Por Fernando Cibeira
¿Cuántas formas hay de salir a transmitir confianza, de decir que a partir de hoy todo será diferente? Desde ayer, en el �día del blindaje�, el presidente Fernando de la Rúa y sus ministros empezaron a transitarlas todas. Con discursos en el que se repitieron adjetivos como �importante� y �trascendente�, con poses un tanto forzadas de alegría y optimismo, y con un mensaje unificador que apuntó a desterrar a �los pájaros de mal agüero� que pronosticaban un futuro negro. Ahora, en la lógica de la �nueva etapa�, la economía ingresará más temprano que tarde en un círculo virtuoso montada en dos ejes que, supuestamente, harán entrar al Gobierno con el pie derecho al año electoral: la baja de las tasas de interés y la rápida aprobación del Plan de Infraestructura. Uno aportará al crecimiento y el otro, a la baja del desempleo; de ahí se pasará a un país diferente en un santiamén. Tal la doctrina �nuevaetapista�.
De la Rúa elaboró su discurso de presentación durante el largo domingo de trabajo que se vivió en Olivos. Entre los que opinaron estuvieron el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el ministro de Economía, José Luis Machinea, y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. La idea que prevaleció fue que el mensaje no se agotara en ponderar las ventajas macroeconómicas que traería aparejado el blindaje sino que también se dirigiera a cambiar el humor de los pequeños empresarios, inversores modestos y comerciantes. El Presidente terminó de darle el último vistazo al mensaje ayer con su hijo Antonio, quien después prefirió no salir del chalet de la quinta de Olivos donde se concentró el entorno presidencial.
Un detalle novedoso fue la �variante Casa Blanca� utilizada para decir el discurso. De la Rúa al aire libre, aprovechando el sol de la tarde que iluminaba los bien cuidados jardines de Olivos. Antes hubo una pequeña cuota de suspenso, porque el acto se concretó recién a las 16.30, una hora después de lo estipulado. Antes de la aparición presidencial, hubo una avanzada de funcionarios y diputados que comenzaron a predicar la buena nueva. �Es un paso muy positivo que se asegure el financiamiento del país por un año�, explicaba el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, uno de los tres frepasistas presentes junto a Rodolfo Rodil y Juan Pablo Cafiero. En representación de los diputados radicales estaban Horacio Pernasetti, Jesús Rodríguez y Marcelo Stubrin.
Ellos, junto al ministro del Interior, Federico Storani, se preocupaban por armar el encuentro que realizarán hoy con los legisladores para seguir difundiendo los efectos benéficos del blindaje. Una segunda reunión con gobernadores quedaría para la semana que viene.
Entre tanto funcionario sonriente, el ministro de Salud, Héctor Lombardo, posaba para las fotos con una corbata azul con el escudo de Boca. A propósito del campeonato de los xeneizes, también el secretario privado del Presidente, Leonardo Aiello, se colocó en la solapa un escudito boquense. Aunque es de Boca, De la Rúa no lució nada alusivo: se notaba que tenía la cabeza en otra cosa.
A la hora señalada, salió del chalet y se colocó detrás del atril transparente, discurso en mano. Leyó durante diez minutos. �Argentina no está condenada al estancamiento�, proclamó. Había dos premisas que los encargados de difundir las ideas del Gobierno aseguraban que generarían una reacción positiva inmediata en la gente: el anuncio de que se eliminarían impuestos distorsivos y de que se reactivaría la obra pública. También tendría efectos benévolos que confirmara que no se cambiarían las reglas del juego ni habría sorpresas desagradables.
El Presidente terminó su discurso y se quedó a un costado, al lado de sus voceros Ricardo Ostuni y Darío Lopérfido. En un gesto raro en él, tal vez para demostrar lo despreocupado que se sentía, se quedó escuchando el mensaje de Machinea sentado en el borde de un cantero. Luego de un par de minutos, Aiello se acercó a sugerirle al oído cambiar a una posición más tradicional, sobre todo pensando en las fotos que publicarían hoy losdiarios. El Presidente masculló una queja, pero aceptó el consejo y fue a unirse a sus ministros.
A propósito de fotos, para terminar hubo una sesión. Primero, De la Rúa y Machinea abrazados. Luego el Presidente buscó con la vista a alguien más hasta que ubicó al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, quien también participó en el tramo de las gestiones internacionales de la ayuda financiera, y lo sumó a las nuevas tomas. La próxima foto ya fue más difícil de armar porque Colombo fue de los integrantes del gabinete que menos se hizo ver. Alguien tuvo que ir a buscarlo dentro de la quinta, donde seguía los mensajes en un televisor.
