Por José
Natanson
Desde Paraná
La Convención Nacional
de la UCR se reunió ayer en Paraná, en un encuentro un poco
raleado pero que igual arrojó sus conclusiones: los radicales plantearon
algunas críticas, pero no tantas como se preveía; manifestaron
su rechazo al ingreso de Domingo Cavallo al gabinete y ratificaron el
respaldo al Gobierno y a la Alianza. En un discurso inusualmente enfático,
Fernando de la Rúa aseguró que el blindaje financiero marcará
una nueva etapa para su gestión. Es una gran oportunidad,
pero cuidado porque puede ser la última, señaló
el Presidente.
Al mediodía se alcanzó el quórum, aunque se sentaron
apenas 180 convencionales sobre 344. Las plateas lucían bastante
raleadas. Y, ya sea por la época del año, porque los pasajes
ya no los paga el partido o por la crisis económica, la verdad
es que hubo poca gente. Un dato que quedó claro al comprobar la
ausencia de notables: además de la autoridades partidarias, aparecieron
sólo algunos diputados, un par de gobernadores y ningún
funcionario nacional, salvo los que llegaron más tarde con De la
Rúa.
Los radicales adoran este tipo de encuentros, y suelen respetar al pie
de la letra los complicados reglamentos y normas que los rigen. Por eso
hubo un informe del vice de la UCR, Angel Rozas, del jefe del bloque de
diputados, Horacio Pernasetti, y del titular de la bancada de senadores,
Jorge Agúndez, además de la elección para completar
la mesa directiva.
Pero el encanto de este tipo de reuniones no pasa por lo formal, sino
por los pasillos, las intervenciones inesperadas y los discursos.
Temeroso ante la voluntad cuestionadora de su partido, De la Rúa
evaluó en un momento no asistir a la reunión, decisión
que recién cambió cuando el titular de la Convención,
el gobernador entrerriano Sergio Montiel, le garantizó que las
cosas marcharían bien. Hubo, entonces, algunos cuestionamientos,
pero estuvieron lejos del tono apocalíptico que algunos anticipaban.
En este sentido, el vice de la Convención, Alejandro Armendáriz,
adquirió un protagonismo inesperado: preguntó a Pernasetti
por el proyecto de reforma previsional del Gobierno (el diputado respondió
que el bloque lo rechazaba), calificó de lamentable
la renuncia de Chacho Alvarez, pero dijo que hubo responsabilidades
compartidas entre el líder frepasista y De la Rúa,
y añadió que hay mucha soberbia en muchos funcionarios
del Gobierno.
No fue el único. Un convencional bonaerense cargó contra
el secretario de Transporte, Jorge Kogan. Otro habló de los ítem
pendientes en materia económica. Y el porteño Ricardo Campero
recurrió a una frase de Alfonsín para dejar sentada su posición:
El límite es Cavallo, dijo, en una alusión que
fue respondida más tarde por De la Rúa (ver aparte).
El rechazo a Cavallo fue uno de los datos políticos centrales del
encuentro. Los otros fueron plasmados en la declaración formal
de la convención: el respaldo explícito al Gobierno, la
ratificación de la Alianza y una idea que después retomó
De la Rúa: superado el primer año de gestión, ha
llegado el momento de poner en marcha políticas de crecimiento.
Ratificamos el respaldo al Presidente. Ha pasado el primer año
de Gobierno. Seguramente muchas de las decisiones difíciles ya
han sido adoptadas. Se abre el horizonte de las realizaciones y las concreciones,
sostiene el documento.
A las seis de la tarde De la Rúa aterrizaba en Paraná junto
a Cecilia Felgueras, Hernán Lombardi, Facundo Suárez Lastra
y José María García Arecha. Mientras el Presidente
ofrecía una conferencia de prensa en el aeropuerto, Alfonsín
pronunciaba su discurso, basado en una curiosa teoría de
los círculos concéntricos. Según el jefe radical,
hay un círculo chico, donde están los que piensan
igual o parecido, que en estecaso es el Gobierno. El otro círculo
que llamó pacto democrático está
basado en algunos denominadores comunes para políticas de
Estado. Si Menem o Cavallo tienen sugerencias, serán consideradas.
Serán aprobadas si sirven al sentido del Gobierno, dijo Alfonsín,
marcando sutilmente el límite al poner al mismo nivel a los dos
dirigentes.
De la Rúa cerró el encuentro. Asistimos a la campaña
más despiadada contra las instituciones, contra la autoridad presidencial,
aseguró. Y trazó una comparación que en otro momento
le había resultado molesta. Me acuerdo del 66 dijo,
en referencia a Arturo Illia, cuando las prédicas destruyeron
al Gobierno. Pero no nos vamos a dejar arriar.
Sobre el cierre, el Presidente saludó a nuestros aliados
del Frepaso. Y terminó con una apelación. Los
necesito. Tenemos que ir todos juntos para poner al país adelante,
para despertar a la Argentina dormida, concluyó De la Rúa.
