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LOU FERRIGNO PARTICIPA DESDE HOY EN FANTABAIRES
El hombre de la camisa rota

El forzudo que fue dos veces Mr. Universo pero se hizo famoso poniéndose verde en una serie mítica dice presente en el cónclave bizarro.

Ferrigno quedó encasillado en el papel de Hulk, pero eso no le molesta.
Cuando arrancó, su compañero de ruta en el fisicoculturismo era Schwarzenegger.

Antes de aparecer pintado de verde y rugiendo, antes de ser el alter ego monstruoso del gentil Bill Bixby en “El increíble Hulk”, la serie que se convirtió en leyenda desde su estreno en 1978, Lou Ferrigno ya era famoso como fisicoculturista. Muy famoso: ganó dos veces consecutivas el título de Mr. Universo, record por el que figura en el libro Guinness. Y antes de convertirse en Hulk, el público lo conoció por un documental llamado “Punmping Iron”, que protagonizaba junto a otro fisicoculturista que tuvo más fortuna en su carrera, Arnold Schwarzenegger. Pero si bien Ferrigno nunca pudo desprenderse de su personaje, al que estará perpetuamente unido, su categoría de estrella de culto es indiscutible. De eso seguramente estará hablando desde hoy en Fantabaires, la Convención de Cómic y Ciencia Ficción que recibe a los fans desde el viernes pasado en el Centro Municipal de Exposiciones. Los organizadores confirmaron anoche que durante el fin de semana Lou se dedicará a hablar con los fans.
Después de Hulk, Lou Ferrigno nunca pudo conseguir status de héroe de acción, como Jean Claude Van Damme o Arnold. Protagonizó varias películas clase B donde básicamente se requería de un físico poderoso (Hércules en 1983, Desert Warrior en 1988) pero nada demasiado memorable. Por eso se concentró en su carrera como fisicoculturista y personal trainer, que le trajo muchas más satisfacciones. Incluso escribió un libro, Lou Ferrigno’s Guide to Personal Power, Bodybuilding and Fitness for Everyone, y se dedica a entrenar personalmente a estrellas como Mickey Rourke, Chuck Norris y, curiosamente, Michael Jackson. En los últimos años su carrera como actor tuvo un leve repunte: apareció en Bedazzled, el film protagonizado por Elizabeth Hurley y Brendan Fraser, y se lo verá haciendo de sí mismo en la serie de Sony Entertainment “King of Queens”. Además, por supuesto, dobla al personaje que lo hizo famoso en cuanta serie animada se produzca, como “Hulk” de 1996, donde lo acompañó Mark Hammil, otro actor encasillado pero como el joven Jedi Luke Skywalker de La Guerra de las Galaxias.
Nacido en Brooklyn, Ferrigno también es famoso porque cuando era bebé sufrió una infección en el oído que le hizo perder el 85 por ciento de la audición. “Pero nunca lo vi como una desventaja”, dice Ferrigno. “Es más, es probable que si no hubiera perdido la audición, nunca hubiera podido ser lo que soy. Me forzó a exigirme al máximo, y elegí el fisicoculturismo porque, pensé, si podía convertirme en un campeón, si lograba la admiración de mis pares, podría conseguirlo todo.” La enorme popularidad del hombre verde lo encasilló, pero Lou no se queja: “Hulk me convirtió en parte de la cultura popular. El cómic de Marvel existía antes, pero sé que la gente piensa en mí cuando piensa en Hulk. La serie me permitió conocer el mundo, me dio el cariño de la gente y me dio algo por lo que se me recordará. Nunca podría renegar de eso”.

 


 

UN FRACASO DE STEPHEN KING
La red no es la panacea

Por Isabel Piquer
Desde Nueva York

El escritor Stephen King decidió retirar de Internet la novela que lanzó esperando crear un fenómeno cibernético. La planta, un relato por entregas que se podía descargar directamente en cualquier computadora, no consiguió despertar el interés de los usuarios. King anunció su decisión tan discretamente que sus seguidores tardaron en enterarse. Se excusó afirmando que quería volver a un formato más convencional de escritura. “La planta vuelve a hibernar”, escribió King en su página web. “Pero no se desesperen, la última vez que plegó sus hojas se quedó durmiendo durante 19 años.” Lo cierto es que los internautas no respondieron con el entusiasmo que esperaba crear King al tomar la decisión de lanzar una obra independiente, sin contar con el apoyo de su editorial. “Amigos, tenemos la oportunidad de convertirnos en la peor pesadilla de las grandes editoriales. Si quieren imprimir el relato y enseñárselo a un amigo. ¡Adelante!”, afirmaba, desafiante en julio.
Los usuarios tampoco respetaron el código de honor que ideó King al ofrecerles abonar un dólar simbólico después de descargar el relato. Los pagos se efectuaban con tarjeta a través de la librería cibernética Amazon.com. Al final sólo el 46 por ciento de los lectores pagaron una cifra muy inferior al 75 que King se había puesto como meta para seguir. La sexta y última entrega se lanzará en la red el lunes que viene. En marzo King lanzó con gran éxito otro libro en Internet, Riding the bullet, que consiguió 400.000 lectores en su primer día. Pero se publicó en la página web de su editor, Simon & Schuster, una de las más visitadas por lectores del mundo entero.
El fracaso de La planta se debe en parte a la falta de publicidad. “Fue difícil promocionar el relato sin la ayuda de una editorial”, aseguró al The New York Times Marsha DeFilippo, la ayudante del escritor. “Incluso para alguien como Stephen es un reto dar a conocer su obra. Esta es una de las razones por las que no dejará la edición tradicional.” La confesión de derrota de parte de un autor que pensaba revolucionar el mundo editorial originó un debate en el mundillo literario estadounidense. El intento fallido no invalida la idea ni el concepto, pero lo ha vuelto más inofensivo, dice la mayoría de los que opinan.

 

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