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TERMINARON AYER LAS AUDIENCIAS ANTE LA CORTE
Llegó el día del juicio final

La Corte Suprema de Washington escuchó ayer los argumentos de los abogados del demócrata Al Gore y del republicano George W. Bush a favor y en contra de recontar los votos dudosos de Florida. Si la decisión, que se espera para hoy, es a favor, Al Gore espera superar la ventaja de su rival.

Por Martin Kettle *
Desde Washington

Noventa concentrados minutos de cerrada discusión legal, recargados de alta teoría constitucional, mantuvieron ayer a gran parte de Estados Unidos conteniendo la respiración mientras los abogados de George W. Bush y Al Gore luchaban en la batalla decisiva de la guerra de la elección presidencial. El máximo tribunal norteamericano se zambulló de cabeza por primera vez en su historia en un juicio en el cual se puede decidir quién será el presidente del la nación. Los jueces de la Corte Suprema formularon difíciles preguntas que fueron inmediatamente interpretadas como claves sobre el sentido en el que iba a inclinarse cada juez en particular y la decisión final en suma.
Cuando el tiempo de la audiencia se acabó, el presidente de la Corte Suprema, William Rehnquist, y sus ocho colegas se retiraron a discutir su fallo. No hubo ninguna indicación inmediata de cuándo anunciarán su veredicto, aunque hoy es la fecha límite para que Florida nomine a sus 25 electores al Colegio Electoral. Esta institución debe reunirse en todos los 50 estados el próximo lunes 18 de diciembre para elegir entre Bush y Gore.
La Corte Suprema de Washington debe resolver una apelación del candidato republicano Bush según la cual la Corte Suprema de Florida se excedió en su autoridad, amenazando “un daño irreparable” a sus derechos, cuando ordenó un conteo completo de los votos dudosos (y por dudosos nunca contados: lo que en inglés llaman undervotes) del estado de Florida emitidos en la elección del 7 de noviembre. Tanto Bush como Gore necesitan que se los declare ganadores del voto popular en la Florida para adjudicarse los 25 miembros del estado en el Colegio Electoral y reunir los 270 necesarios para ganar la presidencia estadounidense.
Aunque existen aún otras acciones políticas y legales que fueron presentadas por ambas partes en tribunales de Florida y la Legislatura estatal está a punto de designar a su propia planilla de electores para que voten por Bush, siguen pendientes también otros casos legales secundarios.
Si la Corte Suprema responde afirmativamente a la demanda de Bush, como hizo cuando detuvo el conteo el último sábado, las posibilidades de Gore de ganar la presidencia habrían llegado a su fin. Pero si la Corte Suprema ordena que el conteo puede seguir, en este caso es poco claro el resultado. Muchos observadores creyeron que es probable que la Corte Suprema divida sus votos 5 a 4, como hizo el sábado.
El foco de la atención eran los dos jueces cuyos votos son habitualmente cruciales en decidir hacia qué lado se inclina la mayoría en la Corte y quien, incluso más que sus siete colegas más previsibles, tiene en sus manos el resultado histórico. Sandra Day O’Connor y Anthony Kennedy fueron de los que más preguntaron ayer y atormentaron a Ted Olson, abogado de Bush, sobre casi todo desde las boletas electorales “preñadas” hasta puntos fundamentales de la Constitución norteamericana.
“¿Cuál es aquí la cuestión federal?”, preguntó el juez Kennedy. Esta pregunta inquietaba a los partidarios de Gore, que esperaban que la Corte decidiera que los votos de Florida eran un asunto que debía y podía resolver la Corte estadual. “¿Qué principios aplicó la Secretaría de Estado?”, preguntó O’Connor. Y de esta manera, al referirse a Katherine Harris, la secretaria de Estado de Florida que rechazó los recuentos manuales de los votos en Florida, gatilló las especulaciones de que algunos jueces podían pensar en autorizar un recuento de los más de 40.000 undervotes en disputa. Pero esta vez el recuento tendría bases más firmes, tal vez redactadas por la Corte misma, para determinar la intención del votante. A unos diez kilómetros de la Corte Suprema, en su residencia oficial, Al Gore se preparaba para hacer lo que muchos de sus conciudadanos hicieron ayer: escuchar las grabaciones de audio de la audiencia de ayer, emitidas por las principales cadenas de radio y televisión casi en tiempo real, inmediatamente después de la audiencia que se prolongó por hora y media. Hijos de Gore y el manager de su campaña, Bill Daley, estuvieron presentes en el mismo recinto de la Corte. A unos tres mil kilómetros de la Corte, en Austin, el gobernador de Texas –Bush– estaba trabajando en su oficina durante la audiencia. “Controlo mis emociones”, dijo Bush a la prensa cuando llegó por la mañana a la sede de la gobernación. “Prepararé una declaración para leer una vez que se sepa cuál es la sentencia de la Corte”, concluyó.
Entretanto, la Legislatura del estado de Florida, de mayoría republicana, no perdió el tiempo y ayer ya votó en comisión a favor de los 25 electores de George W. Bush. Lo hizo sin esperar al fallo de la Corte Suprema y si éste favorece al pedido de Gore de recontar los votos, y éstos, una vez recontados, favorecen a su vez al candidato demócrata, la situación de crisis constitucional sería una impasse cuya salida es casi imposible de prever.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

