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El caso de los hermanos acusados
de matar al padre, a juicio oral

A partir del lunes, un tribunal ventilará el crimen del ex gerente de Techint Ramón Da Bouza. Están imputados sus dos hijos.

El gerente de Techint fue funcionario del gobierno de Alfonsín.

Por Carlos Rodríguez

Desde el lunes, en juicio oral y público, se conocerá en detalle el oscuro episodio que terminó en el parricidio del que fue víctima el ex gerente de Techint y ex funcionario radical Ramón Da Bouza, crimen por el cual están detenidos e imputados los hermanos Santiago y Emanuel Da Bouza. Ambos están acusados de haber asesinado a su padre a golpes y de dos tiros en la nuca, luego de una violenta pelea que puso fin a una relación que desde hacía años estaba signada por una permanente confrontación. En la causa hay pruebas que demostrarían la responsabilidad de los hermanos Da Bouza: desde el arma homicida, una pistola Bersa calibre 22, hasta diarios íntimos de dos de los protagonistas que señalarían, por un lado, la mala relación del padre con sus hijos y, por el otro, el alivio que habrían experimentado ellos cuando se produjo la muerte de su progenitor.
El Tribunal Oral 20 de la Capital Federal, integrado por Luis Niño, Hernán San Martín y Cecilio Pagano, será el encargado de dilucidar la tragedia familiar ocurrida en la madrugada del 26 de marzo de 1998, en el domicilio donde vivía Da Bouza padre, ubicado en el departamento “O” del edificio de Chacabuco 584, en el barrio porteño de Monserrat. Un llamado anónimo recibido en la Comisaría 2ª alertó sobre una fuerte discusión seguida de disparos en el interior del departamento, pero cuando la policía llegó al lugar, Da Bouza padre ya estaba muerto.
En un primer momento, los hermanos, que se encontraban en la casa, dijeron que habían sido víctimas de dos ladrones que habían ingresado a la casa y que, además de matar al padre, habían atacado a Santiago y a Emanuel, según sus propios dichos. La historia se cayó de inmediato, ya que los policías sospecharon desde el comienzo porque ninguno de los hermanos daba muestras de dolor por la muerte del padre. Solo estaban “muy apurados por irse”, declaró uno de los policías.
La mentira quedó al desnudo por algunas contradicciones en las que incurrieron los hermanos, por la presunción de que las heridas que tenían ambos habían sido autoprovocadas, por la ingenua teoría de que los supuestos ladrones –después del crimen– habían escapado por una soga que colgaba de la terraza y que jamás hubiera soportado el peso de un hombre, y por la aparición, en el baño, del arma asesina, torpemente olvidada por los autores del hecho. La policía constató que la pistola Bersa calibre 22 había sido comprada, a comienzos de 1998, por Santiago Da Bouza.
Mientras Emanuel fue detenido 14 horas después del homicidio, Santiago estuvo 17 días prófugo, hasta que lo detuvieron en la calle Córdoba, cerca del domicilio de un amigo suyo donde se había escondido. Para despistar, se había cortado el pelo y se lo había teñido de rubio. Lo estaban buscando en la zona desde hacía unos días y cuando lo vieron lo reconocieron en el acto. Los hermanos llegan al juicio oral con dos defensores de oficio, dado que tienen argumentaciones contrapuestas y no se descarta que hasta puedan incriminarse mutuamente.
A pesar de esa circunstancia, hasta el día del juicio su relación ha sido buena y hasta se han entrevistado entre rejas, a pesar de que uno está en la cárcel de Villa Devoto y el otro en Ezeiza, luego del cierre de la Unidad 1 de Caseros. El juez de primera instancia Gustavo Karam concluyó en su pedido de elevación a juicio que los dos hermanos fueron coautores del crimen y que ambos tuvieron participación activa en el homicidio. Santiago habría realizado los disparos, pero estaría probado que Emanuel participó en la pelea previa, triste final de una cena familiar en el departamento donde vivía la víctima.
En la etapa de instrucción se conocieron diarios íntimos atribuidos a Ramón Da Bouza y a su hijo Emanuel. Los primeros escritos dejarían sentado la existencia de una fuerte rivalidad entre el padre y sus hijos, al parecer por razones económicas. Entre las notas escritas presuntamente por Emanuel se destacaría una cita que podría ser incriminatoria: “El día más feliz de mi vida”. La frase fue escrita en el espacio de una agenda personal correspondiente al 26 de marzo, día del crimen. Si todo marchasegún los cálculos, la sentencia se conocerá el viernes. Los acusados podrían ser condenados a perpetua por “homicidio agravado por el vínculo”.

 

El satélite argentino ya saca fotos

El satélite argentino SAC-C tomó la primera imagen de la Argentina desde el espacio. El modelo elegido para la foto bautismal, obtenida desde más de 700 kilómetros de altura, fue el curso del río Limay, que surca diagonalmente la imagen y nace en el lago Nahuel Huapi, en el ángulo inferior izquierdo, al pie de la cordillera de los Andes. Su orgulloso poseedor es el presidente Fernando de la Rúa, ya que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) decidió regalarle la imagen que inicia oficialmente la misión del satélite en el espacio.
El SAC-C, diseñado y construido íntegramente en el país, fue lanzado por un cohete de la NASA el 21 de noviembre pasado y cuenta en su plataforma, con tres cámaras argentinas: una multiespectral (la que tomó la foto), otra pancromática y una tercera de alta sensibilidad. El satélite se utilizará principalmente para obtener información de uso inmediato de los ecosistemas terrestres y marítimos.

 

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