El
escritor colombiano Gabriel García Márquez afirmó
que los problemas de salud que atravesó recientemente lo impulsaron
a acabar el primer tomo de sus memorias, y que por eso habría que
considerar que sus problemas de salud pueden ser entendidos como un bien.
El autor comentó que hace más de un año se sometió
a tratamiento contra un linfoma y que, por el temor de no tener
tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos
que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con
mis amigos, desconecté el teléfono... y me encerré
a escribir todos los días. El Premio Nobel explicó
en una entrevista que publicaron ayer varios diarios latinoamericanos
que ya terminó el primer volumen de sus memorias, que se titularán
Vivir para contarlo. Empieza con la vida de mis abuelos maternos
y los amores de mi madre y mi padre a principios de siglo, y termina en
1955, cuando publiqué mi primer libro, La hojarasca, hasta viajar
a Europa como corresponsal de El Espectador.
García Márquez, que dice sentirse bien de salud y no estar
sometido actualmente a ningún tipo de tratamiento, sólo
a una dieta sencilla para no pasarme de peso, adelantó que
el segundo volumen empezará con la publicación, en 1967,
de Cien años de soledad.. El tercero tendrá un formato
distinto y sólo serán los recuerdos de mis relaciones personales
con seis o siete presidentes de distintos países, agregó.
El escritor rechazó ser el autor de un texto que circula por Internet
en el que se despide de la vida. Lo único que me preocupa
es que me muera por la vergüenza de que crean que yo escribí
algo tan cursi; lo leí hace poco y lo que más me sorprendió
es que mis lectores pudieran creer que fue escrito por mí,
aseguró.
García Márquez aprovechó la oportunidad para responder
a unas recientes declaraciones del canciller de Venezuela, José
Vicente Rangel, que calificó de realismo mágico
uan nota de la revista colombiana Cambio, de la que el escritor es socio
y presidente del consejo editorial. Cambio reveló nexos entre la
guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno
venezolano. Sigo considerando como una falta de respeto a mí
y a mi obra que el canciller declarara que una noticia es falsa porque
es realismo mágico. La primera condición del realismo mágico,
como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que,
sin embargo, parece fantástico. Muy pocos países del mundo
lo demuestran mejor que mi querida Venezuela.
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