Por Adrián
De Benedictis
Antes de que se desatara la
barbarie (ver página 32), el que se llevó toda la gloria
de Avellaneda fue Independiente. En el cierre de un 2000 que no fue feliz
para ninguno de los dos, el equipo conducido por Osvaldo Piazza por lo
menos se despidió con un poco más de optimismo para el futuro.
En menos de dos semanas, Independiente se dio el gusto de ganar dos clásicos
clave: primero ante Boca (3-0), y ayer ante Racing (2-0). Y encima, en
ambas oportunidades lo hizo con una gran superioridad sobre su rival.
Racing continúa sumando problemas, y su futuro en Primera División
para la próxima temporada corre serio peligro. El equipo de la
dupla no está confirmada su continuidad a partir de enero
ganó sólo dos partidos en todo el año, y su crisis
futbolística es cada vez más grande.
En el inicio, Independiente se convirtió en el dominador del juego
con el despliegue de Cambiasso (la figura del partido), y Prieto. En ese
panorama, Páez tuvo su chance para marcar, pero su remate se fue
al lado del palo de Sessa. Enseguida, Cambiasso se anticipó en
un tiro libre ejecutado por Forlán, y convirtió el primer
gol con un cabezazo al primer palo. Racing en ningún momento tuvo
claridad para crearle peligro a Rocha, y sólo se acercaba con tiros
de media distancia.
En la segunda parte, Independiente siguió controlando a su rival,
y sobre todo después del segundo gol que marcó Vuoso. Apenas
iban 3 minutos del complemento, y el delantero definió por abajo
de Sessa, que falló en la salida.
Más tarde llegaría el triste final. Al menos, Independiente
intentó en la cancha arrancarle una sonrisa a los verdaderos hinchas.
MOVIDO
Y BRUSCO CIERRE EN PATRICIOS
De ida y vuelta, peleado
Huracán y Vélez cerraron un año raro, con altibajos,
en que el tramo final los encontró mejor que al comienzo. Ayer,
las alternativas en el marcador más un par de goles de buena factura
la destreza de Candelo en el penal, el impecable tiro libre de Chaparro
hicieron que el partido fuera entretenido aunque la mayoría del
tiempo no demasiado bien jugado.
Cuando no había pasado casi nada, Morquio le dio con la canilla
y convirtió en contra; sobre el final del período, Leyenda
salió mal y devolvió gentilezas para que Lobos cabeceara
solo. Pero el empate no duró nada porque el árbitro vio
penal a Husain que Candelo convirtió picándola.
En el complemento llegaron las expulsiones y el predominio de Huracán,
concretada en un notable tiro libre de Chaparro, que la puso desde más
de veinte metros arriba, a la derecha de Leyenda que la tocó.
Sobre el final, los locales estuvieron más cerca pues Vélez
dependió de la velocidad de un Husain demasiado solo para poder
resolver.
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