Cayeron papelitos celestes y blancos del techo. Se cantó la marcha
radical. Y los dirigentes partieron para una cena multitudinaria. Sólo
falto Jairo cantando el himno para que el menú estuviera completo.
Sol, cupo y mujeres
Por J.N. desde Paraná
El día
era hermoso, fresco y con sol. Quizás por eso, los dirigentes,
convencionales, legisladores y funcionarios lucieron una vestimenta
decontracté. Y, por una vez, abandonaron el clásico
uniforme radical de blazer azul y pantalón gris.
Norma Allegrone, ex diputada
y convencional porteña, viene luchando desde hace años
para que se incluya el cupo femenino en las listas para cargos partidarios.
Ayer lo logró y a partir de ahora tendrá que haber
al menos un 30 por ciento de mujeres. Es un triunfo extraordinario
para un partido tan machista, festejaban ayer las mujeres
radicales.
Entre los convencionales
hubo muchas ausencias, entre ellas la de Leopoldo Moreau, un habitué
de estos encuentros. Lo que pasa es que el Marciano ya arregló
en Buenos Aires los cargos para la provincia, explicaba un
dirigente radical.
Entre todos los dirigentes,
hubo uno que no pasó despercibido. Asistió al encuentro
y charló con todos. Cuidando su imagen, Enrique Coti
Nosiglia estuvo toda la reunión atrás del escenario.
Raúl Alfonsín
pasó todo el encuentro sentado en el centro de la mesa principal.
No se levantó ni una sola vez, ni siquiera para ir al baño.
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Frases del día
Raúl Alfonsín: Hay que imprimir solidaridad
a la política, porque la política tiene que ser la
traducción de las necesidades de la gente
La Alianza es la
estrategia política que construimos para el Gobierno. Está
ratificada y no se pone en duda.
Fernando de la Rúa: No queremos una política
elitista, en la que el crecimiento vaya a pocas manos.
Cuando dicen que
nada cambió, yo digo que hay una diferencia profunda. A ellos
no les importaba el dolor de la gente y a nosotros sí. A
ellos sólo les importaban los grandes grupos económicos
y a nosotros las PYMES. Ellos querían vender el Banco Nación
y nosotros no lo permitimos.
Este ha sido un
año duro. Pero tengo confianza en que vamos a salir adelante.
Que nadie se confunda: tenemos un rumbo.
El blindaje que
anunciaré el lunes no resuelve todo. Ahora depende de nosotros,
porque el riesgo no estará más afuera, estará
en nosotros la responsabilidad.
No hay que escuchar
a los pesimistas de siempre. Tenemos una gran oportunidad, pero
puede ser la última.
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DE
LA RUA TIRA FLORES A CAVALLO
Un Presidente elogioso
Apenas llegó
a la Convención Nacional de la UCR, el presidente Fernando de la
Rúa negó otra vez cualquier posibilidad de modificaciones
en su gabinete. No hay cambios, respondió sobre las
versiones que dieron vuelta en los últimos días. Sin embargo,
el Presidente dejó espacio para nuevos rumores cuando elogió
a Domingo Cavallo y desestimó una frase repetida por algunos convencionales
radicales sobre que el ex ministro de Menem era el límite de la
Alianza. A mí no se me presentan esos problemas de límites,
apuntó.
De la Rúa fue inusualmente elogioso al hablar de Cavallo. Le
está haciendo un gran favor al país, sostuvo. Cuando
va al exterior habla bien de la realidad y del futuro, de modo que yo
eso lo valoro, aprecio y agradezco, argumentó. El Presidente
no dijo estos comentarios en cualquier momento sino justo cuando se vuelve
a hablar de cambios en el gabinete y cuando Cavallo cada tanto aparece
mencionado entre los posibles nuevos ministros. Sobre todo, cuando en
la propuesta que le alcanzó la semana pasada el ex vice Carlos
Chacho Alvarez figura la división del Ministerio de
Economía.
Cavallo está prestando valiosos servicios al país
al dar opiniones objetivas y constructivas sobre nuestra realidad. Cuando
va al exterior habla bien del gobierno de los argentinos, y eso lo valoro
mucho, remarcó el Presidente. Igual, De la Rúa se
preocupó en aclarar que hablar tan bien de Cavallo no significaba
que fuera a incorporarse al Gobierno. Se puede ayudar al país
desde afuera y desde adentro de los gobiernos, aclaró.
Cavallo y su eventual incorporación a la gestión aliancista
estuvo ayer en boca de otros importantes dirigentes de la Alianza. A Chacho
cuando lo consultaron nuevamente sobre la posibilidad respondió
que, más que discutir eso, preferiría consensuar políticas
con el ex ministro de Menem. En tanto, la ministra de Desarrollo Social,
Graciela Fernández Meijide, opinó que Cavallo posee buenas
condiciones para enfrentar situaciones de emergencia como las que
atraviesa el país en materia económica. De cualquier forma,
tanto Alvarez como Fernández Meijide siempre hacen la salvedad
de que el posible desembarco de Cavallo al elenco ministerial depende
de la decisión del Presidente.
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