La
entidad ecologista Greenpeace cargó de nuevo contra la planta Solvay
Indupa y el grupo Dow Chemical, en Bahía Blanca: a la acusación
de 1998 de que la firma vierte residuos tóxicos al medio ambiente,
ayer agregó la denuncia de que entre esos efluentes se encuentra
el temido PCB, un compuesto químico altamente cancerígeno.
El aceite fue motivo este año de una serie de denuncias contra
las empresas Edenor y Edesur, que utilizan ese elemento como refrigerante
en transformadores eléctricos.
Además del PCB, en el canal donde se vierten los efluentes del
polo petroquímico de Bahía Blanca, Greenpeace encontró
otros residuos peligrosos, como mercurio, cloruro de vinilo y hexaclorobenceno.
Ese canal se convierte en un arroyo que desemboca directamente en la ría
de Bahía Blanca, donde se realizan actividades de recreación
y de pesca.
Verónica Odriozola, coordinadora del área Tóxicos
de la organización ambientalista, contó a este diario que
lo grave es que hayamos encontrado este tipo de residuos, que son
muy volátiles, en el agua. Al ser tan volátiles, si los
encontramos en niveles considerables quiere decir que el vertido fue muy
fuerte y de modo constante, si no, ya se hubieran evaporado.
En el escrache realizado en la puerta de Solvay Indupa participaron los
miembros de Greenpeace que llegaron a Bahía Blanca en el
buque Antartic Sunrise y 150 habitantes de la localidad de Ingeniero
White. Las protestas de los vecinos contra el polo petroquímico
de Bahía se reforzaron a partir de agosto, cuando se produjeron
dos escapes uno de cloro gaseoso y otro de amoníaco
en sendas plantas de la zona.
No es lógico que la actividad industrial se realice sin un
monitoreo eficiente por parte del Estado, señaló Leoncio
Montesarchio, presidente de la Asociación Ambientalista del Sur.
Por su parte, la empresa Solvay Indupa emitió un comunicado donde
rechazó las acusaciones de Greenpeace, por considerarlas imprecisas
y sin evidencia científica fundamentada.
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