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MIENTRAS SE DISPUTAN EL APERTURA, TAMBIEN COMPITEN EN QUIEN DEBE MAS
Boca, River y el campeonato del déficit

Boca tiene 38 puntos y River, uno menos: hoy definen el Apertura en la última fecha. Pero los poderosos del fútbol argentino también rivalizan en el déficit que ahueca sus balances y ahí no es cuestión de punto sino de millones.

Juan Román Riquelme y Javier Saviola en acción. Encarnan lo mejor del fútbol: el juego. Pero el dinero siempre está en el medio.

Por Gustavo Veiga

Las copas se acumulan en las vitrinas y las deudas, en los balances. Boca y River llegan hoy a la definición del campeonato Apertura tan juntos en la tabla de posiciones como parejos en sus ejercicios contables. Los dos tienen chances de ganar un nuevo título, pero también pasivos tan semejantes como exorbitantes. Así como el equipo de Carlos Bianchi le lleva un punto al de Américo Gallego, al cierre de las cuentas correspondientes al período 1999-2000, River debe 386.073,30 pesos más que su rival irreconciliable (estos datos surgen de comparar los últimos balances). Una diferencia mucho más notable radica en el aumento de los pasivos con respecto del período anterior. Mientras el club de Núñez lo subió de 29.983.393 pesos en el ‘99, a 48.678.024 pesos al 31 de agosto de este año; Boca lo incrementó de 45.217.712,87 pesos a 48.291.950,70 al 30 de junio del 2000.
Es tan evidente que las presidencias de Mauricio Macri y David Pintado arrojaron importantes éxitos deportivos como que fracasaron en el plano económico, a tal punto que han tratado de apelar a remedios de discutible eficacia como el gerenciamiento de varias actividades. En el caso del ingeniero boquense, su afán por negociar con la empresa suiza ISL un contrato por diez años con una cláusula de renovación por un período idéntico ha generado resistencias durante la última asamblea de representantes que decidieron postergar su aprobación por amplia mayoría. Al médico riverplatense y, en particular al verdadero poder que encarna Alfredo Davicce, le ha ido peor con su iniciativa de concesión. Una carta convenio con el fondo texano Hicks, Muse, Tate & Furst y la activa participación en el negocio de Torneos y Competencias ni siquiera llegaron a demandar una asamblea. Los capitalistas estadounidenses, vencidos, retiraron su propuesta.
Los balances de Boca y River también expresan que ambas instituciones poseen activos millonarios en los que descansa la precaria tranquilidad que muestran sus dirigentes. En este rubro, el club que conduce el doctorPintado saca ventajas: su último ejercicio indica que entre créditos, bienes y el plantel suma 82.550.186 pesos, contra los 71.404.697,41 de la entidad presidida por Macri. Pero, además, es en los créditos que ambas conducciones están dispuestas a ceder a ISL y el grupo Hicks, donde se encuentra la llave de un negocio millonario.
Boca habría embolsado este año una suma muy cercana a los 40.000.000 de pesos que en buena medida se debió a su coronación en la Copa Libertadores de América y en la Copa Intercontinental, títulos que incrementaron notablemente sus ingresos por regalías del merchandising (unos 15.000.000). Pero a largo plazo, la televisación codificada de los partidos correspondientes al fútbol local sigue siendo el bocado más apetecible para los voraces capitales extranjeros. Unos 8.550.000 pesos anuales que le paga la empresa TSC. A esto hay que sumarle el contrato con la cervecera Quilmes por 5.000.000 –se firmó en 1997 y tiene cuatro años de vigencia– y el acuerdo con Nike, que aportó durante el 2000 unos 4.000.000 de dólares, originados en un convenio rubricado en 1996. Las recaudaciones, que en el caso de Boca tienen un peso fundamental, superaron holgadamente los 5.000.000.
Además, el club recibió otros aportes más discretos por su exitosa excursión a Tokio: 900.000 dólares pagados por la automotriz Toyota, 300.000 abonados por Quilmes y 200.000 por Nike. Claro que, así como todo este dinero ingresó a las arcas del club, Boca tuvo que desembolsar muchas divisas en concepto de premios para un plantel tan ganador como el que guía Carlos Bianchi. Para muestra basta un nuevo botón: si el equipo se consagra esta tarde campeón del Apertura, los jugadores recaudarán 4.500.000 a repartir entre ellos.
River, que podría haber obtenido unos cuantos millones más si ganaba la Copa Mercosur, este año quedó bastante relegado por Boca en los ingresos. Pese a ello, los montos correspondientes a los contratos que ya tiene firmados no son nada despreciables. Suman un total de 23.500.000 pesos. Como su clásico rival, lo que percibió de TSC (Televisión Satelital Codificada) constituyó la alhaja más reluciente de su recaudación: 7.500.000 pesos. El contrato con Quilmes que vence el 31 de enero del 2001 le reportó 2.950.000 y el que mantiene con Adidas hasta el 2002, unos 3.550.000 pesos. También aportaron a sus arcas la publicidad estática por 1.750.000, Torneos & Traffic (televisación de la Copa Libertadores) un mínimo de 1.600.000, Coca Cola 1.250.000, el merchandising de TyC 1.250.000, South American Sports 1.200.000 y la página en Internet que también explota Torneos, 1.000.000.
River, al igual que Boca, tiene entre sus principales acreedores a los jugadores. Cuentan que, sólo a ellos, la institución de Núñez les debe unos 18.000.000 de pesos. De ahí que, durante el receso que comienza mañana, intentará seguir vendiendo futbolistas. Con el traspaso de Diego Placente al fútbol alemán ya obtuvo 5.850.000 pesos y el propósito de los dirigentes es utilizar al plantel como antídoto para disminuir el pasivo. Sin embargo, con un déficit al cierre del último ejercicio que llegó a 18.351.871 pesos, aquel objetivo es prácticamente inviable.
Boca y River, que de conquistas y galardones saben demasiado y ya no cuentan con espacio en sus vitrinas para guardar tantos trofeos, tendrían que hacer mejor sus deberes. Por la inextinguible pasión que despiertan, por su dinámico potencial comercial, porque son los más grandes y porque deberían dar el ejemplo.

