Por Santiago Rodríguez
La cena era del Frente Grande
porteño para festejar el fin de año y el protagonista central
de la noche, Aníbal Ibarra. Aun así, la Alianza estuvo presente
en todo momento. Y también, Carlos Chacho Alvarez,
a pesar de no estar sentado en el lugar que tenía reservado en
la mesa principal: cada uno de los que habló ratificó la
necesidad de continuar en la coalición y consolidarla y destacó
la reafirmación que hizo el líder del Frepaso de su pertenencia
al oficialismo, además de respaldar las críticas y las propuestas
que le formuló al presidente Fernando de la Rúa. De ese
modo, los principales referentes frentistas de la Ciudad de Buenos Aires
transmitieron a la militancia del distrito las directivas que Alvarez
impartió a los dirigentes de todo el país en el Plenario
Federal del partido.
En tiempos en que nadie renuncia a nada, Chacho Alvarez tuvo el
gesto de renunciar a la vicepresidencia. Y cuando muchos pensaban en su
alejamiento de la política, nos demuestra ahora que sigue trabajando
día a día para comprometerse con el éxito de la Alianza
y del país, subrayó Ibarra, por ejemplo, en su discurso.
El ingreso del jefe de Gobierno a los salones donde se realizó
la cena, acompañado por el anuncio del presentador de turno de
que llegaba el compañero Aníbal Ibarra, marcó
un pico de euforia entre los presentes, que sólo fue superado en
el momento en que el titular del bloque de legisladores porteños
de la Alianza, Ariel Schifrin, mencionó por primera vez al también
compañero Alvarez. Entonces, los casi 5000 frentistas
que anteanoche se dieron cita en el Club Deportivo Español estallaron
al grito de olé, olé, olé, olé/ Chacho/
Chacho. Schifrin acompañó el cántico saltando
sobre el escenario.
En la mesa principal, al pie del escenario, se instalaron además
de Ibarra, el jefe de la bancada de diputados de la Alianza y responsable
del partido en el distrito, Darío Alessandro, y todos los secretarios
frentistas del gobierno porteño: Raúl Fernández,
Abel Fatala y Eduardo Hecker. Entre otros, desde allí siguieron
también los discursos con asado, ensalada, vino y gaseosas,
el menú dispuesto para la ocasión Liliana Chiernajowsky,
el senador Pedro Del Piero, la diputada Irma Parentella, Eduardo Jozami,
el socialista Norberto La Porta y varios legisladores porteños
del Frente Grande.
La que no dio el presente fue la ministra de Desarrollo Social, Graciela
Fernández Meijide. Sí, en cambio, ocuparon sus lugares en
la mesa central el titular de la UCR porteña, Silverio Fernández
Gaido, y su correligionario Daniel Siciliano, subsecretario de Descentralización
de la comuna y hombre de confianza de la vicejefa de Gobierno de la Ciudad,
Cecilia Felgueras. Ambos fueron invitados entre otros tantos radicales
no sólo por una cuestión de cortesía, sino también
como expresión de la vocación aliancista del Frente Grande.
La invitación a sus socios no fue el único detalle que cuidaron
los frentistas. La elección del Club Deportivo Español en
el corazón del sur de la ciudad tampoco fue casual: Nuestra
gestión está comprometida con el impulso de esta zona y
a eso apunta la creación de la Corporación del Sur, las
exenciones impositivas a los emprendimientos que aquí se desarrollen
y la construcción del estadio de la ciudad. Este acto no podía
hacerse entonces en la Costanera Norte, explicó a Página/12
uno de los encargados de la organización.
Ibarra ratificó ese compromiso con los sectores más postergados
de la ciudad cuando se dirigió a los presentes: advirtió
que habiendo un tercio de la población en condiciones de precariedad,
nadie puede hablar de justicia social y prometió revertir
esa situación a lo largo de su gestión.