El final fue con el Presidente en un aparte con algunos periodistas. De la Rúa volvió a emprenderla con ese enemigo al que nunca identificó, pero sí calificó como �agorero�, �mezquino� y �pesimista�. Ellos eran los que decían �que el desempleo iba a subir al 18 por ciento� o los que aseguraban que el Gobierno �no conseguiría ni 5 mil millones� en préstamos. A este enemigo invisible, De la Rúa le dedicó una reflexión que sintetiza bien el ánimo de la doctrina �nuevaetapista� �de un optimismo blindado� de la que el Gobierno quiere impregnar el año electoral. �Cierren los ojos y piensen: esto no sale, ¿qué hacemos?�, les dijo el Presidente a los periodistas. �Esto es lo que llamaba mi padre supresión mental hipotética�.
Datos de la �vieja etapa�
Si, tal como estimó el Gobierno, el anuncio del blindaje supone la inauguración de una �nueva etapa� de crecimiento, la �vieja� termina muy mal, al menos desde el punto de vista de lo que ocurre con la industria. El mes pasado, la producción fabril cayó un 5,6 por ciento, en relación con el mismo período del �99, y 0,8 por ciento respecto de octubre, según la medición del INdEC. Incluso, si este mes se confirma esa tendencia, el balance anual de la industria será negativo. Ante la consulta mensual que organiza el organismo, seis de cada diez empresarios consultados respondieron que no aguardan cambios en el corto plazo. Frente a este panorama difícil, y con el objetivo de impulsar los proyectos industriales, José Luis Machinea anunció ayer la creación de la Subsecretaría de Comercio e Inversiones, dependiente de Industria, que quedó a cargo del empresario Alberto Ibáñez. �Pretendo resolver los problemas que tengan las empresas que quieran desarrollarse en la Argentina�, señaló Ibáñez no bien asumió en el cargo.
Chacho sigue stand by
Nadie en Olivos se animaba a decir palabra sobre el promocionado encuentro entre Fernando de la Rúa y Carlos �Chacho� Alvarez aunque, al mismo tiempo, nadie dejaba de repetir que se haría. El Presidente avanzó un poco al recordar que mañana habrá una reunión con legisladores de la Alianza para celebrar el aniversario del triunfo de las elecciones presidenciales y que ahí �podemos vernos todos�. Un encuentro multitudinario que poco tiene que ver con las expectativas del ex vice que le acercó a de la Rúa una propuesta de 40 páginas para que la analice.
A propósito de la propuesta chachista, un secretario de Estado con asiduo acceso al despacho presidencial evaluó como altamente probable que la reunión se concrete en estos días, pero como poco factible que el Presidente se ponga a discutir los temas lanzados por su antiguo compañero de fórmula. �Las propuestas las está lanzando hoy el Gobierno, más otras complementarias que se van a ir anunciando durante los próximos días que tienen que ver con la eliminación de impuestos distorsivos y la implementación de obras�, respondía.
Cerca de Alvarez reconocían que luego de aquel contacto telefónico previo al viaje de De la Rúa a Brasil, no habían vuelto a llamarse. Incluso, para el anuncio de ayer, no hubo anticipo a Alvarez ni sugerencia para saber si tenía interés en acercarse a Olivos. |
Debate: ¿Y ahora qué?
martin redrado.
�Más viable�
�Como efecto inmediato del blindaje, la economía se volverá más viable, no habrá sobresaltos. Esta es una oportunidad para el equipo económico, porque con el blindaje compra tiempo. Ya no estará arrinconado por los mercados financieros y podrá tomar aire. En principio los montos disponibles auguran un panorama despejado, sin turbulencias, al menos por dos años. La clave será si se aprovecha este tiempo para realizar las reformas de fondo. Si no se hace nada sólo se conseguirá patear la pelota para adelante. Y las reformas tienen que venir por el lado de las bajas de impuestos y su simplificación. Es un error considerar que la reactivación de la economía será inducida por la baja de tasas de interés emergentes del blindaje, pues su incidencia sobre los costos de las empresas no será significativa. Si todas las condiciones son favorables se tendrá una baja del riesgo país de 1,5 punto.�
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Leonardo Bleger:
�No alcanza�
�Este paquete de ayuda no alcanza. Su objetivo principal es asegurar los pagos de deuda pública durante el 2001. Esto repercutirá quizá sobre el nivel de la tasa de interés. Pero la recuperación de la economía depende de la reactivación del consumo y la inversión. El énfasis del Gobierno en este paquete se debe a que quiere mejorar las expectativas de los agentes económicos. Pero con las expectativas solas no alcanza. Es necesaria una política de redistribución del ingreso que incorpore a los sectores que hoy están excluidos del consumo. Esto significa aumentar los impuestos sobre las altas ganancias, el consumo suntuario y reinstalar los aportes patronales a las empresas privatizadas, para luego destinar estos recursos a la promoción del empleo y políticas activas para el sector productivo. También es necesario ver cuáles son todos los condicionamientos aparejados, los que pueden tener un mayor efecto regresivo.�
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