Por Patricia Chaina
Son las 18 y en el estudio 1
de Canal 7 va a comenzar la fiesta: la grabación del último
programa del año 2000 de Todo X 2 $. Sobre el escenario
hay estructuras inflables: un castillo, un tobogán gigante, varios
muñecos. Parecerían moverse al ritmo del estribillo que
ensayan Ricardo Zapata y Los Patéticos: La roncha de tu hermana,
la roncha de tu hermana.... La platea está llena de fans
cargados de expectativas, mientras en la mesa servida para la noche de
gala se van ubicando los habitués del ciclo: Dr. Dyango, Sushi
Tepanaki, Horacio Galloso (el verdadero, obvio), Tito Cossa, Los Tres
Chiflados (autores del hit bizarro Llamen a Moe), Manotazo
Fernández y el comisario Clown, junto a invitados especiales para
la ocasión como los integrantes de Tintoreros y Los Peridos. Globos
de colores y mucha adrenalina en la previa al show, mientras técnicos
y productores apuran detalles de último momento.
Los seguimos, los grabamos, somos fanáticos porque nos divierten,
porque es humor sencillo y original, dice Federico, de 14 años.
Vino con amigos del barrio de Palermo cuatro varones y dos chicas
porque hoy es la fiesta, según explica antes de sumarse
al coro que da la bienvenida a Fabio Alberti y Diego Capusotto. Los actores
conversan con Pedro Saborido, responsable intelectual del ciclo y coguionista.
Federico los mira contento. Yo vine otras veces, pero ellos no,
dice por sus amigos y cuenta: Estar en la platea es buenísimo,
estás una hora parándote y sentándote, pero eso es
parte de la gracia. Esa capacidad de reconocer magia en la cotidianidad
es propia del universo de Todo X 2 $. Un programa hecho con
más ingenio que presupuesto. ¡Acá no habrá
dinero, pero hay pelotas!, desafía Emilio Cartoy Díaz,
uno de los gerentes de producción del canal. Hay ideas, trabajo
y ganas, agrega recorriendo el piso donde la fiesta dará
comienzo al final feliz del primer año del programa en el canal
del Estado.
¡Se largooooooó... ya! anuncia el grito de Zapata.
La ovación de la tribuna opaca a su guitarra. Mientras Mario y
Marcelo Capusotto/Alberti- le dan vida al paródico magazine
que modificó la forma de concebir la TV. En el aire música,
humor, y mucho papel picado. Un humor sencillo pero muy pensado,
dice Líbera (15 años, de Flores) para explicar: Nos
dimos cuenta de que lo elaboran mucho acá, donde vemos que las
tomas se repiten muchas veces. Por la tele parece más improvisado.
Mariana (15 años, de Lugano) agrega: Me encanta cómo
hablan: sencillo, divertido. Y cuando se les pregunta qué
les parece que usen malas palabras, son categóricas: ¡Bien!
Las malas palabras están en el dialecto de hoy y esconderlas es
absurdo, al pedo. Para irse en busca de un autógrafo de
Dr. Dyango o de Pedemonti, ambos encarnados por Alfonso Grispino,
un emblema del ciclo. O uno de Coti Nosiglia, gritan agitando
una revista con la foto a color de Boluda total...
Son las 18.30. En el camarín, Alberti y Capusotto se prestan de
buen humor a un balance del año: Cerrar un año exitoso
con una fiesta era la síntesis para nosotros: el gran circo, la
gran fiesta, sostiene Capusotto ante Página/12. Y está
bien hacerlo así aporta Alberti alegremente y sin melancolía.
Termina el año: ¡A la mierda! Repasémoslo un poquito
y divirtámonos. Chau.
¿A qué se debe, según ustedes, el alto impacto
del programa?
Diego Capusotto: Se enganchó un montón de gente, quizá
porque se habrán divertido, les habrá parecido novedoso.
