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EL PRESUPUESTO 2001 YA ES LEY. EL BLOQUE ALIANCISTA SE REBELO AL EJECUTIVO
De la Rúa tiene la lapicera del veto a mano

Los diputados de la Alianza no lograron consenso para eliminar el artículo que introdujo el Senado disponiendo la restitución de la quita salarial a los estatales. Machinea adelantó que el Ejecutivo lo vetará. Crisis en el bloque.

La devolución de la quita del 12 por ciento a los estatales fue aprobada por los diputados por unanimidad.

Por David Cufré

La Cámara de Diputados convirtió ayer en ley el proyecto de Presupuesto 2001, con lo cual el Gobierno cumplió la última de las exigencias del FMI para acceder el salvataje financiero. Sin embargo, al Poder Ejecutivo se le aguó la fiesta a último momento, ya que los legisladores aprobaron la restitución a los empleados públicos del 12 por ciento de sus salarios recortado en mayo pasado. Los propios diputados de la Alianza convalidaron esa medida, incluida en el Presupuesto por los senadores justicialistas. José Luis Machinea demoró apenas 15 minutos después de conocida la noticia para emitir un comunicado oficial, informando que el Gobierno “tomó la decisión” de vetar la iniciativa. “La reducción salarial continuará vigente, ya que, si bien es transitoria, no están dadas las condiciones para que esa reducción pueda recuperarse durante el año próximo”, destaca el comunicado.
Más allá de la buena noticia que significó para el Gobierno la sanción del Presupuesto en los plazos previstos, lo que le permite asegurarse el crédito del FMI, el dato político de ayer fue el desplante que los diputados de la Alianza le hicieron al Ejecutivo. Desde que los senadores del PJ sancionaron la semana pasada la restitución salarial a los agentes del Estado, Machinea protestó indignado. “Es un acto demagógico”, dijo, y anticipó que les reclamaría a los diputados oficialistas anular la medida cuando el proyecto tuviera su revisión final en la Cámara baja. Teresa Ter Minassian, jefa de la misión del FMI, también transmitió su rechazo. Y el viceministro de Economía, Mario Vicens, buscó tranquilizarla con la promesa de que la Alianza usaría su mayoría en Diputados para suprimir el “aumento” a los empleados públicos.
No fue eso lo que ocurrió. Todo el bloque oficialista votó en favor de mantener el artículo 18, que dispone la reposición salarial. Como se sabía, lo mismo hizo el justicialismo. Los diputados cavallistas y provinciales terminaron adhiriendo a esa posición, ya que ninguno quiso cargar con el costo político de oponerse a la medida.
En concreto, el artículo establece que los fondos para financiar la devolución salarial a los empleados públicos saldrán de un plan de reducción de gastos del Estado. Todos los organismos públicos y los entes descentralizados deberán diseñar su propio ajuste, en base a los gastos de funcionamiento y de servicios no personales. El ahorro no podrá venir por reducción de personal. Los recursos liberados deberán utilizarse, desde mayo de 2001, para reponer los salarios caídos, empezando por los más bajos. No obstante, Machinea confirmó que la iniciativa será vetada y quedará sin efecto.
En la reunión de la bancada aliancista que se hizo antenoche, los legisladores decidieron desconocer el pedido del Gobierno. “Estamos hartos de tragarnos sapos. Si lo quieren vetar que lo veten, pero nosotros no íbamos a cargar otra vez con el costo político”, enfatizó en diálogo con Página/12 un diputado radical.
La explicación que dio a este diario una de las autoridades del bloque fue la siguiente: “Casi todo el Frepaso y más de la mitad del radicalismo estaba a favor de mantener el artículo que vino del Senado. No había espacio para cambiar esa posición. Si intentábamos disciplinarlos, lo más probable era que muchos se rebelaran y termináramos haciendo un papelón”. En consecuencia, lo que ocurrió durante la sesión fue una demostración acabada de la falta de conducción del Ejecutivo sobre su propia fuerza en el Congreso. “Lo que hicimos fue evidenciar que De la Rúa está solo”, se quejó ante este diario un diputado radical que proponía respetar la demanda del Gobierno.
Para justificar su voto, los diputados oficialistas señalaron que la medida no implica un aumento del déficit fiscal, pues los recursos saldrán del ahorro de otras partidas. Y manifestaron que habían querido imponer una propuesta similar cuando el Presupuesto se votó por primera vez en la Cámara baja, algo que no prosperó debido a la oposición de los “díscolos”de la Alianza, quienes dijeron que lo que se hacía era colar la flexibilización laboral en la administración pública con la excusa de la reposición de los salarios.
Más allá de ese punto, los diputados de la Alianza consiguieron hacer algunos cambios al proyecto votado por el Senado. El principal es el que suprime la asignación de 2 pesos por voto para los partidos políticos. El financiamiento vendrá con un nuevo proyecto de ley, con el aporte de 1 peso por voto. También se dispuso que las obras sociales sindicales deberán pagar una tasa de hasta 0,5 por ciento a la AFIP por la recaudación de los aportes de empleados y empresarios. Y se eliminó un artículo que habilitaba la posibilidad de restablecer nuevos cupos para promoción regional. En cuanto a las pautas de gasto y déficit, el Congreso las mantuvo casi inalterables, por lo que el Gobierno ya puede cerrar el acuerdo con el FMI por el préstamo extraordinario.