La opinión pública ya votó
Si la Corte va a dar un voto dividido, las encuestas ya lo dieron. Según un sondeo de Gallup para USA Today, el 47 por ciento de los norteamericanos cree que hay que contar todos los votos y no terminar el proceso hasta que no haya finalizado el recuento, pero un 49 por ciento estima que la Corte Suprema federal no debe autorizar el recuento de votos que paralizó el pasado sábado. Otra encuesta, sin embargo, de la cadena de televisión ABC y The Washington Post, señala que en realidad el 53 por ciento sí quiere que siga el conteo manual, mientras que el 43 por ciento cree que se debe terminar. De acuerdo con el sondeo de Gallup-USA Today, el 61 por ciento de los estadounidenses opina que la disputa electoral de Florida debe resolverla finalmente la Corte Suprema de la Nación. Pero en la encuesta de ABC-Washington Post, el 51 por ciento discrepa con la decisión de esta misma Corte de ordenar, el sábado, la paralización temporal del recuento de votos en Florida, contra un 48 por ciento que dijo estar de acuerdo con esta decisión. Y sin embargo, el 66 por ciento de los consultados tiene confianza en que, ahora sí, la Corte Suprema norteamericana acuerde un fallo justo. Este estudio también señala que el 49 por ciento cree que el país tiene un “serio problema” con el sistema electoral. En todo caso, nadie puede creer que a un mes de los comicios todavía haya encuestas sobre ellos.

 

EL CRONOGRAMA PARA INGRESAR A LA CASA BLANCA
Una peligrosa carrera de obstáculos

Como en Estados Unidos el pueblo sufraga, pero no elige, el futuro inquilino de la Casa Blanca depende de qué decida el Colegio Electoral el 18 de diciembre. Si es que llega a reunirse en esa fecha, porque los especialistas en Derecho Constitucional no están de acuerdo en cuán obligatoria es. Y aun si llega a reunirse, en la fecha que sea, la última palabra la puede tener el Congreso. O, nuevamente, la Corte Suprema, porque demócratas y republicanos pueden querer una revisión judicial de cada paso en falso.
12 de diciembre: La ley federal reconoce el derecho de los estados a elegir en esta fecha a sus representantes ante el Colegio Electoral para la elección del presidente. Cada estado tiene un determinado número de electores en función de la densidad poblacional. Los electores de Florida, cuya disputa entre Bush y Gore escuchó ayer la Corte Suprema, son 25.
13 de diciembre: Para esta fecha se espera una decisión de las dos cámaras de la Legislatura de Florida, que ya ayer votó en comisión a favor de los 25 electores de Bush. La minoría demócrata disputa este procedimiento, que burlaría –según ellos– la voluntad popular.
18 de diciembre: El Colegio Electoral de cada estado se reúne para elegir al presidente y vicepresidente. Por tradición los electores otorgan su apoyo al ganador en ese territorio de las elecciones de noviembre, pero las leyes federales no los obligan a seguir la tradición. La elección del presidente y vicepresidente es depositada en sobres sellados y lacrados, enviados después a la capital federal, Washington D.C.
27 de diciembre: El presidente del Senado (el vicepresidente Al Gore), el Archivo Nacional y otras autoridades reciben los sobres certificados.
u 3 de enero: Al mediodía de esta fecha entran en funciones los senadores y diputados elegidos en los comicios del 7 de enero.
6 de enero: El Congreso, en una sesión conjunta, presidida por el titular del Senado, abre los sobres enviados por el Colegio Electoral y procede de inmediato a su recuento. Este año la sesión podría adelantarse porque el 6 de enero cae sábado.
20 de enero: Juramento del nuevo presidente de Estados Unidos.

 

 

 

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