Quizá renovó el lugar del espectador que pudo sentirse un
poco más adentro del programa... qué sé yo. No nos
filmaron en una isla haciendo esto.
Fabio Alberti: Lo que siempre tuvimos claro es que al hacerlo teníamos
que divertirnos. Claro que para nosotros es diferente la visión
a la del televidente, porque uno disfruta más del momento de hacerlo,
no de verlo.Pero el rebote de los chistes en la gente me llaman la atención.
A veces creo que es más gracioso que en pantalla.
D. C.: El impacto de los chistes en la calle tiene que ver con que
la gente hace su propia lectura y les toca cosas propias. Además,
cuando algo sale de la pantalla te deja de pertenecer. Quizá por
eso el programa enganchó, porque la gente lo toma como propio,
le funciona esta lógica.
F. A.: Me resulta curioso que se impusieran latiguillos como el
¡Está bien!, que lo dicen en todos lados. Todo
el mundo sabe de dónde viene, a qué se refiere.
¿Qué es lo mejor del programa en este año?
D. C.: Ciertos ritos de encuentro para verlo, eso no lo hace un
programa común. Es lo que más me impacta: haber encontrado
gente que se junta para verlo. Lo demás son menudencias, algunas
cosas salen bien, otras no tanto.
¿Cuál es el balance general?
F. A.: Fue mucho laburo hacerlo. Ser ingeniosos cuesta. Y ahora
nos toca un merecido descanso.
Son las 19.25 cuando Mario y Marcelo anuncian el final del ciclo y presentan
su correspondiente número musical. En escena, Los Pericos. Los
fans bajan de las tribunas, bailando entre serpentinas Nada que
perder, mientras las cámaras registran la escena que cerrará
el ciclo este lunes a las 23. Media hora más tarde, un productor
contento y aliviado comenta: Ya pasó lo peor. La grabación
continúa. Un baile con Tintoreros tocando la cortina
de música coreana del programa. Una presentación de Ese
amigo de Vinazi. Y siguen las firmas. En el mundo real de Todo
x 2$, el de sus pisos de grabación, la fiesta parece la mejor
manera de encarar el fin de 2000.
La última reflexión
En su reflexión frente al pizarrón, Marcelo agradece
en el programa final a quienes directa o indirectamente han
influenciado a nuestro humor a lo largo del año. Y
así enumera Primero a Carolina Prat, que ha hecho germinar
el poroto de Guillermo Andino. A Matías Camisani, por ser
como es. A Blanca Curi porque nos dio fe y esperanza y nos demostró
que con una operación todo es posible. A Ginette y Madelaine
Reynal por su año sabático. A Teresa Calandra por
su música. Y a Guillermo Bredeston, García Satur y
Rodolfo Bebán por su madurez. Muchas gracias.
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Las novelas de Sushi
La parte que canto me gusta, dice Irene Cheung, alias
Sushi Tepanaki. Todo me gusta, me divierte, se explaya
en dificultoso castellano. El Hombre Bobo, el ranking.
Pero chistes no puedo entender todo. Irene/Sushi nació
en Hong Kong. Fue diseñadora de ropa y llegó a la
Argentina hace dos años. Y aunque no había soñado
ser una estrella de TV, disfruta de su éxito, dice: Me
gusta la TV, ahora miro una telenovela de dos chicas y un hombre:
Luna salvaje, porque una de las chicas es muy linda
y al mediodía estoy tranquila.
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Los hallazgos
Terminó siendo uno de los mejores programas de la
tele. Tal el resumen de Luciano Olivera, gerente de programación
del 7. Y termina una temporada que cumplió las expectativas
-continúa-, tuvo hallazgos. Este programa, Okupas
o Medios locos impusieron formatos. Era difícil
pensar eso cuando llegamos, recuerda. Según Olivera,
la clave del primer año de gestión en el 7 fue ser
consecuentes con que el rating no importa en un marco de gran austeridad.
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