Por Gustavo Veiga
Las copas se acumulan en las
vitrinas y las deudas, en los balances. Boca y River llegan hoy a la definición
del campeonato Apertura tan juntos en la tabla de posiciones como parejos
en sus ejercicios contables. Los dos tienen chances de ganar un nuevo
título, pero también pasivos tan semejantes como exorbitantes.
Así como el equipo de Carlos Bianchi le lleva un punto al de Américo
Gallego, al cierre de las cuentas correspondientes al período 1999-2000,
River debe 386.073,30 pesos más que su rival irreconciliable (estos
datos surgen de comparar los últimos balances). Una diferencia
mucho más notable radica en el aumento de los pasivos con respecto
del período anterior. Mientras el club de Núñez lo
subió de 29.983.393 pesos en el 99, a 48.678.024 pesos al
31 de agosto de este año; Boca lo incrementó de 45.217.712,87
pesos a 48.291.950,70 al 30 de junio del 2000.
Es tan evidente que las presidencias de Mauricio Macri y David Pintado
arrojaron importantes éxitos deportivos como que fracasaron en
el plano económico, a tal punto que han tratado de apelar a remedios
de discutible eficacia como el gerenciamiento de varias actividades. En
el caso del ingeniero boquense, su afán por negociar con la empresa
suiza ISL un contrato por diez años con una cláusula de
renovación por un período idéntico ha generado resistencias
durante la última asamblea de representantes que decidieron postergar
su aprobación por amplia mayoría. Al médico riverplatense
y, en particular al verdadero poder que encarna Alfredo Davicce, le ha
ido peor con su iniciativa de concesión. Una carta convenio con
el fondo texano Hicks, Muse, Tate & Furst y la activa participación
en el negocio de Torneos y Competencias ni siquiera llegaron a demandar
una asamblea. Los capitalistas estadounidenses, vencidos, retiraron su
propuesta.
Los balances de Boca y River también expresan que ambas instituciones
poseen activos millonarios en los que descansa la precaria tranquilidad
que muestran sus dirigentes. En este rubro, el club que conduce el doctorPintado
saca ventajas: su último ejercicio indica que entre créditos,
bienes y el plantel suma 82.550.186 pesos, contra los 71.404.697,41 de
la entidad presidida por Macri. Pero, además, es en los créditos
que ambas conducciones están dispuestas a ceder a ISL y el grupo
Hicks, donde se encuentra la llave de un negocio millonario.
Boca habría embolsado este año una suma muy cercana a los
40.000.000 de pesos que en buena medida se debió a su coronación
en la Copa Libertadores de América y en la Copa Intercontinental,
títulos que incrementaron notablemente sus ingresos por regalías
del merchandising (unos 15.000.000). Pero a largo plazo, la televisación
codificada de los partidos correspondientes al fútbol local sigue
siendo el bocado más apetecible para los voraces capitales extranjeros.
Unos 8.550.000 pesos anuales que le paga la empresa TSC. A esto hay que
sumarle el contrato con la cervecera Quilmes por 5.000.000 se firmó
en 1997 y tiene cuatro años de vigencia y el acuerdo con
Nike, que aportó durante el 2000 unos 4.000.000 de dólares,
originados en un convenio rubricado en 1996. Las recaudaciones, que en
el caso de Boca tienen un peso fundamental, superaron holgadamente los
5.000.000.
Además, el club recibió otros aportes más discretos
por su exitosa excursión a Tokio: 900.000 dólares pagados
por la automotriz Toyota, 300.000 abonados por Quilmes y 200.000 por Nike.
Claro que, así como todo este dinero ingresó a las arcas
del club, Boca tuvo que desembolsar muchas divisas en concepto de premios
para un plantel tan ganador como el que guía Carlos Bianchi. Para
muestra basta un nuevo botón: si el equipo se consagra esta tarde
campeón del Apertura, los jugadores recaudarán 4.500.000
a repartir entre ellos.