 

Sale igual

El vocero principal del FMI, Thomas Dawson, tiró por tierra uno de los mitos que se habían creado desde que el presidente Fernando de la Rúa anunció la polémica reforma previsional. Según la habían presentado los propios funcionarios del Ministerio de Economía, el recorte de las jubilaciones futuras era, supuestamente, una “precondición” para que el FMI aprobara el paquete de salvataje financiero para Argentina. Semejante status le sirvió a José Luis Machinea para presionar sobre el Congreso por la eliminación de la PBU (Prestación Básica Universal), el régimen de jubilación estatal y la extensión de la edad jubilatoria de la mujer. Sin embargo, según afirmó ayer Dawson, “la reforma previsional no es una precondición” para la aprobación de la nueva Carta de Intención que se firmará con el FMI, el paso previo para destrabar formalmente el salvataje. La confesión de Dawson sirve para entender que, al igual que Domingo Cavallo primero y Roque Fernández después, Machinea también utiliza al FMI para presionar sobre el Congreso con un argumento remanido: si no se aprueban determinadas proyectos enviados por el Ejecutivo, el FMI bajará el pulgar y se profundizará la crisis.

 

ESPECULACION DE LOS DIPUTADOS ALIANCISTA CON EL VETO
“Que De la Rúa asuma el costo”

