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Ibarra cerró el año con Chacho y fervor frentista

Unos cinco mil militantes del Frente Grande porteño se reunieron para respaldar al jefe de Gobierno. Estuvieron Alvarez, Darío Alessandro y otros dirigentes, también radicales. Faltó Graciela.

Aníbal Ibarra fue ovacionado cuando anunciaron su ingreso
a los salones del Deportivo Español.

Por Santiago Rodríguez

La cena era del Frente Grande porteño para festejar el fin de año y el protagonista central de la noche, Aníbal Ibarra. Aun así, la Alianza estuvo presente en todo momento. Y también, Carlos “Chacho” Alvarez, a pesar de no estar sentado en el lugar que tenía reservado en la mesa principal: cada uno de los que habló ratificó la necesidad de continuar en la coalición y consolidarla y destacó la reafirmación que hizo el líder del Frepaso de su pertenencia al oficialismo, además de respaldar las críticas y las propuestas que le formuló al presidente Fernando de la Rúa. De ese modo, los principales referentes frentistas de la Ciudad de Buenos Aires transmitieron a la militancia del distrito las directivas que Alvarez impartió a los dirigentes de todo el país en el Plenario Federal del partido.
“En tiempos en que nadie renuncia a nada, Chacho Alvarez tuvo el gesto de renunciar a la vicepresidencia. Y cuando muchos pensaban en su alejamiento de la política, nos demuestra ahora que sigue trabajando día a día para comprometerse con el éxito de la Alianza y del país”, subrayó Ibarra, por ejemplo, en su discurso.
El ingreso del jefe de Gobierno a los salones donde se realizó la cena, acompañado por el anuncio del presentador de turno de que llegaba “el compañero Aníbal Ibarra”, marcó un pico de euforia entre los presentes, que sólo fue superado en el momento en que el titular del bloque de legisladores porteños de la Alianza, Ariel Schifrin, mencionó por primera vez al también “compañero Alvarez”. Entonces, los casi 5000 frentistas que anteanoche se dieron cita en el Club Deportivo Español estallaron al grito de “olé, olé, olé, olé/ Chacho/ Chacho”. Schifrin acompañó el cántico saltando sobre el escenario.
En la mesa principal, al pie del escenario, se instalaron además de Ibarra, el jefe de la bancada de diputados de la Alianza y responsable del partido en el distrito, Darío Alessandro, y todos los secretarios frentistas del gobierno porteño: Raúl Fernández, Abel Fatala y Eduardo Hecker. Entre otros, desde allí siguieron también los discursos –con asado, ensalada, vino y gaseosas, el menú dispuesto para la ocasión– Liliana Chiernajowsky, el senador Pedro Del Piero, la diputada Irma Parentella, Eduardo Jozami, el socialista Norberto La Porta y varios legisladores porteños del Frente Grande.
La que no dio el presente fue la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide. Sí, en cambio, ocuparon sus lugares en la mesa central el titular de la UCR porteña, Silverio Fernández Gaido, y su correligionario Daniel Siciliano, subsecretario de Descentralización de la comuna y hombre de confianza de la vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Cecilia Felgueras. Ambos fueron invitados –entre otros tantos radicales– no sólo por una cuestión de cortesía, sino también como expresión de la vocación aliancista del Frente Grande.
La invitación a sus socios no fue el único detalle que cuidaron los frentistas. La elección del Club Deportivo Español –en el corazón del sur de la ciudad– tampoco fue casual: “Nuestra gestión está comprometida con el impulso de esta zona y a eso apunta la creación de la Corporación del Sur, las exenciones impositivas a los emprendimientos que aquí se desarrollen y la construcción del estadio de la ciudad. Este acto no podía hacerse entonces en la Costanera Norte”, explicó a Página/12 uno de los encargados de la organización.
Ibarra ratificó ese compromiso con los sectores más postergados de la ciudad cuando se dirigió a los presentes: advirtió que habiendo un tercio de la población en condiciones de precariedad, “nadie puede hablar de justicia social” y prometió revertir esa situación a lo largo de su gestión.
El jefe de Gobierno abrió su discurso con una felicitación “a todos por el triunfo que tuvimos hace un año cuando derrotamos al menemismo” y lo cerró con un brindis –copa en mano– “por el fortalecimiento de la Alianza, por el éxito del gobierno nacional, el gobierno porteño y en cada rincón del país y por alcanzar todos los objetivos que nos planteemos”. Entre que empezó a hablar y terminó, dijo también que en un año de gestión aliancista “hemos tenido luces y sombras, pero no hay que olvidar que la Alianza llegó al gobierno en medio de una de las peores crisis de los últimos tiempos” y aclaró –en obvia alusión a los últimos movimientos de Alvarez– que “no debemos tenerles miedo a las críticas porque reivindicamos a la Alianza como herramienta de transformación”. Subrayó también que “nos votaron para gobernar y debemos hacernos cargo de esa responsabilidad y solucionar los problemas de la gente”.
Alessandro fue la voz de Alvarez: “Debemos reconocer que en un año es poco lo que hemos avanzado”. El jefe de los diputados aliancistas precedió a Ibarra en el uso de la palabra y se encargó de precisar que el Frepaso no va a tirar la sociedad con el radicalismo “por la borda, pero vamos a aportar ideas para que el Gobierno y la Alianza puedan seguir adelante”.
Los otros dos que hablaron fueron Parentella y Schifrin. Y ambos rescataron también la figura y la línea que Alvarez había bajado horas antes a la dirigencia partidaria. “Chacho fue obligado a renunciar y hoy retoma las banderas”, enfatizó la diputada y secretaria general del Frente Grande porteño. Schifrin, como el líder de la fuerza, reivindicó la importancia de que la política se imponga a la economía para frenar “la avalancha despiadada a la que nos someten día a día los economistas”.

