Por Facundo Martínez
Con las últimas reservas
del año, sin fútbol, agónica y desordenadamente,
Boca derrotó ayer por 1-0 a Estudiantes y logró consagrarse
campeón del torneo Apertura, en un partido en el que los locales
no lucieron y los platenses no fueron nunca más allá de
formular intenciones. El juvenil Matías Arce anotó el gol
y después se retiró lesionado. Sobre el final, se vieron
algunos lujos de Riquelme. Los hinchas de Boca ayudaron desde las tribunas:
rompieron la veda de silencio provocada por el desarrollo del partido,
y transmitieron en vivo, meta grito, las derrotas de River y Talleres,
que les garantizaban la alegría.
El Boca que jugó ayer se pareció más al que volvió
de Japón y se encontró con dos derrotas que a aquel que
logró empatar en Núñez ante River. Los jugadores
se mostraron cansados, disminuidos quizás por los golpes acumulados,
y eso los hizo oscilar de la impotencia física para recuperar la
pelota a la caída en diferentes errores tácticos.
Apenas unos minutos duró el dominio xeneize. Y dos veces llegó
Boca al arco de Tauber antes de entregarse por completo a la respuesta
de Estudiantes: toque en el medio, posesión y poco más.
Con Riquelme tirado muy arriba y estático, Boca no consiguió
hacer circular la pelota y terminó cediéndola a los rivales.
Estudiantes sorprendió presionando en el campo rival, ayudado por
la floja actuación de Matellán y Fagiani. Pero, a pesar
de los espacios, Farías y Galletti no encontraron el camino para
vulnerar a Córdoba. En cambio, las llegadas de Boca, que jugó
más al pelotazo que a otra cosa, terminaban casi siempre un poquito
más cerca: Azconzábal despejó en la línea,
a los 11 minutos, una tosca media vuelta de Palermo después de
una buena habilitación de Riquelme. Después se lo perdió
Bermúdez, con un cabezazo cerca del ángulo derecho de Tauber.
Y, en la mejor jugada ofensiva del período, Guillermo metió
una volea en el travesaño, también tras pase del Diez. Del
otro lado, Estudiantes se limitó a aprovechar mejor los contraataques.
En la mejor que tendría en el partido, Córdoba alcanzó
a cachetear un cabezazo abajo de Farías que era gol. Y Bezombe
desperdició la oportunidad de abrir la cuenta, cuando tras un centro
atrás de Pompei remató de rastrón a las manos del
arquero.
El ingreso de Arce por Gustavo le cambió un poco la cara al puntero.
Boca ganó más movilidad por la derecha, el sector por el
que se habían volcado Cardozo y Galletti para intentar impedir
las subidas de Ibarra. Por ahí llegó el gol, a los 64,
cuando el santafesino Arce remató de derecha al primer palo de
Tauber, haciendo pasar la pelota por entre las piernas del arquero. A
esta altura, Boca ya estaba ganando el torneo en Lanús, en Córdoba
y por 1-0 en la Bombonera.
Sin pensar en el penal que Matellán le había cometido a
Farías y que el árbitro Angel Sánchez se olvidó
de cobrar, Estudiantes continuó intentando descontar, gracias al
interesante trabajo de Pompei. Casi lo logra sobre el final: a los 40,
un cabezazo de Azconzábal se fue apenas desviado.
Cuando los hinchas de Boca comenzaron a gritar y a festejar el campeonato,
un poco por tranquilidad y otro poco por amor propio, los jugadores se
despertaron. Basualdo se despidió de los hinchas con oficio y un
juego criterioso, Serna se adueñó del mediocampo, y Riquelme,
pisaditas por aquí y por allá, se terminó llenando
de aplausos.
CINCO
TITULOS EN UN AÑO Y MEDIO
Bermúdez, orgulloso capitán
El capitán de Boca, el colombiano Jorge Bermúdez, destacó
el respeto que existe entre los integrantes de ese plantel
y sostuvo que la base de los éxitos que cosechó este grupo
está fundamentada en que tiene la jerarquía necesaria
para alcanzar la gloria. Mientras tanto, el juvenil Matías
Arce, autor del gol del campeonato, aseguró que en la semana había
soñado con marcar un gol.
Destaco el respeto que hay en este plantel a pesar de las diferencias
que existen entre las personas. Este grupo tiene la jerarquía necesaria
para alcanzar la gloria y me siento orgulloso de estar en este plantel
que logró cinco títulos en dos años y medio,
comentó Bermúdez, quien le dedicó el título
a los hinchas de Boca que están mal económicamente
y para los que el fútbol es su única alegría.
Por su parte, Arce relató que durante la semana había soñado
con lo que luego se convirtió en realidad. En la semana soñé
que entraba y hacía un gol. La verdad es que no pensé que
la pelota entraba porque tiré un pase a Palermo, pero por suerte
el arquero se equivocó y fue gol, remarcó el volante.
Para el arquero Oscar Córdoba, tres títulos en un
año son importantes en cualquier club, pero en Boca supera todo
lo imaginable. El defensor Hugo Ibarra destacó que este título
es el que más se festeja porque se sufrió hasta el
final, mientras que el delantero Guillermo Barros Schelotto afirmó
que estará eternamente agradecido a Carlos Bianchi
por haber confiado en él para este partido, a pesar de estar afectado
por una lesión. Boca festejará el título el jueves
21 en el salón Libertador del hotel Sheraton, en una cena a beneficio
de la Fundación Por un mundo mejor y del hospital Argerich.
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