El alivio del Gobierno por la sanción definitiva del Presupuesto 2001 se mezclaba ayer con una marcada preocupación: la Cámara de Diputados incluyó el artículo que restituiría gradualmente el descuento del 12 por ciento a los empleados estatales. El Poder Ejecutivo anticipó que vetará la modificación, lo que generaría un costo político inevitable. Además, el temor se centraba en la posibilidad de que el Congreso insista con su decisión. “En ese caso, la ley queda como está y, además, nos exponemos a una derrota política en un momento de debilidad”, decía ayer, preocupado, un importante funcionario de la Casa Rosada.
La semana pasada, el Senado, con mayoría simple, aprobó el proyecto enviado por el Ejecutivo, pero agregando algunas modificaciones. Entre otros puntos, los senadores justicialistas lograron incorporar un artículo –el 18– que permite recomponer gradualmente la rebaja salarial que sufrieron los empleados públicos. Así, el recorte del 12 por ciento sería restituido como consecuencia de un ahorro que deberán producir los organismos dependientes del Poder Ejecutivo.
Ayer, la Cámara baja le dio la luz verde definitiva al Presupuesto 2001. Sin embargo, como parte del trabajoso acuerdo que permitió la sanción de esa ley clave para el equipo económico, la bancada aliancista votó la modificación para restituir el recorte a los estatales. Aunque ya estaban avisados del veto presidencial, la decisión de los diputados respondió a otros factores. “Que el costo político lo pague el Poder Ejecutivo”, decía uno de los integrantes de la conducción del bloque oficialista.
Por eso, el festejo del Gobierno fue moderado. Aunque aplaudieron la sanción del Presupuesto (una de las condiciones para que llegue el esperado salvataje financiero a los acreedores de Argentina), Fernando de la Rúa deberá asumir la antipática decisión de eliminar el artículo para recomponer los sueldos de los empleados públicos. Ayer, una vez que finalizó la sesión de Diputados, el ministro de Economía, José Luis Machinea, salió a ratificar que el Presidente vetará el artículo clave.
Pero no se trata sólo de costos políticos. Si finalmente se cumplen los pronósticos y el Presidente firma el veto, el Congreso tiene la posibilidad de insistir con esa controvertida medida reuniendo a los dos tercios de los legisladores de cada Cámara:
En el Senado sería bastante sencillo: el PJ podría sumar a los legisladores provinciales y quizás a algún aliancista díscolo y reunir la mayoría necesaria para persistir con el polémico artículo.
En Diputados la situación es más complicada: a pesar de que el artículo clave fue aprobado ayer con el voto de todas los bloques, la decisión conduciría a un escenario de confrontación directa con el Poder Ejecutivo. Podrían anotarse los diputados justicialistas y el grupo de aliancistas rebeldes –que fluctúa entre los 9 y los 13– pero es bastante improbable que los radicales y los frepasistas alineados acepten entrar en un enfrentamiento abierto con el Gobierno.
De todos modos, en la Casa Rosada había preocupación por la posibilidad de que se instale una pulseada con el Congreso. “Hay que ser muy cuidadosos porque estamos en un momento de debilidad. El blindaje financiero nos va a permitir un respiro transitorio. Pero todo tiene condiciones. Si el Congreso insiste, nos exponemos a una derrota política”, se confesaba ayer un funcionario ante este diario.

 


 

GRAVAN PLAZOS FIJOS EMPRESARIOS
Por fin una progresista

En adelante las empresas verán gravados con el impuesto a las Ganancias los intereses que ganen por la colocación de plazos fijos, según establece un proyecto que ayer recibió media sanción en la Cámara de Diputados, y deberá por tanto pasar todavía por el filtro del Senado. La iniciativa partió del Ministerio de Economía, con la intención de compensar al fisco por la pérdida de recursos que sufrirá por la supresión del tributo al endeudamiento empresario, es decir, el que en los dos últimos años rigió para los intereses pagados por las compañías sobre los créditos recibidos.
Este último gravamen, que el equipo económico decidió eliminar gradualmente hasta su desaparición total en julio de 2002, había concitado la oposición de todo el empresariado, y también de la mayoría de los economistas. Se lo considera distorsivo porque castiga la inversión, sea en stock o en equipamiento, suponiendo que las empresas se endeuden con ese fin. En realidad, se sabe que muchas compañías, con fondos situados en el exterior, traían parte de ellos bajo la simulada forma de préstamos para deducir los intereses pagados de su declaración de Ganancias. Ahora habrá que ver si se reabre esa vía de evasión.
La imposición de los plazos fijos es una excepción, dentro de la generalizada exención tributaria de la que gozan las rentas financieras en la Argentina, y que constituye una auténtica rareza –notoriamente regresiva– del régimen impositivo en este país. De cualquier forma, y según señaló el diputado conservador mendocino Carlos Balter, las empresas podrán eludir fácilmente el gravamen mediante el arbitrio de colocar la plata en plazas que son paraísos fiscales, o que al menos eximen a los capitales extranjeros. Decisivo será saber cuánta mayor tasa paga la banca local gracias al riesgo país.

