Por Jon Henley
Desde París
Con problemas de fondos, perdiendo
cada día más militantes, el Partido Comunista francés
celebró sus 80 años durante el fin de semana con una rave
que inquietó a sus miembros más tradicionales pero divirtió
a todos los parisinos aficionados a esas fiestas. Le Bunker, como llaman
al cuartel general del Partido en la Place du Colonel Fabian un
estilizado edificio en cemento que ya cumplió un cuarto de siglo,
estaba armado de convenientes spots psicodélicos y luces de neón,
mientras los DJ más hip de París hacían bailar a
una multitud de miles de personas. En la zona donde comprar bebidas había
posters con la hoz y el martillo, mientras en el fondo se proyectaban
viejos films de propaganda de la era soviética.
Enfrentando la ira de los viejos comunistas de línea dura, el Partido
Comunista francés, que perdió 200.000 afiliados en los últimos
10 años, trata de seducir a las mujeres y a los jóvenes.
El líder del partido, Robert Hue, insistió en que ahora
las cosas están mejorando. Pero dijo que el comunismo francés
había sufrido de una monstruosa ceguera durante los
años de opresión en la URSS.
En los 70, el 25 por ciento de los franceses votaba por el Partido Comunista.
En la última elección, lo hizo sólo un 7 por ciento.
En la actualidad tiene dos ministros en el gobierno rosi-verde-rojo liderado
ampliamente por los socialistas y 38 representantes en la Asamblea Nacional.
En su carrera para rejuvenecerse, el partido alquiló Le Bunker
el mes pasado para un show de la casa de modas italiana Prada. Y el Comité
Central casi eligió a Pierre Berge, director de Yves Saint Laurent,
como candidato para las elecciones. Los que piensan que comunismo
rima con arcaísmo están equivocados, dijo ayer un
exultante Hue. El comunismo es todo modernidad, concluyó.
A los veteranos del partido la rave gustó menos. Después
de todo, decía uno con un carnet de 30 años de afiliación,
es gracias a nosotros que hoy pueden hacer este carnaval.
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