 


 

SEGUNDO ENCUENTRO DEL GRUPO CIUDADANO CHACHISTA
Antes movimiento, ahora la “red”

Ya no es un “movimiento”, se transformó en una “red”. El ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez concretó ayer el segundo encuentro de su grupo apolítico y anticorrupción que decidió adoptar el nombre de Red de Participación Ciudadana, con el objetivo de licuar la idea de cualquier liderazgo sobre la iniciativa. Chacho quedó contento con la reunión que –evaluó– fue mucho más productiva que la inaugural y que se centró en el análisis de las defensas de la sociedad civil sobre los excesos de las empresas.
El cambio de nombre, tal vez, también servirá para aplacar los resquemores que existen dentro del Frepaso que veían al movimiento como una peligrosa formación paralela de Alvarez, quien buscaría de esa forma alejarse paulatinamente de su propio partido. En cambio, el nombre de “red” de por sí sugiere algo inorgánico, sin líderes ni fines precisos. Aunque, en verdad, es muy complicado para Alvarez demostrar que no encabeza una agrupación que creó y de la que sólo él conoce sus objetivos reales.
“Yo tiro algunas consignas, ellos otras y después trabajan solos”, explicaba luego Alvarez la mecánica de trabajo que utiliza en sus encuentros con los ciudadanos independientes que se acercan interesados en su propuesta movimentista. Según la evaluación del ex vice, el nivel del trabajo realizado mejoró y este segundo encuentro –realizado dos semanas después del primero– dejó más tela para cortar.
Uno de las principales temas de debate fue el de las tarifas de los servicios públicos y las armas que tienen los usuarios para defenderse de los abusos que cometen las empresas privatizadas. También analizaron la labor de los entes reguladores que supuestamente tienen que marcarles los límites a esas empresas y las fallas que demuestran en su funcionamiento.
Otro de los puntos que se tocó fue el de la reforma política que impulsa el Gobierno y que se está debatiendo en el Congreso. La reforma tiene varios temas en contacto con la dirección de la incitativa chachista, dado que incluye el acortamiento de las campañas electorales y la transparencia de los aportes privados.

 

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