Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


El síndrome del Tata loco es el as de la defensa

Hoy empiezan los alegatos ante la Corte Suprema chilena, que determinará si confirma o rechaza el recurso de amparo de Pinochet.

Pinochet reapareció anteayer para un examen dental.
Según sus allegados, “recibe poca información del caso”.

Por Pablo Rodríguez

A partir de hoy, la batalla judicial del caso Pinochet llegó a su etapa decisiva. Seguirá en dos frentes: la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones de Santiago. En la segunda sala del máximo tribunal chileno, se escucharán los alegatos de los abogados acusadores y defensores del ex dictador respecto del recurso de amparo que la Corte de Apelaciones admitió para Pinochet. Los querellantes apelaron el fallo de la Corte de Apelaciones con la esperanza de que la Corte Suprema considere que las cuestiones de fondo alegadas (la existencia de pruebas sobre la responsabilidad de Pinochet en los crímenes de la Caravana de la Muerte) son de más peso que las de forma (que el juez Juan Guzmán, cuando ordenó el arresto de Pinochet, cometió algunos errores procesales). Por otra parte, la primera sala de la Corte de Apelaciones determinará esta semana en qué lugar se harán los exámenes médicos a Pinochet. Si Pinochet es declarado demente, según la ley chilena, debe ser eximido de un juicio.
Se puede decir que en estos momentos, los abogados de Pinochet comenzaron a ganar el terreno que perdieron desde que el ex dictador llegara de Chile en marzo, liberado por Gran Bretaña “por razones humanitarias”. Los abogados querellantes, el juez Guzmán y la propia Corte Suprema chilena habían logrado poner al dictador contra las cuerdas: se le habían retirado sus fueros de senador vitalicio, y todas las pruebas apuntaban a su procesamiento. Lo único que lo podía salvar era, una vez más, la razón médica.
La defensa de Pinochet encontró un resquicio en la orden de arresto del juez Guzmán: no había declaración indagatoria de su cliente ni exámenes médicos previos a la medida. Se trata de una cuestión de forma y no de fondo, y en eso quieren hacer derivar el caso. Si la Corte Suprema confirma el recurso de amparo presentado por los abogados de Pinochet y acogido por la Corte de Apelaciones en virtud de estas “desprolijidades”, todo dependerá por el momento de los exámenes médicos. Para ese entonces, los abogados de Pinochet usarán los resultados médicos de Londres como antecedente para pedir la eximición de Pinochet del juicio.
Los abogados que llevan adelante 73 de las casi 200 querellas criminales contra el ex dictador buscarán que el camino judicial retorne sobre las cuestiones de fondo. Si las pruebas contra Pinochet no fueron en ningún momento discutidas, entonces sólo habría que desandar el camino del debido proceso de manera prolija, con declaración indagatoria y sin esperar los resultados de los exámenes médicos (el juez Guzmán no está obligado a tenerlos). La acusación tiene dos cuestiones a favor de su estrategia: fue la Corte Suprema la que dictaminó que las pruebas contra Pinochet eran suficientes como para justificar el desafuero, y por otra parte, la segunda sala del máximo tribunal está conformada por jueces favorables al proceso contra Pinochet.
Durante los próximos dos días, la Corte Suprema escuchará los alegatos de las dos partes. El fallo podría estar el miércoles o el jueves.

 


 

HABLA HUGO GUTIERREZ, ABOGADO QUERELLANTE DEL CASO PINOCHET
“Es preocupante la presión política”

Por P. R.

