Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EL RETORNO DE SUI GENERIS RESULTO TAMBIEN UN ACONTECIMIENTO ARTISTICO
Todos los temas que sabemos todos

La gente fue en busca de canciones viejas, y las tuvo a granel. Charly García brindó su actuación más contenida en años. Los invitados se lucieron y terminaron contentos de estar en la fiesta. Ahora viene una gira nacional e internacional. �Y cobrar�, según Charly.

Charly García estuvo contenido y creativo en el escenario, disfrutando de modo evidente del revival.

Por Martín Pérez

“La vanguardia era así”, dijo entre risas Charly García luego de haber insertado fuera de programa el tramo más exaltado del tema “Las increíbles aventuras del señor tijeras” en medio de un popurrí al piano –candoroso y cínico por partes iguales– que mezcló las cada vez más adolescentes “Mariel y el Capitán” y “Estación” con la aún hoy sorprendente “Para quién canto yo entonces”, todos clásicos de Sui Generis. Nito y él estaban solos en el miniescenario ubicado delante del principal, que a través de una mínima pasarela los ubicaba prácticamente en medio del extasiado público ubicado en el campo. Las más de tres horas de show (y más de tres decenas de canciones) habían dejado en cueros a García mientras que –al igual que los años con su voz– no habían hecho mella en el vestuario de Mestre, de camisa roja y pantalón blanco. Del mismo modo, la extensión del show tampoco parecía haber alterado ni un ápice las ganas de recordar del público que se amontonaba en el campo así como del que se moría de frío en unas tribunas que nunca estuvieron cerca de llenarse.
La tormenta que amenazó con arruinar la fiesta del jueves por la noche en la Bombonera nunca sucedió, así como tampoco llegaron a hacerse realidad los miedos de que García boicoteara por enésima vez otra gran noche y todos fueron felices en el regreso de Sui Generis. Tanto la gente, emocionándose sinceramente con cada canción de las de antes, como García, confirmando que allá lejos y hace tiempo –y, por momentos, también ahora– “la vanguardia era así”.
La fiesta comenzó a las 23 en un estadio que distaba mucho de un lleno total. La cantidad de presentes en Boca Juniors, en realidad, estaba más cerca de la cantidad sumada por el dúo en sus dos shows despedida en el Luna Park que de la que la vigencia de su legado merece veinticinco años más tarde. Tal vez no haya ayudado el tiempo, que presagiaba tormenta. Sin embargo la convocatoria a último momento fue considerable: el miércoles se llevaban vendidas apenas diez mil entradas y la organización terminó afirmando que había despachado 27.500. Como no podía ser de otra manera, el show comenzó a toda nostalgia: con la Say No More Symphony Orchestra sonando a pleno con “Cuando ya me empiece a quedar solo”, y Mestre cantando eso de “un millón de manos que me aplauden” que el público acompañó aplaudiendo a rabiar. La primera postal de Charly y Nito a solas en el escenario pequeño llegó seis temas más tarde, con “Quizás, porque”.
El gran momento rocker de García apareció hacia el décimo, con su versión de “Confesiones de Invierno”. Si en su último Obras, había interpretado magistralmente este tema, a solas con una guitarra acústica, esta vez debía hacerlo en el piano rojo del segundo escenario. Pero a último momento decidió cruzarse de piernas sobre el piano y utilizar una guitarra eléctrica. El resultado fue a-la-Neil-Young, dando pie un popurrí bien rocker –y sin Mestre, salvo a último momento– que incluyó “Mr. Jones” y “El blues del Levante”.
A esa altura quedaba claro que este García, que hoy –después de entrar a los noventa renegando del pasado– parece necesitar de su historia para intentar una salida del abismo Say No More, estaba en su salsa, como Alicia buscando el tamaño exacto para poder entrar al País de las Maravillas. Hubo altibajos: la perfecta interpretación de “Instituciones” y “Tango en segunda” llevó al éxtasis los presentes y luego una sorpresiva versión cumbia de “Necesito” hizo añicos la nostalgia. El último García solista pasaba sin pena ni gloria con los temas de “Sinfonía...” (no es un error: es más un disco solista que de Sui Generis), hasta que “Amigo mío vuelve a casa pronto” sacudió la modorra y volvió a llamar la atención de todos los presentes. García tiró el micrófono al piso en “Me tiré por vos” casi por costumbre, y luego “Juan Represión” hizo olvidarlo todo. Claro que no todos los momentos nostálgicos se pueden anotar en el haber: en “Pequeñas delicias de la vida conyugal” la conjunción grupo-orquesta fue caótica.
Varios de los mejores momentos llegaron con los invitados. Al previsible éxtasis de Mercedes Sosa cantando “El tuerto y los ciegos” hay que sumarle la aparición de Pedro Aznar para “El chico y yo” y el gran momento de Gieco haciendo “Aprendizaje”, “La colina de la vida”, y “Bienvenidos al tren” con el agregado Fito Páez. No sucedió de igual manera con Gustavo Cerati, que no pareció encajar con la banda para “Rasguña las piedras”. Pero que se desquitó en “El día que apagaron la luz” –el único de los temas nuevos coreado con ganas por todo el estadio–, para el que subieron todos los invitados y que debió haber sido el gran final. Pero Charly Demasiado Ego García no lo quiso así, por lo que pidió tocar (¡por segunda vez!) “Soy su papá” y luego vino ese agregado final al piano. Que no fue tan final, claro, porque el show siguió media hora más casi por la inercia de un García –y su público– en éxtasis. Porque, a diferencia de aquel regreso de Seru Giran en River, los presentes –a pesar de los altibajos y de la duración– no se retiraron cabizbajos del estadio de Boca. La magia del regreso de Sui Generis se había hecho presente y entonces no importaba mucho más.

 

�Ahora, voy al banco a cobrar�

Textuales de los músicos, después del show:

“La pasé de primera, todo el tiempo, porque puede disfrutar cada momento, manteniendo el control. Para eso fue que dormí toda la tarde, al fin y al cabo. Quiero agradecer el cariño de la gente, que fue genial. La cancha de Boca... no existió. Ya que no pude tener todo el control del entorno, decidí tenerlo sobre toda la música. ¿Se notó, no? Los mejores momentos fueron al principio, con ‘Cuando ya me empiece a quedar solo’, muy emocionante toda la gente aplaudiendo, y ‘El día que apagaron la luz’. ¿Que sigue ahora...? Bueno, ahora voy al banco a cobrar” (Charly García).
“La cantidad de gente que vino y su cariño para con Charly y Nito demuestran que éste era un regreso esperado, necesario. Me encantó ser parte de una verdadera fiesta. Y me emocionó” (León Gieco).
“Yo no había vivido la época de oro de Sui Generis. Mi relación con Charly comenzó cuando volví del exilio, recién. Por eso no sabía del tremendo cariño que la gente siente por Sui Generis. Esta noche se vio eso. He visto a Charly triunfando en muchos escenarios, pero esta noche fue especial para él, y para Nito, al que quiero muchísimo. Fue una noche soñada, para todos” (Mercedes Sosa).
“El concierto completo fue divino, lleno de momentos especiales y de mucha música. El grupo sonó bárbaro y ellos, Charly y Nito, estuvieron fantásticos. Me divertí en escena y me di una panzada de temas escuchando” (Pedro Aznar).
“Tengo la impresión de que la sensación nostalgia, si está apoyada en buenas canciones, que acá hubo un montón, es superválida. Para mí, resultó un gran show y será un recuerdo inolvidable haber sido parte” (Gustavo Cerati).

 

PRINCIPAL