 


 

EL TERCERO EN DISPUTA, UN GRANDE DEL INTERIOR
Talleres y las penurias del embargo

Por G.V.

Talleres, la cenicienta de un cuento que salió de las sierras y sueña con su primera consagración futbolística antes de que den las 12, es un club poderoso para el interior, pero cuando se lo compara con los dos grandes no hay semejanza posible. Sus dirigentes admiten que el pasivo registrable alcanzó los 12.000.000 de pesos, aunque otras fuentes vinculadas a la institución lo ubican en 20.000.000. Buena parte de su debilidad se asienta en que, uno de sus principales acreedores, el empresario del rubro inmobiliario Jorge Petrone, le embargó los derechos de televisión por una deuda de 2.400.000 pesos que la entidad cordobesa le está abonando a razón de 40.000 por mes. Este comerciante le pidió la quiebra a Talleres porque no le devolvieron el dinero que había aportado para adquirir los pases de Darío Gigena y Adrián Avalos.
Pero Petrone no es el único acreedor, aunque sí el más cercano. El club Shimisu Spulse de Japón, inhibió judicialmente a los cordobeses por una deuda de 300.000 pesos que se contrajo cuando Nicolás Oliva se incorporó al plantel en la temporada pasada. Otro empresario que le reclama a Talleres una deuda es Norberto Castaños, representante de futbolistas como José Luis Villarreal, el ex volante de Belgrano que actualmente juega en All Boys. Resulta que financiaba las divisiones inferiores a cambio de llevarse un porcentaje en los pases de los juveniles surgidos de la cantera, pero los directivos encabezados por el contador Carlos Dossetti lo madrugaron y establecieron una nueva relación con el catalán Joan Patsy, el mismo que se presentó en Buenos Aires como emisario del club Barcelona para adquirir a Javier Saviola este año. Conclusión: Castaños reclamó 1.100.000 pesos, se combinó pagárselos en cuotas de 100.000, pero el acuerdo se cayó. Por eso, Talleres tiene otro serio problema en la Justicia.
Pese a estas dificultades, los dirigentes desembolsaron 500.000 pesos de premio por el ascenso a Primera a mediados del ‘98 y 400.000 por la obtención de la Copa Conmebol. Si el equipo llegara a salir campeón hoy postergando a Boca y a River, los jugadores pretenderían, por lo menos, 1.000.000 más.

 

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