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DIEZ MOMENTOS DE LA DEFINICION
La TV ataca

Por Pablo Vignone

17:06. Boca 38
River 37 Talleres 36

Prometían un final a tres bandas, y la TV exasperaba la idea prometiendo transmisión en trirecto y triferido: cumplieron antes del arranque, con media pantalla para Boca, y un cuarto para River y para Talleres, respectivamente. Así se pudo ver que River salía primero a la cancha, como si hubiera querido liquidar cuanto antes la tarde y volverse a casa; después le tocó el turno a Talleres, y Boca lo hizo esperar a Estudiantes en la manga. Y mientras Angel Sánchez se sacaba fotos con Bermúdez y Azconzábal, Giménez ordenaba el arranque en Lanús; un minuto antes, Ruscio había habilitado Newell’s-Talleres. Cuando Sánchez pitó, a las 17:12, se acabó la TV tripartita...

17:18. River 40
Boca 39 Talleres 37

Un grito de corazón que, a la larga, resultó una falsa alarma. Con el gol de cabeza de Angel, River se sentía mínimamente monarca. La tribuna visitante no desbordaba ni de hinchas ni de fervor, pero el empate transitorio de Boca y las pálidas imágenes auditivas –a falta de visuales– que llegaban de Rosario, alimentaban la esperancita, chiquitita, tan frágil como los argumentos con que el equipo de Núñez reclamaba derecho al título...

17:24. Boca 39
River 38 Talleres 37

En la Bombonera lo festejaron tres veces. Alguno alertó del penal de Trotta a Sarría, y estalló el primer grito; la expulsión del zaguero se confundió también con un gol, y por fin, el empate de Lanús resultó el tercer desahogo. Que casi son cuatro, cuando Azconzábal le sacó en la línea el gol a Palermo, todo en menos de un minuto. River había sido campeón durante cinco minutos, pero el Apertura volvía a olfatear por la Bombonera. Tanta euforia servía para motivar el entorno de un partido regular, y de una definición que parecía destinada a no poder conmover a nadie, porque desde Rosario llegaban ecos de un dominio rojinegro, y desde el sur apenas se veía por TV el reclamo desesperado de Gallego y la intemperante reacción de Trotta.

17:40. Boca 39
River 38 Talleres 37

Sin novedad en el frente, promediando la media hora en cada partido. En la Bombonera el que no tenía radio preguntaba nerviosamente al que tenía, y el que la tenía en la oreja tenía ganas de comérsela. La tele se había olvidado ya de Talleres –al que mostró más en el precalentamiento que durante el partido– y a River lo mostraba de coté: desde la expulsión de Trotta, las 29 pulgadas eran propiedad exclusiva del equipo de Bianchi y de sus dramas para superar la caída de tensión física y al rival.

17:58. Boca 39
River 38 Talleres 37

A la hora del entretiempo, los hinchas de Boca firmaban el triple empate, los de River firmaban cualquier cosa y los de Talleres se preguntaban para qué habían hecho 400 kilómetros hasta Rosario. Los últimos 15’ de cada partido habían resultado tan monótonos que parecía que se jugaba por instrumentos, y uno de ellos era un enorme, insoportable compás de espera. En la Bombonera todavía lastimaba el remate en el ángulo del Mellizo Guillermo, los hinchas de River no podían creer todavía cómo el Chupa López se había perdido el segundo de Lanús, y los cordobeses ahora se lamentaban de haber ganado todos los partidos como local... y sólo uno como visitante.

18:15. Boca 39
River 38 Talleres, Gimnasia 37

La tele no lo tenía previsto, pero cuando River arrancaba el segundo tiempo –era obvio que estaban tan apurados por acabar el año que comenzaron el complemento cinco minutos antes que Boca–, un jugador de la Banda pero con otra camiseta, Marcelo Gómez, ponía en ganancia a Gimnasia que, de pronto, y aunque no lo notaron en ninguna de las tres canchas que tironeaban el Apertura, el equipo de La Plata se colaba en el cuadrito de honor. Talleres se lanzó a la hazaña a las 18:18, y un minuto más tarde Boca empezó a desandar los últimos 45 minutos de su año glorioso.

18:24. Boca 39
River, Gimnasia, Talleres 37

El segundo penal para Lanús volvió a ser festejado más en la Bombonera que en Guidi y Arias, justo cuando la hinchada riverplatense empezaba a pedirle más huevos a un equipo que transmitía gelidez desde el campo. El remate fuerte de Ariel López, a pantalla llena, avivó el espíritu boquense y estimuló a más de un amante de la matemática, que empezó a sacar cuentas con la idea en Rosario: ¿a cuántos kilómetros está de la Boca? A los de Talleres se les ocurrió lo mismo: con estos resultados, si alguno de los muchachos de Jota Jota acertaba un golcito, el Apertura quedaba aplazado hasta el jueves. Los cordobeses empezaron a imaginar cómo sería acampar en el Parque Independencia durante cuatro noches, a la espera de Boca...

18:32. Boca 39
River, Gimnasia 37 Talleres 36

La única imagen futbolística de Newell’s-Talleres que se vio a lo largo del show televisivo fue el remate esquinado de Quintana. Un hincha con tonada sacaba cuentas en el Parque: nueve partidos como visitante, uno ganado, tres empatados, cinco perdidos, 6 puntos sobre 27 posibles. La T, nunca protagonista del momento definitivo, era ya una nota al pie en esta historia del Apertura. En Lanús, los riverplatenses cantaban “Está empatando Boca/ tenemos que ganar”.

18:39. Boca 41
River, Gimnasia 37 Talleres 36

Pudiendo sufrir, ¿para qué ser feliz? Esa máxima tan argentina se reflejaba simbólicamente en el rostro de los hinchas de Boca justo hasta un segundo antes de que Matías Arce (¿acaso el Claudio Benetti del 2000?) embocara el bombazo entre las piernas abiertas de Nicolás Tauber (Galeano dixit), un minuto después de que Matellán cometiera el enésimo penal no sancionado, un instante previo a la explosión amortizada. Eso de festejar títulos tan seguidos sacia a cualquiera...

19:06. Boca 41
River, Gimnasia 37 Talleres 36

En la Bombonera nadie se da cuenta (o eso quieren demostrar), pero Boca ya es campeón del Apertura. Tres minutos atrás había terminado Lanús-River, donde ni el descuento de Hernán Díaz servía para inflar el ánimo desahuciado de sus fanáticos. Acaba por terminar, abandonado por la TV, Talleres en Rosario, mientras Sánchez detiene el partido en la Boca con los hinchas al alambrado. El final fue bastante más tibio de lo esperado. A las 19:10, el Apertura era simplemente humo. Uno de los peores torneos de los últimos tiempos, en el que el campeón no fue el mejor sino, apenas, el menos malo...

 

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