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VUELVE A SER JUEZA LA MUJER DE RUCKAUF
Adiós a la política

Maria Isabel Zapatero tenía una controvertida licencia de la Corte por un año. No le fue renovada. Estresada y disconforme con su cargo en Acción social, volvió a su cargo de camarista.

El gobernador Carlos Ruckauf y su esposa María Isabel Zapatero.
La primera dama bonaerense explicó su decisión a su marido y sus hijos.

Por Fernando Almirón

María Isabel Zapatero, esposa del gobernador bonaerense Carlos Ruckauf, renunció ayer a la presidencia honoraria del Consejo Provincial de la Familia y el Desarrollo Humano que maneja unos 400 millones anuales en ayuda social. Zapatero eligió volver su cargo como jueza de cámara en el fuero laboral tres días antes de que venciera la licencia por un año que había tramitado ante la Corte Suprema apenas su marido asumió la gobernación. “Estaba un poco cansada de la función ejecutiva, estresada, y quería volver a la Justicia”, explicaron en La Plata para justificar la salida de la esposa de Ruckauf que, por el momento, dejará vacante la presidencia del Consejo.
Marisa, tal como llaman en la intimidad a Zapatero, explicó las razones de su alejamiento: “Quiero mucho mi profesión, tengo 25 años en la Justicia y dejar el cargo en la Cámara no me parecía justo y a él (por Ruckauf) tampoco le parecía justo obligarme a dejarlo”.
“La experiencia de este año en el Consejo ha sido invalorable y espero que el aporte haya sido valioso, yo aprendí mucho”, consideró la ahora ex funcionaria quien aseguró que por el momento nadie la sucederá en su cargo. La mujer del gobernador anticipó que la conducción del organismo que centraliza toda la asistencia social del gobierno provincial quedará en manos de los doce miembros que integran el Consejo y de su Secretaría Ejecutiva, Adriana Maldonado.
En principio, se especuló con la designación al frente del organismo del el actual titular de la Secretaría provincial de Prevención y Asistencia de las Adicciones, Eduardo Amadeo. También se mencionó el nombre de Aníbal Fernández, secretario de Trabajo provincial, como nuevo presidente honorario del Consejo. “Pero justamente, como el cargo es honorario, el funcionario que sea designado en reemplazo de Zapatero debe tener una tarea paralela, rentada. Y esto complica las cosas”, aseguraron ayer en La Plata.
Si Amadeo resultaba elegido para el cargo, se hubiera visto obligado a atender la secretaría más el Consejo. Pasaría a manejar dos frentes de gran importancia para el Ejecutivo provincial y a controlar un presupuesto cercano a los 420 millones de pesos anuales. Demasiado trabajo y demasiado poder a entender de los adversarios del ex funcionario menemista en el gabinete provincial. Amadeo estaba dispuesto.
Zapatero decidió regresar a la Justicia en cuanto se enteró de que la Corte no le renovaría la licencia por un año que había solicitado para acompañar a su esposo en la gestión de gobierno provincial. Los ministros consideraron que ya se habían excedido al otorgarle la primera licencia ya que según el artículo 9 de la Ley Orgánica de la Justicia Nacional “los jueces no pueden ejercer ningún empleo público, excepto la docencia”. Según la doctrina de la propia Corte, los cargos políticos, como el que ejerció Zapatero durante un año, son incompatibles con la función de juez, aunque medie una licencia.
De este modo la mujer de Ruckauf tenía que elegir entre seguir al frente del Consejo y renunciar a la Justicia o renunciar al Consejo para volver a ocupar su sillón de juez. Y optó por lo último ya que, según les confesó a sus colaboradores, no se sentía del todo cómoda con la función ejecutiva. Que prefería volver a la privacidad de su despacho. Lo mismo les explicó a su esposo e hijos que intentaron convencerla infructuosamente de seguir en la función pública.

 

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