El �blindaje� vino agujereado. El ministro José Luis Machinea anunció que el paquete de asistencia financiera asciende a 39.700 millones de dólares, que le servirían al Gobierno para tranquilizar a los �mercados�, garantizándoles que el país no entrará en cesación de pagos. Sin embargo, sólo la mitad de esa cifra es �blindaje� propiamente dicho, es decir, préstamos que el Gobierno se aseguró tendrá disponibles a una tasa de interés preacordada.
Para el resto sólo existe el compromiso de los �mercados� de que el dinero estará disponible, pero no hay ningún acuerdo respecto de la tasa de interés. Si al momento de esos vencimientos las tasas de interés que demanden bancos e inversores para prestarle son exorbitantes, el Gobierno no podrá hacer otra cosa que aceptarlas, lo cual hará todavía más precaria la delicada situación fiscal. Para el año próximo es todavía más claro que el blindaje es talle small, cuando lo que necesita el Gobierno es un extra large: de vencimientos por 26.600 millones de pesos, sólo 12.000 millones vienen con la tranquilidad de saber qué tasa se pagará en el futuro.
Los analistas admiten que, si en los próximos tres meses la economía no se reactiva y los mercados siguen exigiéndole tasas altas al Gobierno, lo que quede del blindaje será como un helado de chocolate derritiéndose al sol.
La lógica del �blindaje� o �salvataje�, como se prefiera, es simple. El Gobierno enfrenta en el 2001 grandes vencimientos de capital e intereses de la deuda. Pero los inversores extranjeros se resisten a refinanciarlos porque no creen que vayan a recuperar el dinero. Por eso, no queda otra que recurrir a un �club de salvamento�, dirigido desde Washington, que ponga el dinero para cubrir dichos vencimientos y aleje el fantasma de la �cesación de pagos�. Es una forma de decirle a Wall Street, al �mercado�, que si no confía en el gobierno argentino, allí estarán los organismos de Washington asegurándoles que tenga la plata lista para el cobro en ventanilla.
Sin embargo, el �blindaje� presentado ayer por Machinea es, en realidad, bastante más delgado de lo que se anunció. Y abre dudas sobre si, en caso de no recuperarse la confianza de los inversores en los próximos meses, será suficiente como para soportar la fuga de capitales de los papeles argentinos.
Los números son los siguientes:
Fondo Monetario Internacional: aportará en total 13.700 millones de dólares (equivalente al 500 por ciento de la cuota argentina en el organismo) para el período 2001-2002. De dicha cifra, el año próximo habrá disponibles 8800 millones, incluyendo 2100 millones que serán desembolsados antes de este fin de año. Es dinero fresco, que irá liberándose trimestralmente, y que viene a una tasa de interés muy conveniente: entre 5,8 y 8,8 por ciento anual.
España: es el único país que aportó en forma independiente al megapréstamo. Otros, como Estados Unidos o Francia, optaron por dar el apoyo a Argentina a través del FMI. El gobierno español se comprometió a girar el año venidero 1000 millones, de manera conjunta con los desembolsos del Fondo y con condiciones similares.
Banco Interamericano de Desarrollo
(BID): contribuye con 2500 millones, de los cuales 1200 llegarían el año próximo. En realidad, estos créditos son parte de los llamados �préstamos sectoriales� del Banco, destinados a áreas sociales, reformas en el sistema financiero, de mejora de la competitividad y de vivienda. Como dichos préstamos no tienen metas precisas (por ejemplo, el de vivienda, por 600 millones, plantea de manera difusa el �mejoramiento del acceso a la vivienda de la población de menores recursos�), el Gobierno piensa utilizar los fondos para cubrir sus necesidades de financiamiento.
Banco Mundial: también facilita 2500 millones de dólares. Al igual que el BID, el directorio del Banco Mundial no ve bien que �como ocurrió enel Sudeste asiático� sus recursos, que por estatuto deberían financiar proyectos de largo plazo de desarrollo social, sean utilizados para el salvataje de acreedores de países altamente endeudados. Por ejemplo, en el paquete hay 300 millones para �modernización del Estado� (AFIP, ANSES, Transparencia en compras del Estado) que seguramente nunca se destinarán a tal fin, lo mismo que otros 300 millones para la �reforma del sistema de salud�. Las tasas de interés de ambos bancos de �Desarrollo� son muy convenientes: 7,16 por ciento a un plazo de 20 años.
Hasta aquí el �blindaje� en sí, o sea, el dinero de que el Gobierno dispondrá sin tener que acudir al veredicto de los �mercados�. Son 19.700 millones en total, de los cuales 11.800 millones podrían gastarse el año próximo. Parece mucho, pero para tener en claro que no lo es basta recordar que en el 2001 el Gobierno necesitará financiamiento por 26.600 millones: 15.300 millones de amortizaciones de mediano y largo plazo, otros 4800 millones de vencimientos de deuda local de corto plazo y 6500 millones del déficit fiscal, los que pueden asociarse al �pago� de una parte de los intereses de la deuda.
El resto del dinero el Gobierno lo tiene...�conversado con los mercados�:
Creadores de
mercados: Los 12 bancos principales que operan en la plaza local �manifestaron su decisión� �según el comunicado oficial� el año próximo de refinanciar al Gobierno por 10.000 millones al vencimiento de títulos públicos tales como Bontes, Letes y Bonos Pagaré. Sin embargo, tales operaciones, se aclara, se harán �en condiciones de mercado�. De otro modo, no se pudo pactar de antemano ningún techo para la tasa de interés.
u AFJP: comprarán títulos de la deuda argentina en el 2001 por 3000 millones de dólares, también según las condiciones de mercado de ese momento.
Canje de deuda: el equipo económico asegura que recibió propuestas de bancos de inversión para canjear bonos de deuda que vencen en el corto plazo por títulos de mayor plazo. Obviamente, la zanahoria para que los inversores concedan el trueque es que estos títulos pagarán una mayor tasa de interés. La pregunta es: ¿cuál es la tasa que deberá ofrecer el Gobierno para los inversores acepten desprenderse de bonos que vencen el año próximo garantizados por el blindaje, por títulos a cobrar más adelante, cuando ya no haya blindaje que los proteja?
En todos estos casos, Machinea dijo que esas operaciones de mercado se harán siempre que sean a �tasas razonables�. Pero en los papeles las contabiliza dentro del blindaje y afirma que tendrá que salir a pedir prestado �a ciegas� a los mercados sólo por 3200 millones: los 26.600 millones de vencimientos del año próximo menos los aportes del FMI, el Banco Mundial, el BID, España, los creadores de mercado, las AFJP y el resultado del canje de deuda. Una visión por demás optimista, porque el blindaje sólo alcanzará para cubrir el 45 por ciento de los vencimientos. El resto deberá pedirlo al �mercado�, y si las tasas de interés no bajan, no habrá otra alternativa que pagar, aunque eso signifique dejar al Estado, de nuevo, al borde de cesación de pagos. Entonces, será necesario otro salvataje.
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