Por Ariel Greco
Waldo Kantor se está
adaptando a su nueva función. Desde que retornó de los Juegos
Olímpicos de Sydney, donde se desempeñó como asistente
técnico de la Selección de vóleibol que finalizó
cuarta, se hizo cargo de la Dirección de Deportes de la Ciudad
de Buenos Aires. Como en su época de jugador, desde allí
comanda un equipo de trabajo cuya principal finalidad es recuperar a los
clubes de barrio y al deporte en función social. Hoy tendrá
su primera prueba pública, cuando desde las 8 se largue el Maratón
de la Ciudad, un evento en el que se esperan casi treinta mil personas
y que está organizado por la dirección a su cargo. Estoy
muy ansioso y orgulloso por tener injerencia en la posibilidad de darle
un maratón a la ciudad cuenta Kantor. Laburamos en
todos los frentes que necesitábamos y contamos con el apoyo del
sector privado, así que ojalá salga todo derechito y tranquilo,
para que la gente pueda disfrutar de una megafiesta. Está pensado
para ello y hasta ahora va todo redondito, pero espero poder decir lo
mismo cuando termine, remarca el ex armador de la Selección
de vóleibol, que está plenamente involucrado en su nueva
función.
¿Siente que lo fueron a buscar por su proyecto o por sacarse
de encima el problema diciendo si fue deportista, algo debe saber?
A mí no me fueron a buscar porque yo tuviera un proyecto
político para desarrollar en la Ciudad de Buenos Aires, eso tiene
que quedar claro. Lo que sí hay es una afinidad ideológica
y afectiva con la gente que estuvo en la campaña junto a Aníbal
Ibarra en el área de deportes, incluso con él. Quizá
lo mío tenía que ver con el perfil adecuado para lo que
necesitaban y porque conocían mi historia y mi formación
en todo sentido. De ahí viene la propuesta. Y también debe
tener que ver con la cuestión de incorporar a técnicos en
áreas en las que se necesita cambiar un poco la imagen tradicional.
¿Cuál es el objetivo primario que se plantea su gestión?
Hace un tiempo, los clubes de barrio eran realmente un lugar de
concentración de los vecinos y de una función social muy
importante. Eso ahora está un poco perdido, pero creo que desde
la Dirección de Deportes podemos recrear un poco la continuidad
esos clubes.
¿Cómo se consigue eso, teniendo en cuenta que un club
modelo en ese aspecto, como Ferro, está quebrado y con pocas posibilidades
de subsistir?
Hay que rediseñar el modelo de club de los 80, porque
el momento sociopolítico y económico de la Argentina es
diferente. Por eso es imposible conseguir esa misma estructura. La idea
que tenemos es un forma de descentralización del deporte: tomar
los Centros de Gestión y Participación, hacer un relevamiento
y saber exactamente cuántos clubes hay en Capital Federal, que
son alrededor de 350. Luego vamos a intentar convenios para capacitar
a los dirigentes, para que comiencen a promover actividades. La otra idea
es colocar por un tiempo profesores bancados por la dirección para
generar tareas que lleven a que los vecinos vuelvan a movilizarse. Con
esto se busca que, con ese año de apoyo de la dirección,
cada club se reactive a partir de la captación de chicos y que
todo eso sea capitalizado por el club. También está previsto
un sistema de premios a partir de una calificación de cada club,
para poder pelear algún tipo de modificación en cuanto a
infraestructura. Es todo un trabajo global pensado en la reactualización
de ese club de barrio que siempre existió y que hoy está
muy caído.
Para eso hace falta dinero. ¿Hay recursos para cristalizarlo?
Desde ya que necesitamos conseguir la partida presupuestaria para
darle forma a esta apuesta, pero hay que entender la importancia del proyecto
y a partir de eso creo que se puede conseguir el apoyo político.
También hay que agilizar la cabeza para poder hacer más
cosas con la guita que hay. No ponerse en ah, acá no hay
guita, no se puede hacer nada. Lo que hay es poco, pero con algo
de cabeza se pueden articular medidas para lograr un aprovechamiento integral
de lo que tenemos, sobre todo mantenerel contacto y trabajar de manera
conjunta con otras áreas para que los escasos recursos de ambos
se sumen y se puedan conseguir más logros.
El apoyo político, ¿considera que lo tiene?
Sin ser untipo de la política, ni siquiera deportiva, ya
que nunca fui dirigente sino jugador, yo creo que hay un sustento. Acá
nos acoplamos a una idea que venía funcionando y en la que nosotros
vamos a aportar toda nuestra experiencia que acumulamos en todos los años
de jugador. Hay un proyecto de gente que estuvo aportando a la política
deportiva durante la campaña, que creo que se va a seguir. En mi
caso es cierto que no tengo una gimnasia política detrás,
pero sí cuento con mucho entusiasmo para hacer las cosas que estoy
diciendo y muchas otras. Claro que también detrás de mí
hay gente que sí tiene mucha más gimnasia que yo en este
tipo de cosas. Así que vamos a ir acostumbrándonos a situaciones
diferentes, pero que no son imposibles de llevar adelante.
Más allá del plano social, ¿hay algún
objetivo en cuanto al deporte de alto rendimiento?
La idea es poder capitalizar los 8 mil pibes que pasan por la colonia
de vacaciones que está a cargo de la dirección. Si bien
son muy chicos porque tienen entre seis y doce años, ya se puede
vislumbrar, a partir de determinadas condiciones, a un posible atleta.
Y muy básicamente, eso tiene que ver con pensar en el deporte de
alto rendimiento. Es muy atrevido decir que vamos a sacar un atleta olímpico
a los 12 años de una colonia de vacaciones. Pero a partir del caudal
de pibes que hay, una especialización de los profesores para que
detecten ciertas características, posibilidades o biotipos, y una
buena articulación con las federaciones para que después
los clubes puedan aprovechar y efectuar el seguimiento de esos chicos,
es una manera de apuntar a que puedan seguir desarrollándose en
el deporte para el que tiene condiciones. La idea es que se pueda encarar
algo que vaya un poco más allá que el deporte recreativo,
qué está bárbaro, pero esto sería una vuelta
de tuerca. Igual creo que la Secretaría de Deportes de la Nación
es el ámbito donde se tiene que canalizar el deporte de alto rendimiento.
Un mensaje para Blatter
Las paredes del centro de la Ciudad amanecieron ayer empapeladas
con carteles que apuntan a la FIFA ante la posibilidad de que no
elija a Diego Maradona como el mejor futbolista del siglo, siguiendo
una modalidad inaugurada por el Gobierno en febrero pasado con los
afiches que decían Maldita cocaína, cuando
Maradona sufrió una crisis cardíaca debido a una sobredosis.
Según comentó el representante de Maradona, Guillermo
Cóppola, el astro argentino habría obtenido 76.000
votos en la elección vía Internet, mientras que el
brasileño Pelé habría conseguido sumar sólo
26.000.
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