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PANORAMA ECONOMICO
Por Julio Nudler

Las guerras de Garris, el preguntón

El abogado y escribano René Federico Garris, alto funcionario de la Comisión Nacional de Valores, que continúa hasta hoy cobrando como asesor del Directorio, con oficina en el cuarto piso del organismo, habría sido uno de los interrogadores “técnicos” que colaboraron durante la dictadura militar para extraer información de financistas secuestrados. Los torturadores necesitaban del auxilio de expertos, que pudieran aportar preguntas y decodificar respuestas, mientras la picana cumplía su tarea. El Banco Central, presidido por Alfredo Diz, y la CNV, comandada por Juan Alfredo Etchebarne, proveían especialistas. Garris fue identificado por el sargento Víctor Ibáñez, quien testimonió sobre los horrores de El Campito, chupadero instalado en Campo de Mayo hasta su desactivación en 1980. Figura como interrogador en los libros Como los nazis, como en Vietnam. Los campos de concentración en la Argentina, de Aripio Paoletti, y Campo Santo, Los asesinatos del Ejército en Campo de Mayo, de Fernando Almirón. Quizás aquella experiencia le sirva a Garris para la cátedra de Metodología de la Investigación, que dicta en el Instituto Superior Universitario de la Policía Federal, donde también imparte Sociología Criminal. En cuanto a su carrera en la CNV, donde lleva casi 31 años, incluye dos importantes ascensos, en fechas expresivas: uno en 1976, cuando es nombrado jefe del Departamento de Asuntos Jurídicos, y el otro en 1979, cuando asume como gerente de Fiscalización y Control de Legalidad, cargo que ejerció hasta 1990.
Según trascendió, Garris es el hombre en quien el anterior presidente de la CNV, Guillermo Harteneck, pensó para representar a la repartición ante la Unidad de Información Financiera, un superorganismo cuya creación prevé la ley contra el lavado de dinero, que aún no vio la luz. La UIF tendría acceso a un enorme cúmulo de datos sobre cada ciudadano. Pero a Garris se le interponía un obstáculo a sortear: nacido en 1934, debía ser intimado por la comisión a pedir la jubilación. Para evitarlo pidió ser eximido y obtuvo que el Directorio diera curso el 11 de mayo pasado a su solicitud, pero el trámite de estos casos es muy restrictivo, ya que exigen la aprobación del jefe de Gabinete en acuerdo general de ministros. No obstante, para infortunio del interrogador, el primer día de julio asumió una nueva conducción en la CNV, a cargo de Carlos Weitz y Hugo Secondini, presidente y vice, respectivamente. El expediente 373/00, que Harteneck había elevado al Ministerio de Economía, volvió a la Comisión, y ésta, mediante una nueva resolución, emitida el 3 de agosto, anuló la de mayo. Tanto a Economía como a la nueva cúpula de la CNV habían llegado datos sobre el pasado de Garris.
Ellos no figuran en el entusiasta dictamen entregado por Jorge Lores, hasta hoy director de la comisión, el 29 de marzo, respaldando la exención jubilatoria de Garris, a quien adjudica haber creado la expresión “vaciamiento de empresas”, que hiciera furor en otros tiempos. Tampoco se menciona que el año pasado debió renunciar, al igual que Mario Schiavina, a la conducción de la mutual de empleados del ente ante la presión del personal. Schiavina fue desplazado por el actual Directorio de su estratégico cargo de titular de la Gerencia de Intermediarios, que se ocupa del control de los mercados, a la Internacional, especie de congeladora. De hecho, y según comentan conocedores de la CNV, Lores, Garris y Schiavina formaban un trío de gran influencia e ideología identificada con épocas retrógradas del organismo.
Además del caluroso apoyo de Lores, que compartió Harteneck, Garris también cuenta con el activo interés que el por ahora juez federal Carlos Liporaci ha venido demostrando por la causa 9488/00, iniciada por el interrogador al ver que su expediente de exención jubilatoria naufragaba. Garris aduce que obligarlo a jubilarse afecta su derecho constitucional a trabajar. El presunto agraviado querelló a Nicolás Gadano, subsecretario de Presupuesto, y a Carlos Edgardo Santamaría, director nacional de Ocupación y Salarios del Sector público, quienes bocharon la solicitudargumentando con cierta exageración, al devolver el 25 de julio el expediente a la CNV, que no jubilar a un funcionario atenta contra el proceso de reestructuración administrativa y la racionalización del gasto público. Garris los acusa de “usurpadores”. Otro (ahora ex) miembro del equipo económico contra el cual volcó su furia Garris es César Augusto Deymonnaz, subsecretario de Servicios Financieros, por haberle –entre otras cosas– cajoneado por dos meses el expediente (“No sé qué va a pasar con Deymonnaz”, escribió en tono amenazador. ¿Se propondría interrogarlo?).
Según una extensa carta que Garris le envía a Fernando de la Rúa el 11 de octubre, denunciando actos de corrupción administrativa en el Ministerio de Economía (concretamente el que lo afectaba), a espaldas de José Luis Machinea operaría un “entorno organizado”. El argumento central de toda su batalla es que, tras el curso dado por la CNV de Harteneck, Lores y compañía a su pedido de eximición, sólo Rodolfo Terragno, a la sazón jefe de Gabinete (reemplazado a comienzos de octubre por Chrystian Colombo), era competente para aprobarlo o denegarlo. Pero según Ana María Cristina Recio de Negri, interventora de la Dirección de Sumarios del Ministerio de Economía, la primera resolución de la CNV (favorable a Garris) sólo constituye “un acto preparatorio que no genera derechos subjetivos”. Sólo la aprobación del jefe de Gabinete los generaría. Ella no ve, por tanto, irregularidad alguna en el trámite del expediente. De hecho, este miércoles Machinea notificó que Gadano y Santamaría actuaron correctamente y por tanto archivaba las actuaciones. Entre las alucinantes vueltas que había dado el expediente, el 18 de octubre fue enviado por Roberto Eilbaum, subsecretario de Coordinación de Economía, a Jefatura de Gabinete, que el 3 de noviembre desestimó la pretensión de Garris.
Este incluye en un extensísimo currículum suyo una “metodología” para enseñar a investigar. Forma parte de ella formular “alternativas de hipótesis distintas sobre hechos de la actualidad”. Menciona ejemplos tales como “clonación, genoma humano, guerra de los Balcanes, zona despejada en Colombia, discriminación femenina o religiosa, estratificación urbana, nuevos códigos de procedimientos penales, influencia informática, denominado mundo virtual, sociedad digital, etcétera”.


 

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