Hugo Gutiérrez es uno de los primeros, y más importantes, abogados que presentaron querellas criminales en Chile contra Pinochet cuando el ex dictador ni siquiera estaba detenido en Londres. En diálogo con Página/12, Gutiérrez admitió que la cuestión de la declaración indagatoria que el juez Guzmán dice haberle tomado a Pinochet era en efecto “controvertible”. La Corte de Apelaciones de Santiago resolvió por esta cuestión declarar “ilegal” la orden de detención librada por Guzmán. Gutiérrez coincidió con sus colegas querellantes en que esta cuestión técnica “no ataca el fondo del proceso, esto es, las pruebas por las que en definitiva Pinochet fue desaforado”, y ése es el principal argumento que expondrá esta semana ante la Corte Suprema. Pero Gutiérrez fue más allá de lo judicial y se quejó de las presiones políticas del caso: “La transición democrática está demostrando una gran fragilidad institucional”.
–La parte querellante está esperanzada de que la Corte Suprema considere las cuestiones de fondo y no las de forma en el caso Pinochet. ¿Qué cree que puede pasar de aquí en más?
–Bueno, creo que es importante si hay una falla en el proceso. Y también es cierto que la abundancia de pruebas que acreditan la responsabilidad de Pinochet en los crímenes de la Caravana de la Muerte son demasiadas como para que esto dé por tierra todo el proceso.
–Pero ustedes, como parte querellante, ¿apoyan al juez Guzmán cuando establece que sí le tomó declaración indagatoria a Pinochet cuando estaba detenido en Londres?
–Esa es la opinión del juez y nosotros la respetamos. Ahora bien, creo que este punto era en efecto controvertible. Tenemos que recordar que Pinochet, cuando recibió el interrogatorio del juez en Londres, tenía sus fueros parlamentarios. Por lo tanto, no era aún un imputado, lo que hace que ese interrogatorio no haya sido una estrictamente una declaración indagatoria para resolver si un imputado debe pasar a ser procesado.
–Es algo así como que el juez Guzmán consideró al interrogatorio como una declaración indagatoria cuando al momento de hacerlo no lo era.
–Exacto. Desde mi punto de vista, y esta es una opinión personal, el juez Guzmán podría haber ordenado tomarle una declaración indagatoria a Pinochet ni bien se confirmó su desafuero, en agosto.
–¿Cómo considera que va a repercutir esto en la Corte Suprema? El fallo de la Corte de Apelaciones es contundente al decir que la orden de detención es “ilegal”.
–Bueno, eso es lógico. Sólo se puede aceptar un recurso de amparo contra una orden de detención declarándola a ésta “ilegal”. Yo no creo que influya. En todo caso las pruebas por las cuales Pinochet fue desaforado son las mismas y esto es muy importante.
–Han habido declaraciones muy amargas sobre este fallo, tanto de la parte querellante como en el plano internacional. El abogado español Joan Garcés (querellante en el proceso contra Pinochet en España) ha dicho que esto demuestra que al ex dictador había que juzgarlo en España.
–Está equivocado. Pinochet puede y debe ser juzgado en Chile.
–Sin embargo, más allá del plano procesal, existe una presión política sobre los tribunales que es difícil soslayar. El gobierno aceptó reunir al Cosena (Consejo de Seguridad Nacional), aceptando las quejas de los militares. ¿Usted aún confía en la garantía del gobierno en cuanto a la independencia de los tribunales?
–Este sí es un tema delicado. Creo que de todo lo que ha pasado, lo preocupante no es el fallo a favor de Pinochet. Lo realmente preocupante es la fragilidad institucional de la transición democrática. Aquí las Fuerzas Armadas siguen teniendo una gran influencia, lo que indica que aún Chile no tiene una democracia con todas las letras.
–Pero es difícil ver hoy que las Fuerzas Armadas puedan realizar maniobras de amedrentamiento, como hicieron en los primeros años de la restauración democrática, ante una decisión judicial adversa.
–Pero aún mantienen su posición de garante de la democracia.
–Ese es el espíritu de la Constitución del 80, sancionada por Pinochet.
–Exacto. Debemos reconocer que los políticos que gobiernan nuestro país fueron los que pactaron la transición con el mismo Pinochet. Y que, por lo tanto, no parecen dispuestos a cambiar esa Constitución. Por lo tanto, las Fuerzas Armadas siempre ejercerán una suerte de poder de veto.

 

PRINCIPAL