordenó el recuento manual de los votos no registrados en todo el estado, lo que significa que la cantidad total de votos que se deben escrutar podría llegar a 180.000. Y eso no era todo. “Asimismo, la Corte de Circuito deberá impartir órdenes asegurando la inclusión de los 215 votos legales adicionales para el vicepresidente Al Gore en el Condado de Palm Beach y los 168 votos legales adicionales del Condado Miami-Dade”. Esto redujo la ventaja de Bush de 537 a 154.
Continuará.
Más temprano Bush había prometido que “estamos preparados, de ser necesario, a llevar nuestro caso de regreso a la Corte Suprema”. Y efectivamente Baker presentó esta apelación a la noche de ayer. Sin embargo, el tiempo se está agotando. Este martes es el último día para que Florida resuelva cuáles compromisarios la representarán en el colegio electoral. La legislatura estadual se reunió ayer para decidir esta pregunta, al margen de los tribunales si es necesario. “Mi objetivo es simple: asegurar que los electores de Florida no sean privados del derecho de representación”, explicó John McKay, presidente del Senado. Sin embargo, dado que la mayoría en ambas cámaras es republicana, los demócratas denunciaron que “la Legislatura se convertirá en el brazo político de la campaña de Bush”. Pero si los recuentos manuales ordenados por la Corte de Florida favorecen a Gore, los republicanos encontrarían mucho más incómodo ese papel. En todo caso, hasta ahora ninguna predicción ha logrado sobrevivir al estado de Florida.

 

Claves

Ayer el republicano George W. Bush estuvo cerca de ser el presidente electo de Estados Unidos.
Dos recursos demócratas para anular 25.000 votos postales fueron rechazados en los tribunales.
Pero unas horas después la Corte Suprema de Florida falló sorpresivamente a favor del pedido demócrata de un recuento manual de los votos que no fueron tomados en cuenta por las máquinas automáticas.
El pedido demócrata se limitaba a dos condados, pero la Corte decidió que se debería escrutar manualmente todos los votos con características similares en Florida. Se calcula que su número podría ascender a 180.000.
El recuento manual comenzó inmediatamente y continuará durante este fin de semana.
La campaña republicana anunció que apelaría la decisión ante la Corte Suprema de Justicia en Washington.
Antes del fallo de la Corte Suprema de Florida, la Legislatura de ese estado se había reunido para resolver cuáles compromisarios enviará al Colegio Electoral en la fecha límite del martes que viene. Dado que tiene mayoría republicana, los demócratas temen que podría certificar como ganador a Bush ignorando o anticipándose al resultado de los recuentos manuales.

 

HACEN NEGOCIOS CON LOS SOUVENIRS DEL COMICIO
El absurdo se vende en la red

Por Isabel Piquer *
Desde Nueva York

En Estados Unidos todo se puede vender porque siempre habrá alguien dispuesto a comprarlo. Los internautas más avispados han visto rápidamente en el culebrón judicial de las elecciones norteamericanas una oportunidad para hacer negocio. Ebay, la página de subastas más popular de internet, ofrece también “souvenirs” de los días que han salpicado de absurdo la venerable institución presidencial. Papeletas de Palm Beach, camisetas conmemorativas, llaveros con retratos de George Bush y Al Gore e incluso “votos vudú” encontraron miles de fans.
Hay desde lo pseudo-histórico hasta lo surrealista. En el apartado más tradicional, Governmental Business Systems, una empresa de Illinois que se dedica a fabricar material electoral ofrece por la módica suma de 40 dólares “un pedazo de historia”, el equipo completo para “profesores, amantes de la historia, aficionados y coleccionistas”: una máquina perforadora, instrucciones para usarla, un papeleta “mariposa” como las del condado de Palm Beach, y un manual para votar por correo.
La empresa incluso propone para carteras más modestas (4 dólares 95) pero más imaginativas, una bolsita llena de “chads” auténticos, los trocitos de cartulina que quedaron en el suelo después de que los ciudadanos norteamericanos perforaran sus papeletas aquel 7 de noviembre. “¿Puede adivinar las intenciones de voto por cada “chad”? ¿Han sido doblados, perforados, pegados? ¡Usted decide!”. Esto hace suponer que alguien en el colegio electoral recogió aquellos trocitos la noche de las elecciones al ver que aquello podía convertirse en una oportunidad lucrativa.
Algunos electores de Palm Beach, que no se desplazaron a las urnas aquel día, también han puesto a la venta sus papeletas mariposa. Sus precios de salida oscilan entre los 150 y 200 dólares. Luego está el “souvenir” por excelencia, la camiseta. Un tal Posterchick las ofrece por 16 dólares adornadas con la lista de instrucciones electorales del polémico condado de Florida. Ya clásico a la par que elegante, el llavero con los dos candidatos, para estar listo para la decisión final, se puede adquirir por la módica suma de 3 dólares.
Pero las más extraordinarias son sin duda las papeletas vudú. “Es lo último. Lleve a cabo su propio recuento, alcance sus decisiones más arbitrarias, todo el mundo gana. Se parecen a trocitos de papel, pero no se engañe, tienen poderes increíbles. Espárzalos por el suelo de un colegio electoral, tírelos a la televisión cada vez que un comentarista diga algo absurdo y ya verá los resultados” asegura el vendedor de Jacksonville. La bolsa de estos mágicos “chads” se vende por 4,99 dólares, un precio razonable teniendo en cuenta sus increíbles efectos.
También están los “chads” que se vende por un simbólico dólar. “Puede experimentar la emoción de ver cómo se multiplican delante de sus ojos. Diversión garantizada para sus familiares y amigos que podrán pasar horas interminables contando estos prolíficos pedacitos”. Y si no, que se lo digan a los que trabajaron a destajo en Palm Beach.

* (De El País de Madrid, especial para Página/12.)

 

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