River, que podría haber obtenido unos cuantos millones más
si ganaba la Copa Mercosur, este año quedó bastante relegado
por Boca en los ingresos. Pese a ello, los montos correspondientes a los
contratos que ya tiene firmados no son nada despreciables. Suman un total
de 23.500.000 pesos. Como su clásico rival, lo que percibió
de TSC (Televisión Satelital Codificada) constituyó la alhaja
más reluciente de su recaudación: 7.500.000 pesos. El contrato
con Quilmes que vence el 31 de enero del 2001 le reportó 2.950.000
y el que mantiene con Adidas hasta el 2002, unos 3.550.000 pesos. También
aportaron a sus arcas la publicidad estática por 1.750.000, Torneos
& Traffic (televisación de la Copa Libertadores) un mínimo
de 1.600.000, Coca Cola 1.250.000, el merchandising de TyC 1.250.000,
South American Sports 1.200.000 y la página en Internet que también
explota Torneos, 1.000.000.
River, al igual que Boca, tiene entre sus principales acreedores a los
jugadores. Cuentan que, sólo a ellos, la institución de
Núñez les debe unos 18.000.000 de pesos. De ahí que,
durante el receso que comienza mañana, intentará seguir
vendiendo futbolistas. Con el traspaso de Diego Placente al fútbol
alemán ya obtuvo 5.850.000 pesos y el propósito de los dirigentes
es utilizar al plantel como antídoto para disminuir el pasivo.
Sin embargo, con un déficit al cierre del último ejercicio
que llegó a 18.351.871 pesos, aquel objetivo es prácticamente
inviable.
Boca y River, que de conquistas y galardones saben demasiado y ya no cuentan
con espacio en sus vitrinas para guardar tantos trofeos, tendrían
que hacer mejor sus deberes. Por la inextinguible pasión que despiertan,
por su dinámico potencial comercial, porque son los más
grandes y porque deberían dar el ejemplo.
EL
TERCERO EN DISPUTA, UN GRANDE DEL INTERIOR
Talleres y las penurias del embargo
Por G.V.
Talleres, la cenicienta de
un cuento que salió de las sierras y sueña con su primera
consagración futbolística antes de que den las 12, es un
club poderoso para el interior, pero cuando se lo compara con los dos
grandes no hay semejanza posible. Sus dirigentes admiten que el pasivo
registrable alcanzó los 12.000.000 de pesos, aunque otras fuentes
vinculadas a la institución lo ubican en 20.000.000. Buena parte
de su debilidad se asienta en que, uno de sus principales acreedores,
el empresario del rubro inmobiliario Jorge Petrone, le embargó
los derechos de televisión por una deuda de 2.400.000 pesos que
la entidad cordobesa le está abonando a razón de 40.000
por mes. Este comerciante le pidió la quiebra a Talleres porque
no le devolvieron el dinero que había aportado para adquirir los
pases de Darío Gigena y Adrián Avalos.
Pero Petrone no es el único acreedor, aunque sí el más
cercano. El club Shimisu Spulse de Japón, inhibió judicialmente
a los cordobeses por una deuda de 300.000 pesos que se contrajo cuando
Nicolás Oliva se incorporó al plantel en la temporada pasada.
Otro empresario que le reclama a Talleres una deuda es Norberto Castaños,
representante de futbolistas como José Luis Villarreal, el ex volante
de Belgrano que actualmente juega en All Boys. Resulta que financiaba
las divisiones inferiores a cambio de llevarse un porcentaje en los pases
de los juveniles surgidos de la cantera, pero los directivos encabezados
por el contador Carlos Dossetti lo madrugaron y establecieron una nueva
relación con el catalán Joan Patsy, el mismo que se presentó
en Buenos Aires como emisario del club Barcelona para adquirir a Javier
Saviola este año. Conclusión: Castaños reclamó
1.100.000 pesos, se combinó pagárselos en cuotas de 100.000,
pero el acuerdo se cayó. Por eso, Talleres tiene otro serio problema
en la Justicia.
Pese a estas dificultades, los dirigentes desembolsaron 500.000 pesos
de premio por el ascenso a Primera a mediados del 98 y 400.000 por
la obtención de la Copa Conmebol. Si el equipo llegara a salir
campeón hoy postergando a Boca y a River, los jugadores pretenderían,
por lo menos, 1.000.000 más.
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