 

OPINION
Por Alfredo Zaiat

Unos vivos bárbaros

El (no) debate del Presupuesto ha igualado, para abajo, en claridad las ya desorientadas posiciones dominantes de los bloques del Frepaso, UCR y PJ. La mimetización a la ambigüedad de los radicales de lo que fuera una agrupación estimulante liderada por Carlos “Chacho” Alvarez ha dejado un vacío en el escenario político. El justicialismo avanzó en la discusión del Presupuesto como si no hubiese tenido nada que ver con el desmoronamiento de la economía. Criticó y propuso modificaciones con el mezquino interés de hacer pagar un costo político a la Alianza, que el Ejecutivo asumió adelantando el veto al polémico artículo de la devolución salarial a los estatales. Del bloque de senadores y diputados del PJ no surgió ni una sola propuesta creativa para agregar o, en todo caso, debatir en apresuradas y maratónicas sesiones. La restitución de la quita a los sueldos de los empleados públicos con la restricción de que solamente se efectivizaría en caso de ahorros en las reparticiones reconoce la habilidad de la chicana política.
Resulta claro que con esa iniciativa no se pensó en los trabajadores, puesto que encierra una lógica perversa. Luego del castigo de la poda del sueldo, los legisladores acordaron ilusionar a los empleados del sector público con una recuperación atada a una meta que saben de antemano de difícil cumplimiento. Con el ropaje de la “responsabilidad” se aprobó ese híbrido que no agradaría a los estatales, que merecen la devolución de la quita sin ninguna condición , tal como ordenaron distintas instancias judiciales en sucesivos fallos hasta llegar a la barrera de la Corte Suprema, ya no menemista sino oficialista. Tampoco dejaría satisfecha a la misión del FMI que tiene en sus manos la llave para abrir la puerta del rescate financiero a los acreedores del país. El veto anunciado por Machinea dejó las cosas como estaban.
Pero ese mamarracho hubiera abierto ridículas situaciones, a saber:
Las reparticiones públicas no consiguen ningún ahorro, tal como se ha verificado en cada uno de los presupuestos de los últimos años, y los estatales no hubieran recuperado nada de la quita salarial.
Algunas dependencias reasignan partidas generando excedentes para, a partir de mayo, plazo estipulado en el Presupuesto, recomponer los sueldos podados.
En ese caso, ¿quiénes hubieran sido los beneficiarios de ese ahorro? ¿Sólo los de esa repartición? ¿Los empleados de una dependencia que no hubiera sido austera se beneficiarían igualmente del ajuste de otra agencia estatal? ¿Habría estatales con misma categoría pero con sueldos diferentes según la mayor o menor austeridad del responsable del organismo? ¿A partir de qué nivel salarial se hubiera establecido el mecanismo de devolución?
En ese absurdo juego, resultó previsible que el radicalismo hubiera quedado a mitad de camino, puesto que arrastra desde los ´'80 la intensión de conformar a tirios y troyanos, defraudando a unos y a otros. Promete a derecha y a izquierda, culminando a su diestra sin conformar a nadie.
Los legisladores, en realidad, encontraron una forma original de resolver situaciones comprometidas, que podría aplicarse, por ejemplo, a otros compromisos del Estado:
Los insólitos subsidios estatales a los trenes privatizados solamente serían girados si se consiguen ahorros en reparticiones públicas.
Esa eventualidad también podría ser aplicada a los acreedores externos que reclaman el pago puntual del capital e intereses de la deuda.
También las dietas de senadores y diputados estarían condicionadas a la capacidad de generar ahorros en el Estado.
¿El Congreso aprobaría para esos actores económicos ese mismo mecanismo de pago aprobado para los estatales?

 

Las claves para entender quién gana y quién pierde

Los intereses de la deuda se llevan el 22 por ciento del Presupuesto. Magros recursos a Salud, Cultura y Educación. Se prevé un crecimiento de apenas el 2,5 por ciento.

