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QUINO GANO EN ESPAÑA UN PREMIO AL HUMOR GRAFICO
“Soy de una raza en extinción”

 

El creador de Mafalda siente que pertenece a otra era, ya que sigue dibujando a mano mientras muchos colegas usan computadoras.

El argentino Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, ganó ayer en España un prestigioso premio al humorismo gráfico que aceptó afirmando que se considera miembro de “una raza en extinción”. Quino, conocido internacionalmente por su personaje de Mafalda, fue galardonado en Madrid con el II Premio de Humor Gráfico Quevedos, dotado con 25.000 dólares, con el que se reconoce la significación social y artística de una carrera.
“Para mí supone un gran honor obtener este premio. Soy la segunda persona a quien se lo dan, después del maestro Antonio Mingote, al que admiro. Estoy emocionado y me siento muy honrado”, declaró. El dibujante, que pasa la mitad del año en Milán, manifestó que sigue trabajando como un principiante en las páginas que todas las semanas tiene en “Mirada”, un suplemento semanal que publican varios diarios españoles. Por eso, explicó, tiene todo el tiempo ocupado, ya que cuando no está preparando esas tiras cómicas, está viajando, sobre todo por Argentina, España, Francia e Italia.
Quino contó que prepara sus tiras en una vieja mesa de dibujo que tiene desde hace más de 30 años y que quiere cambiar, pero no encuentra ninguna que le convenza. “Todo lo que veo son mesas sofisticadísimas para ingenieros, arquitectos, etc., pero una simple mesita con sus patitas no lo encuentro por parte alguna. Tendré que comprar las maderas y hacerla yo”, manifestó. Agregó que, además, hoy casi todos utilizan computadora para trabajar, y que eso le parece destructivo para la artesanía que requiere su oficio. “Los humoristas, según se ve, somos una raza en extinción”, subrayó al respecto. El humorista dijo también que le parece muy bueno el humor que se hace en España y que lo prefiere al de Argentina o Italia. “Se parece al mío. Son temas políticos, sociales. Se refiere a personajes concretos, aunque no se citen directamente. Es un humor que, aunque haya pasado el tiempo, todo el mundo lo entiende”, dijo.
El Premio Quevedos es propuesto por la Universidad madrileña de Alcalá de Henares y promovido por los ministerios españoles de Educación y Cultura y de Asuntos Exteriores. El jurado que eligió al mendocino estuvo presidido por el humorista español Antonio Mingote, ganador de la primera edición del premio, e integrado por el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el director general del Libro, Fernando de Lanzas, y el director del Instituto Cervantes, Fernando Rodríguez Lafuente, entre otros. El galardón es el único de estas características en el ámbito iberoamericano, y a él pueden concurrir todos los humoristas gráficos que publiquen su obra tanto en español como en portugués.
Nacido en 1932 en Mendoza, Quino posee desde 1990 la nacionalidad española. Hijo de emigrantes españoles, en 1948 tomó la decisión más importante de su vida, cansado de dibujar ánforas y yesos, y decidió abandonar la Escuela de Bellas Artes para transformarse en humorista. En 1954 consiguió publicar su primera página de chistes sin palabras en el semanario Esto es, y en 1963 la compañía de electrodomésticos Mansfield le encargó una campaña publicitaria cuyos personajes debían comenzar por la letra “M”. Así nacería Mafalda. En 1966, la editora Jorge Alvarez publicó el primer libro que reunía las tiras de Mafalda y en dos días se agotó su tirada de 5000 ejemplares. Los personajes de Mafalda, Felipe, Susanita, Manolito y Guille se convirtieron desde entonces en arquetipos para millones de argentinos.
Quino, que se siente heredero de Charles Schultz –el desaparecido creador de la tira cómica Peanuts y sus populares personajes Carlitos y Snoopy– y de Hugo Prat, dejó de publicar las famosas tiras de Mafalda en 1973, aunque las recuperó en algunas ocasiones para ilustrar campañas de Unicef e institucionales. Tras medio siglo dibujando y analizando la realidad social desde una perspectiva infantil e irónica, cree que la clave de su éxito como dibujante de humor estriba en “tener las antenas abiertas para captar lo que le preocupa a la gente y luego decir, con arte, lo que uno opina sobre eso”. España lo adora, evidentemente: en octubre pasado le fue concedida la cátedra honorífica de humor gráfico de la Universidad de Alcalá.

 

 

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