Por Raúl
Kollmann
Al cumplirse un año
del mandato de Fernando de la Rúa, casi la mitad de la gente que
tiene hijos quiere que sus chicos se vayan a otro país. Además,
nunca en las últimas dos décadas hubo tanta pero tanta gente
que si pudiera se mudaría al exterior. Estos datos muestran el
gigantesco descorazonamiento, el pesimismo extremo, que se vive en la
Argentina actual. La opinión negativa sobre la gestión presidencial
bate records y apenas una de cada diez personas cree que De la Rúa
está haciendo las cosas bien. El 72 por ciento cree que el Gobierno
va en el camino incorrecto, la mayoría cree que hay muchas posibilidades
de estallidos sociales y tal vez en el colmo del pesimismo
una de cada tres personas cree que el Presidente ya no puede hacer nada
para recuperar la confianza de la gente.
La mayoría de las conclusiones surgen de una encuesta realizada
por la consultora Graciela Römer y Asociados, sobre la base de 468
entrevistas a ciudadanos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. El trabajo
se concluyó la semana pasada y se respetaron las proporciones por
edad, sexo y nivel económico-social. Römer asesora y provee
de encuestas a candidatos y dirigentes de la UCR, entre ellos a De la
Rúa, pero también ha trabajado y trabaja para hombres del
Frepaso y el justicialismo. En el marco del análisis del primer
año de gobierno, el consultor Hugo Haime realizó una comparación
de los doce primeros meses de gestión de De la Rúa y Menem,
con la conclusión de que el actual mandatario registra la peor
performance. En la encuesta de Haime se entrevistó a 750 personas
de Capital y Gran Buenos Aires. El procesamiento de esa encuesta se terminó
el viernes.
Sin duda, lo que más pesa este 10 de diciembre es el pesimismo.
Y no hay mayor expresión de la falta de horizontes que el deseo
de que los hijos rehagan su vida en otro país. La gente está
diciendo que no hay nada que hacer y que lo mejor es algo
dolorísimo: el alejamiento de los hijos. Es más, para la
mayoría de las personas adultas, el cambio de país es algo
sumamente difícil, porque significa dejar familia, amigos, raíces
culturales, costumbres y hasta cambiar de idioma. Sin embargo, hay un
43 por ciento de la gente que dice que, si pudiera elegir, mi iría
de la Argentina. Hace dos años, los que se querían
ir eran al 23 por ciento.
El resumen es que la gente no ve perspectivas y tiene muy mala opinión
sobre lo hecho por este gobierno: Ninguna política puntual
dice Römer supera el 6 por ciento de opiniones positivas.
Sobre la lucha contra la corrupción, sólo el 6 por ciento
opina que se hizo bien; apenas el 5 por ciento dice que se actuó
bien en la ayuda a los más necesitados; el 3 por ciento cree que
se adoptaron medidas correctas para reactivar la economía y el
2 por ciento sostiene que se intentó fomentar el empleo. ¡Estamos
hablando de los problemas que la gente ve más graves y urgentes!.
Uno de los factores decisivos es que la gente le ha perdido confianza
a De la Rúa como conductor. Por ello, algunos encuestadores registran,
por ejemplo, que un 40 por ciento ve con buenos ojos que se convoque a
Domingo Cavallo para integrarse al Gobierno. En el trabajo de Römer
un 25 por ciento dice que el país no logra salir de su situación
recesiva por falta de conducción del Presidente y son impresionantes
las respuestas a la pregunta ¿Qué puede hacer De la Rúa
para recuperar la confianza de la gente? La mitad dice que no puede hacer
nada o que no sabe qué puede hacer el Presidente para ganar la
confianza de los ciudadanos.
El gran trasfondo de toda esta crisis es la desocupación. Seis
de cada diez personas temen perder su empleo y la falta de trabajo es
un factor de enorme pesimismo. Prácticamente todos los consultores
coinciden: ahí está la madre de todas las batallas. Si la
mitad de los padres quieren que sus hijos se vayan a otro país
es porque consideran que allí tendránposibilidades de conseguir
trabajo, conservarlo y progresar. Para los encuestados, en la Argentina
eso es ciencia ficción.
Pronósticos
reservados
Por R.K.
Muchos encuestadores no quieren hablar públicamente
de estos datos, pero tanto consultores del Gobierno como del PJ
reconocen en privado que son absolutamente ciertos.
El 60 por ciento de los
encuestados cree que Fernando de la Rúa no terminará
su mandato.
Hay algunas discrepancias
sobre la intención de voto a presidente. Los consultores
del PJ sostienen que, en Capital, el más absoluto bastión
de la Alianza, hoy habría un empate entre De la Rúa
y Carlos Ruckauf. Los encuestadores de la Alianza aseguran que entre
los porteños todavía De la Rúa tiene ventaja.
En el distrito bonaerense Ruckauf apabulla a De la Rúa.
Midiendo la intención
de voto para senadores en la provincia de Buenos Aires, Duhalde
supera el 40 por ciento; Alfonsín está muy lejos aproximadamente
el 22 por ciento y Luis Farinello, si se presenta a senador
y no a diputado, consigue ahora sin que haya empezado su campaña
más del 10 por ciento.
La imagen de Chacho Alvarez
estuvo en un 50 por ciento positiva cuando denunció las coimas
en el Senado, se mantuvo e incluso aumentó con su renuncia,
después empezó a bajar, pero todos los consultores
coinciden en que su caída se frenó: está en
un 40 por ciento de opiniones favorables, el doble de lo que tiene
De la Rúa cuando se lo evalúa como dirigente político.
El ministro con peor
imagen es José Luis Machinea: cerca del 6 por ciento. Los
mejores son Chrystian Colombo y Patricia Bullrich que treparon al
20 por ciento, seguidos por Federico Storani. Todo en el marco de
un gobierno que igualmente tiene datos de imagen catastróficos.
Tomado todo el país,
en el voto a presidente, no se verifica un crecimiento del justicialismo
sino una caída de la Alianza.
Según los consultores
aliancistas, si se mide el voto a senador para el 2001, por fuerza
política no por candidato la Alianza y el PJ
estarían empatados en la suma total de todo el país.
Para los encuestadores del justicialismo, si la elección
de senadores fueran hoy, el PJ ganaría ampliamente.
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CUADROS
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