Por Claudio Zlotnik

1 ¿Cuál es la importancia del Presupuesto nacional?
Como ocurre en una familia o en una empresa, el Estado se fija objetivos económicos a cumplir durante el año. Además, se establecen los recursos que destinará a cada área y las erogaciones que podrán hacerse. El Poder Ejecutivo tiene tiempo hasta el 15 de setiembre de cada año para presentarlo ante el Congreso, aunque esta vez envió un proyecto correctivo en reemplazo del original después de negociar el “operativo salvataje” de los acreedores de Argentina con el Fondo Monetario, en el cual se modificaron las pautas de crecimiento, recursos y gastos.
2¿Cuáles son las previsiones de las principales variables económicas para el 2001?
El Producto Bruto crecerá apenas el 2,5 por ciento real.
Recursos: totalizarán 44.900 millones de pesos.
Las principales fuentes de los ingresos son: el IVA, el Impuesto a las Ganancias y los aportes a la seguridad social. Les siguen los aranceles a las importaciones, el impuesto a los combustibles y los ingresos por privatizaciones.
Las erogaciones llegarán a 51.859 millones. El gasto más importante corresponderá a los pagos de los intereses de la deuda: 11.143 millones, el 22 por ciento del total.
Déficit fiscal: 6995 millones.
3 ¿Cuáles fueron los cambios más controvertidos aprobados por el Congreso?
Se reestablecerá la quita del 12 por ciento de los salarios de los empleados de la administración pública con los recursos que surjan de un plan para generar ahorro en las dependencias del Estado. José Luis Machinea adelantó que el Ejecutivo vetará ese artículo.
La distribución del subsidio a las tarifas de gas en la Patagonia estará a cargo de los gobiernos provinciales, y no del Enargás.
En vez de la suma fija de 186 millones de pesos propuesta por Economía, el Fondo Nacional del Tabaco no tendrá tope, sino que aumentará en caso de que la recaudación supere aquel monto.
Diferimientos impositivos: El Congreso impuso que el 10 por ciento de lo que la Nación recaude por cobrar anticipadamente a las empresas que se adhirieron a este mecanismo irá para las provincias. Economía quería que los primeros 350 millones de recaudación fueran limpios para la Nación. Y repartir con los distritos del interior recién cuando se supere ese monto.
4 ¿Por qué el Gobierno cambió el proyecto original del Presupuesto 2001?
La flexibilización de las metas fue un mea culpa por parte de Machinea del fracaso de revitalizar la economía con la estrategia del ajuste fiscal. De esta manera, en vez de insistir con un recorte en el gasto público para así precipitar un círculo virtuoso salvador, amplió la pauta del rojo fiscal de 4820 a 6995 millones de pesos. A su vez, se estimó un crecimiento económico del 2,5 por ciento, en vez del 3,7 por ciento original. Por otra parte, se aumentaron en 486 millones los fondos destinados a gasto social y obras de infraestructura.
5 ¿Cómo se repartirán esos 486 millones adicionales?
Las provincias se llevarán 225 millones (175 millones por planes Trabajar y 50 millones por asistencia alimentaria). Otros 221 millones se destinarán a la obra pública y 40 millones para los planes Solidaridad que administra la Nación.
6 ¿Hay un crecimiento en el gasto primario (excluye los pagos de los intereses de la deuda externa) en el 2001?
No. Con respecto a este año, la caída en el gasto primario será de 32 millones de pesos. El gasto previsto para el 2001 será de 40.753 millones, contra 40.785 millones de este año. En comparación con 1999, la restricción alcanza a los 2031 millones.
7 Si el gasto primario disminuye y la economía crecerá más, ¿por qué el déficit fiscal de 2001 será parecido al de este año?
Básicamente por el fuerte incremento en el pago de los intereses de la deuda: 11.246 millones, 1600 millones más que este año. Los acreedores de la Argentina son los grandes ganadores: tanto el Presupuesto 2001 como el “operativo salvataje” fueron diseñados para garantizar el pago de los compromisos externos.
8 ¿Quién perdió con el Presupuesto?
Para cumplir con los pagos de los servicios de la deuda, la variable de ajuste fueron los restantes destinos de los recursos. Educación y Cultura se lleva tan sólo el 6,5 por ciento del dinero total, al destinarse 3333,5 millones de pesos. La administración Central absorberá 3809,7 millones, el 7,4 por ciento del total. Seguridad Social recibirá 20.285,3 millones de pesos, el 39,6 por ciento. Defensa, 3295,4 millones, el 6,4 por ciento. Y Salud tendrá un presupuesto de 2942,5 millones, apenas el 5,7 por ciento del total de recursos.

 

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