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LA ILUSION ERA PEQUEÑA PERO LA DESILUSION ES GRANDE
Fotos para un desencanto

Pocas veces un gobierno llegó en medio de expectativas de cambio tan modestas y cumplió el primer año con un nivel tan alto de frustración. Aquí, las imágenes de esa brecha profunda y algunas pistas para discutir el desencanto entre una Alianza que se desvanece y la falta de una épica que reemplace la cruzada de las cuentas fiscales.

Por Martín Granovsky

En su primer año, el Gobierno está en problemas. Le cuesta pasar la doble prueba de la mano en el corazón.
Primera parte: póngase la mano en el corazón y conteste si esperaba un gobierno espectacular, con capacidad de entusiasmar y aptitud para articular a mucha gente en la solución del desempleo, hasta bajarlo.
La respuesta, seguro, es no.
Segunda parte, otra vez con la mano en el corazón: diga si no esperaba un resultado (un poquito) mejor que éste.
La respuesta, seguro, es sí.
La diferencia entre aquel no y este sí mide el nivel de desencanto. Y la distancia entre ambas magnitudes es grande no porque las expectativas fueran muchas sino porque la satisfacción real de expectativas, incluso bien módicas, estuvo muy por debajo de lo esperado. Más aún: la falta de rumbo y proyecto potenció la frustración hasta crear una sensación de malhumor insoportable no solo en los que están muy mal sino en la ancha clase media.
Ninguna idea nueva reemplazó todavía a la épica de las cuentas fiscales, y ese vacío tiñe cualquier visión retrospectiva de este año de Gobierno que termina hoy.
Ante la certeza de que la fractura social es cada vez más difícil de soldar, la crisis presenta costados más y más agudos. Al principio, por la Gendarmería que actuó en Corrientes, y al final, por la policía salteña que reprimió al viejo estilo de las policías bravas, formar parte de un piquete significó poner en riesgo la vida. Si los conflictos no escalaron más fue solo porque los paros generales ganaron en masividad y, así, resultaron catárticos de la protesta, lo cual por cierto no mejoró la imagen de dirigentes sindicales como Rodolfo Daer. Es una prueba de que también las formas de representación están fisuradas y la crisis no está para que la capitalice cualquiera. Ni siquiera Domingo Cavallo, pese a que avanza sin pausa gracias a una combinación favorable de los astros: Carlos Menem parece cada vez más remoto, los mercados ejercen su caprichosa vigilancia de la economía y la falta de un liderazgo político más fuerte deja resquicios que el ex ministro de Economía puede aprovechar. Sin embargo, solo una crisis más catastrófica, y no esta tristeza crónica, podría ser capaz de romper la asociación entre Cavallo y el índice alto de desempleo y, entonces, destruir las barreras que, en el Gobierno, se oponen a un Domingo siete. Este tono grisáceo invade toda la política, pone obstáculos a cualquier desafío y aumenta costos personales. Todo requiere un esfuerzo mayor. Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras, por ejemplo, no hicieron las cosas mal. Al menos, no cometieron ningún error notorio. Pero, ¿alguien podría imaginar que, si la Alianza mantiene otros tres años su fracaso de los primeros 365 días, habrá vida después de la Alianza para los dirigentes de la coalición? Vale decir: ¿habrá vida políticamente exitosa?
El futuro es, también, el dilema de Carlos Chacho Alvarez. Su renuncia indicó varias cosas. Que la Alianza no fue capaz de absorber una diferencia en la cúpula. Que De la Rúa nunca entendió que la transparencia esgrimida por su vice para el Senado era a la vez una obligación electoral y una oportunidad de entusiasmar a la gente. Y que Chacho respondió al encierro al que lo sometía la inacción de su socio no con más política sino con otra huida hacia adelante que, al menos hasta ahora, fue improductiva.
Cuando los máximos dirigentes pierden las ilusiones o la capacidad de ilusionar, revertir el desencanto es difícil. Muy difícil. Menos mal que están Antonio y Shakira y Carlos y Cecilia para probar que, al final, el amor es más fuerte.

 

otras voces

El aniversario

Carlos Saúl Menem, ex presidente: “Aquí gobierna un conventillo: todos los días tenemos internas, peleas entre ellos, cosa que no ocurría durante mi gestión y para tratar de que eso pase inadvertido hablan de la herencia que recibieron. (Fernando de la Rúa) no tiene liderazgo y la falta de liderazgo es falta de conducción. Tengo confianza en sus colaboradores, pero si seguimos así el año que viene, con esta tasa de interés tan elevada, vamos a estar con un déficit fiscal de más de 9 mil millones de dólares”.
Graciela Fernández Meijide, ministra de Desarrollo Social: “Vamos a repasar: la Alianza se llama la Alianza por el Trabajo, la Educación y la Justicia. Por eso, se debe lograr una justicia tal que nadie dude o piense que va a ser parcial o en favor del Gobierno o de grandes intereses. Fue doloroso haber aceptado (algunas medidas económicas), pero siempre las discusiones apuntaban a que golpearan menos a quienes menos tenían”.
Leopoldo Moreau, senador nacional: “Después de atravesar las dificultades propias de un año en el que hubo que encontrar el camino para desentrañar la pesada herencia menemista, por fin en la culminación de ese esfuerzo empieza a verse un horizonte mucho más esperanzado para el año que viene. El Gobierno debe agregar una fuerte iniciativa política, porque no hay gobierno sin partido militante”.
Héctor Polino, diputado del Socialismo Democrático: “En su primer año de gestión, la Alianza ha defraudado la voluntad y confianza de millones de argentinos que creyeron que iba a reactivar la economía, generando nuevos puestos de trabajo, mediante el apoyo a la industria nacional y la incenti-vación del mercado interno. El pueblo no votó por el impues-tazo, por la reforma laboral, por el recorte salarial a los empleados públicos, por la eliminación del sistema de jubilación de reparto, por el aumento en el precio de los boletos de trenes, colectivos y subterráneos”.
Felipe Solá, vicegobernador de la provincia de Buenos Aires: “El gobierno de la Alianza ha fallado política-mente, ya que no logró trans-mitir lo que es un imperativo para toda gestión que se inau-gura tras el respaldo popular, que es la confianza necesaria para que la Argentina pudiera salir de la crisis y de la recesión. Todos queremos que el presidente Fernando de la Rúa no se limite a los tarifazos y ajustes que cortan el hilo por lo más delgado y halle la fórmula para el despegue”.
Gustavo Beliz, titular de Nueva Dirigencia: “A un año de asumir, el Gobierno ya ha realizado una entrega anticipada del poder. Entregó su gobierno a la impunidad del Senado, la suba de impuestos, la baja de salarios y las jubilaciones y la recesión”.

 

Ibarra de oscuro, Felgueras de raso.
Fue en agosto.
Cavallo en busca de
su papel de salvador.
El 6 de octubre, chau Chacho.
Pese a los pedidos, no hubo vuelta.
Flamarique en el Senado.
Fue en propia defensa.
Rodolfo Daer, o la esperanza
de contar con los �gordos�.
El hijo y la futura nuera
del Presidente.
El ex presidente
y Cecilia Bolocco.
Tablada, una dilación
que puede costar vidas.
Tres paros generales.
El último, muy masivo.

 

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