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UN COMANDO ETARRA VOLVIO A DISPARAR CONTRA EL PODER ESPAÑOL
Con o sin pacto, prosigue el terror

ETA asesinó a otro político del gobernante Partido Popular. El crimen se produjo ayer, dos días después de que el PP y el Partido Socialista firmaran un pacto contra el terrorismo.

La camioneta del concejal, en Tarrasa, quedó destruida por la explosión de la bomba-lapa.

A tres semanas de su último atentado y dos días después de que el gobierno y la oposición firmaran en Madrid un pacto antiterrorista, ETA volvió a disparar contra el poder nacional español. El concejal Francisco Cano Consuegra, del gobernante Partido Popular, murió ayer en la localidad de Tarrasa (Cataluña) por las heridas que le causó la explosión de una bomba-lapa que había sido colocada debajo de su camioneta. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró que el atentado fue obra del comando estable que ETA tiene en Barcelona, uno de los pocos que permanecerían totalmente activos después de los “descabezamientos” que sufrió la organización separatista vasca a manos del gobierno nacional. El nuevo mensaje etarra fue reforzado por su frente electoral, Euskal Herritarrok (EH), que denunció al “llamado pacto contra el terrorismo como otro paso, más firme si cabe, contra cualquier solución política al conflicto”.
Cano, de 45 años, murió en un hospital por “un shock traumático con traumatismo cráneo-encefálico” causado por la bomba que destruyó completamente su auto. El concejal había circulado en la camioneta unas tres horas junto a dos de sus empleados antes de que estallara la bomba. No llevaba escolta policial, vivía en Viladecavalls, pero trabajaba en Tarrassa (localidad cercana a Barcelona), era plomero y electricista de profesión y era el único concejal del PP en la localidad. Tarrassa y Viladecavalls estarán tres días de luto y ya apagaron las luces callejeras de Navidad en respuesta al atentado.
El jefe del gobierno español, José María Aznar, no dudó en tomar a cargo personalmente la condena al nuevo atentado etarra, tal como viene haciendo desde que convirtió a la cuestión vasca en uno de los pilares de su gobierno. “Esta nueva demostración sanguinaria de los terroristas demuestra que no están dispuestos a cejar en su estrategia de terror, en su estrategia salvaje de imponer por el asesinato su voluntad a todos los españoles”, declaró durante una conferencia de prensa junto a su par búlgaro, Ivan Kostov, de visita en Madrid. El Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el gobierno autónomo del País Vasco, agregó que “ETA mata en nombre de un pueblo que la desprecia”. Por su parte, la Conferencia Episcopal Española emitió un comunicado en reacción al nuevo atentando, calificándolo de “vil y execrable”. “El terrorismo —agrega— es la mayor de las negaciones de la justicia y de la caridad. Es una gravísima inmoralidad y no admite cobertura ideológica alguna.”
Cano es el quinto concejal popular asesinado por ETA este año, llevando a 22 el total de víctimas desde que el grupo rompiera unilateralmente la tregua armada casi un año atrás y desatara una de las ofensivas más sangrientas de los últimos años. El crimen de ayer, sin embargo, tuvo un doble peso a la luz de las reacciones que generó el pacto de Estado contra el terrorismo firmado el martes por los secretarios generales de los dos principales partidos políticos nacionales, el gobernante PP y el opositor Partido Socialista (PSOE). El documento supone una lucha conjunta contra ETA y establece que “toda divergencia política existente entre los vascos puede y debe situarse en el marco institucional vigente” (la Constitución española de 1978 y el estatuto de autonomía del País Vasco de 1979). Además excluye deliberadamente a los partidos nacionalistas vascos, a quienes Madrid exige una ruptura clara con la organización armada. Después de que los partidos “marginados” condenaran el martes el acuerdo por “excluyente” y “electoralista”, Euskal Herritarrok (EH) tejió ayer el hilo que une al pacto antiterrorista con el asesinato de Cano. “Todas las muertes nos parecen lamentables. Todas merecen la misma consideración”, reconoció. Pero aclaró que son consecuencia de “la grave realidad de un conflicto político irresuelto por la nula voluntad del gobierno español para afrontarlo”. Este es “un pacto de Estado escrito y pensado en clave de guerra, que cierra todas las puertas al respeto de los derechos civiles y políticos que le corresponden al pueblo vasco”.

 

Claves

El atentado etarra de ayer volvió a tener como víctima a un concejal del gobernante Partido Popular, máximo referente del poder nacional combatido por ETA a través de las armas.
El crimen se produjo dos días después de que el gobierno y el principal partido de oposición (Socialista) firmaran un pacto antiterrorista que además rechaza los reclamos independentistas del País Vasco.
Los partidos nacionalistas vascos quedaron marginados del acuerdo, en un intento de presión para que aíslen a ETA.
El frente electoral etarra, Euskal Herritarrok, lamentó ayer el asesinato del concejal popular. Pero reconoció que el pacto antiterrorista impide “una solución política al conflicto”, cuya consecuencia son este tipo de crímenes.

 

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