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Todas las pruebas conducen al Tata

Ayer fueron hallados los restos de tres presuntas víctimas de la Caravana de la Muerte, el caso mortal para Pinochet.

Augusto Pinochet está libre, pero las evidencias lo cercan.

Augusto Pinochet zafó esta semana de ser arrestado y procesado por los crímenes de la Caravana de la Muerte debido a que el juez Juan Guzmán Tapia no cumplió con el interrogatorio previo. Los abogados querellantes apelaron esa decisión de la Corte de Apelaciones de Santiago ante la Corte Suprema, que comenzará a analizarla el lunes. Pero más allá de los “tecnicismos” que impidieron encerrar al anciano ex dictador en su casa, su responsabilidad en el caso (por el que fue desaforado en agosto) no fue analizada, lo que deja el camino abierto para un interrogatorio y eventuales nuevas órdenes de detención y procesamiento. Entretanto, las pruebas siguen apareciendo. Ayer se encontraron los restos óseos de tres presuntas víctimas de la Caravana, que ejecutó a más de 70 opositores políticos en 1973. Todas presentaban impactos de bala en la cara y el tórax. Paralelamente, la Justicia procesó a un militar en servicio activo. Los jueces del máximo tribunal chileno comenzarán el lunes a tratar la apelación para decidir si ratifican o rechazan la sentencia del tribunal inferior que anuló el arresto de Pinochet. Esa decisión fue tomada por la Corte de Apelaciones sobre la base de un recurso de amparo (hábeas corpus) presentado por los abogados de Pinochet inmediatamente después de que se conocieran las órdenes en su contra lanzadas por el juez Guzmán. Según los analistas, es posible que la Corte Suprema ratifique ese fallo, en tanto la declaración indagatoria es un paso fijado por ley previo a cualquier procesamiento. Pero el juez Guzmán replicó que había cumplido con ese trámite cuando envió un cuestionario a Londres que el ex dictador devolvió sin responder. Sin embargo, en ese momento Pinochet aún tenía sus fueros parlamentarios como senador vitalicio de Chile, por lo que esas preguntas no podrían ser consideradas como un interrogatorio que habilite un arresto.
La estrategia del equipo legal que defiende al ex dictador apuntaría a dilatar el proceso judicial con una larga serie de “tecnicismos” que eviten la cuestión de fondo: si Pinochet es o no responsable de los crímenes, ya que sobre eso sí existe suficiente evidencia como para procesarlo. De hecho, los restos de otras tres víctimas de la dictadura pinochetista hallados ayer son parte del caso por el que Guzmán intentó arrestarlo. Los restos fueron encontrados en una fosa común del cementerio de Copiapó, 700 kilómetros al norte de Santiago. El juez Guzmán viajó inmediatamente al lugar para examinar las nuevas pruebas que pasarán a engrosar la principal causa de las 187 que existen contra Pinochet.
Paralelamente, la Justicia dio otro de los pasos tan temidos por la cúpula militar (que sigue presionando para lograr un acuerdo político que ponga fin al “desfile” de los militares en los tribunales) al inculpar a un militar en servicio activo. El juez Milton Juica –uno de los cinco miembros de la Corte de Apelaciones que desaforó al ex dictador– procesó ayer al ex fiscal de Carabineros, mayor Luis Acevedo, como “cómplice” de los asesinatos de 12 miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en 1987 en el marco de la llamada “Operación Albania”. El operativo corrió por cuenta de la Central de Inteligencia (CNI, sucesora de la DINA) y tuvo lugar nueve meses después de que el FPMR lanzara un atentado contra Pinochet en el que murieron cinco de sus guardaespaldas.

 

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