El jefe de Gobierno abrió su discurso con una felicitación
a todos por el triunfo que tuvimos hace un año cuando derrotamos
al menemismo y lo cerró con un brindis copa en mano
por el fortalecimiento de la Alianza, por el éxito del gobierno
nacional, el gobierno porteño y en cada rincón del país
y por alcanzar todos los objetivos que nos planteemos. Entre que
empezó a hablar y terminó, dijo también que en un
año de gestión aliancista hemos tenido luces y sombras,
pero no hay que olvidar que la Alianza llegó al gobierno en medio
de una de las peores crisis de los últimos tiempos y aclaró
en obvia alusión a los últimos movimientos de Alvarez
que no debemos tenerles miedo a las críticas porque reivindicamos
a la Alianza como herramienta de transformación. Subrayó
también que nos votaron para gobernar y debemos hacernos
cargo de esa responsabilidad y solucionar los problemas de la gente.
Alessandro fue la voz de Alvarez: Debemos reconocer que en un año
es poco lo que hemos avanzado. El jefe de los diputados aliancistas
precedió a Ibarra en el uso de la palabra y se encargó de
precisar que el Frepaso no va a tirar la sociedad con el radicalismo por
la borda, pero vamos a aportar ideas para que el Gobierno y la Alianza
puedan seguir adelante.
Los otros dos que hablaron fueron Parentella y Schifrin. Y ambos rescataron
también la figura y la línea que Alvarez había bajado
horas antes a la dirigencia partidaria. Chacho fue obligado a renunciar
y hoy retoma las banderas, enfatizó la diputada y secretaria
general del Frente Grande porteño. Schifrin, como el líder
de la fuerza, reivindicó la importancia de que la política
se imponga a la economía para frenar la avalancha despiadada
a la que nos someten día a día los economistas.
SEGUNDO
ENCUENTRO DEL GRUPO CIUDADANO CHACHISTA
Antes movimiento, ahora la red
Ya no es un movimiento,
se transformó en una red. El ex vicepresidente Carlos
Chacho Alvarez concretó ayer el segundo encuentro de
su grupo apolítico y anticorrupción que decidió adoptar
el nombre de Red de Participación Ciudadana, con el objetivo de
licuar la idea de cualquier liderazgo sobre la iniciativa. Chacho quedó
contento con la reunión que evaluó fue mucho
más productiva que la inaugural y que se centró en el análisis
de las defensas de la sociedad civil sobre los excesos de las empresas.
El cambio de nombre, tal vez, también servirá para aplacar
los resquemores que existen dentro del Frepaso que veían al movimiento
como una peligrosa formación paralela de Alvarez, quien buscaría
de esa forma alejarse paulatinamente de su propio partido. En cambio,
el nombre de red de por sí sugiere algo inorgánico,
sin líderes ni fines precisos. Aunque, en verdad, es muy complicado
para Alvarez demostrar que no encabeza una agrupación que creó
y de la que sólo él conoce sus objetivos reales.
Yo tiro algunas consignas, ellos otras y después trabajan
solos, explicaba luego Alvarez la mecánica de trabajo que
utiliza en sus encuentros con los ciudadanos independientes que se acercan
interesados en su propuesta movimentista. Según la evaluación
del ex vice, el nivel del trabajo realizado mejoró y este segundo
encuentro realizado dos semanas después del primero
dejó más tela para cortar.
Uno de las principales temas de debate fue el de las tarifas de los servicios
públicos y las armas que tienen los usuarios para defenderse de
los abusos que cometen las empresas privatizadas. También analizaron
la labor de los entes reguladores que supuestamente tienen que marcarles
los límites a esas empresas y las fallas que demuestran en su funcionamiento.
Otro de los puntos que se tocó fue el de la reforma política
que impulsa el Gobierno y que se está debatiendo en el Congreso.
La reforma tiene varios temas en contacto con la dirección de la
incitativa chachista, dado que incluye el acortamiento de las campañas
electorales y la transparencia de los aportes privados.
|